SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Las dudas sobre las autonomí­as disparan el riesgo de España

El «Presupuesto más austero de la Democracia» y el «mayor esfuerzo de consolidación fiscal» de la historia moderna de España no han logrado calmar a los mercados. No tanto por su fondo, sino más bien por su forma. Ayer, tras una jornada muy tensa en los parqués y en las mesas de negociación, la prima de riesgo española se disparó hasta los 402 puntos, un aumento de 47 puntos desde el anuncio el pasado viernes de las cuentas para 2012.Las alarmas han saltado de nuevo en toda Europa. La deuda española vuelve a estar al mismo nivel que en julio, antes de las elecciones y de la inyección de más de un billón de euros por parte del Banco Central Europeo. Ante el miedo a que Fráncfort no vaya a intervenir de nuevo, los analistas internacionales han fijado su atención en las comunidades autónomas.

Por su parte, el Ibex ha registrado en los últimos cuatro días los peores resultados semanales del año, en el que acumula ya una caída del 10%. Ayer, tras llegar a perder un 1,6%, logró remontar al rebufo de Wall Street y caer apenas dos décimas, pero aun así, con 7.660,5 puntos, se encuentra al nivel de marzo de 2009, en el peor momento de la crisis.La hipersensibilidad es absoluta en toda Europa, y cualquier complicación, como la mediocre subasta de bonos española del miércoles, desata el pánico. Las dudas sobre nuestro país volvieron a la palestra hace ya unas semanas, empujadas por el retraso en la presentación de los presupuestos. Con informes como el de Willem Buiter, economista jefe de Citi, quien anticipaba «algún tipo de recurso a planes de rescate de la Troika», o las críticas de John Mauldin, influyente analista que comparaba (que no equiparaba) la situación española con la de Grecia.La presentación de los Presupuestos era clave. Y sin embargo no ha apaciguado los ánimos, sino lo contrario. Por las tensiones de la negociación del fondo de rescate. Por el efecto contractivo que pueden generar los ajustes. Y, sobre todo, por la falta de confianza de los inversores en la capacidad de Moncloa de embridar a las autonomías.«El mercado no se cree que las CCAA vayan a recortar otros 27.000 millones como ha hecho el Estado», explica a EL MUNDO Luis Garicano, profesor de la London School of Economics. Tampoco «se cree un presupuesto ‘austero’ pero que no recorta pensiones y salarios de funcionarios ni toca el IVA. El Gobierno ha confeccionado unas cuentas austeras, pero esclavas de la oposición muy populista que hizo a las difíciles decisiones de Zapatero», añade. De la misma opinión es Daniel Lacalle, gestor de Fondos de Ecofin en Londres. «El presupuesto mantiene la estructura del Estado y las CCAA intacta. En España había una oportunidad única y da la impresión de que se ha malgastado».Los inversores exigen recortes drásticos, pues no están para nada convencidos de que España pueda alcanzar de verdad el objetivo de déficit del 5,3% este año. «El consenso general aquí es que la naturaleza autónoma de las CCAA va a ser un gran problema para Rajoy. El déficit va a ser difícil de lograr por ellas», asegura desde Londres Michael Hewson, analista de CMC Markets.Los economistas de BNP Paribas en Francfort consideran igualmente que las perspectivas de las reformas son más inciertas después de las elecciones del 25 de marzo, y calculan que las comunidades autónomas serán las causantes de que este déficit se desvíe hasta el 5,7% en 2012.«La derrota de Andalucía fue completamente inesperada. Todos dábamos por hecho que el PP gobernaría y tendría un control mucho mayor de las autonomías. Ahora se ve más difícil poner en marcha los ajustes», indica desde Dublín Lorcan Roche Kelly, estratega jefe para Europa de Trend Macrolytics. En la misma línea se pronuncia Markus Sievers, analista del FrankfurterRundschau: «Las comunidades están lejos de implicarse en las políticas que emanan del Gobierno central, lo que añade un factor de incertidumbre que los mercados valoran negativamente», informa Rosalía Sánchez.De los 27.300 millones de euros de ajuste una parte significativa está prevista a través de subidas de impuestos, lo que, para Hewson, «empeorará las cosas». FinancialTimes criticaba ayer que «la desconcertante estructura de la administración pública del General Franco ha sobrevivido a casi 40 años de democracia en España», y destacaba que «en lugar de reducir la factura estatal y eliminar estratos administrativos, Montoro recortó el gasto en investigación y desarrollo, un motor de la recuperación, en un 25%. El sueldo de los funcionarios apenas se congeló». El semanario TheEconomist, el más influyente del mundo, calificaba de «decepcionante a primera vista» el Presupuesto, destacando que «gran parte del ajuste se logra a través de los impuestos sobre la renta y otras medidas ya anunciadas en diciembre».La crisis no es sólo española. Al mediodía de ayer, los CDS (seguros de impago) de España habían subido casi 20 puntos, colocándose en 476, muy cerca del récord de 487 del pasado 23 de noviembre. Al mismo tiempo, los italianos subieron 25 puntos (hasta 424) y los belgas 15, hasta 236. La prima francesa también ha comenzado una escalada.Pero de España se esperaba más, o al menos algo diferente. «Lo que ha ocurrido es que en el último año los inversores internacionales se han despertado ante la realidad del aparato monstruoso estatal y de las CCAA», reitera Lacalle. «Se ha perdido una oportunidad crucial para meter en cintura a las CCAA con la inyección de liquidez de 30.000 millones a proveedores. Debió de requerir a cambio duras condiciones de ajuste», añade Garicano.El miércoles, el thinktank Open Europe publicaba un documento advirtiendo de que España podría necesitar recurrir a los fondos de rescate para completar el proceso de recapitalización del sistema financiero y que «contener el gasto de las CCAA es clave para que el país pueda equilibrar sus libros», y descontaba que el Estado tendrá que asumir parte de la deuda impagada de los gobiernos locales y regionales, lo que, a su vez, «aumentará el déficit y la deuda del Gobierno central».Los bancos españoles cuentan en cartera con más de 142.000 millones de euros de deuda, cuando en noviembre, con la prima española flirteando con los 500 puntos básicos, era apenas la mitad. Al mismo tiempo, y pese al programa de liquidez del BCE, los inversores internacionales han reducido notablemente su exposición a nuestro país: de 298.133 millones de euros en bonos y letras a 244.595 millones. Y si las dudas persisten puede ir a peor, pues ni está claro que el BCE vaya a volver a intervenir a escala masiva, ni que al Gobierno español le quede mucha munición.

Deja una respuesta