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Las consecuencias de la crisis económica y sus efectos sobre la población van a ocupar el primer plano de la actualidad política de nuestro país este 2023. Una crisis que es sobre todo la imposición de un doble atraco a la población: un atraco monopolista a través de la inflación; y un atraco financiero de la banca utilizando la subida de los tipos de interés. El resultado es el empobrecimiento de una mayoría de las familias españolas y el enriquecimiento de los grandes grupos económicos, la banca y el capital extranjero y sus accionistas.
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Según el FMI este 2023 será “un año más duro que 2022 para la economía mundial, con la desaceleración simultánea de EEUU, la UE y China”. Problemas económicos para EEUU o Alemania en Europa anticipan un aumento del saqueo sobre nuestro país, al cargar sobre los países más dependientes del sur de Europa los costes de la crisis.
Al mismo tiempo se habla de que España no entrará en recesión y que “no habrá infierno económico”, pero lo que se anuncia es más de lo mismo: una inflación alta y unos tipos de interés por las nubes.
La inflación en diciembre se moderó al 5,8% pero la media del año 2022 de subida de precios fue del 8,4% , la cifra más alta en más de 30 años. Y sobre todo el IPC de los alimentos está desbocado con un inasumible 15%. Un auténtico hachazo al bolsillo de los trabajadores, pensionistas y familias con salarios, pensiones y rentas más bajas, que dedican el grueso de sus ingresos a los productos básicos, energía, vivienda y alimentos.
Todas las previsiones, como la del Consejo General de Economistas, prevén que los precios seguirán altos este año, con una inflación media del 5%.
Hasta 24 millones de españoles han perdido poder adquisitivo al quedar la subida salarial media en el 2,6%, casi 6 puntos por debajo de la inflación media en 2022. Y todos los estudios indican que seguirán perdiendo poder adquisitivo en 2023.
Los cálculos más optimistas calculan que la inflación quitará a las familias 42.000 millones de sus rentas entre 2022 y 2023.
El atraco financiero va a continuar con la subida de los tipos de interés decretada por el Banco Central Europeo. Su presidenta, Christine Lagarde, anunciaba en Davos que el BCE mantendrá el ritmo de subidas de los tipos de interés todo el año, lo que puede suponer pasar del 2,5% actual al 4% o más en este 2023. Una escalada que se traslada a los créditos de las familias y a las hipotecas.
El Euribor a doce meses, el índice más utilizado para el cálculo de las hipotecas cerró el año casi en el 3% y podría superar el 4% en 2023. Esta subida de las hipotecas supone un gasto extra de entre 2.000 euros y 4.700 euros anuales.
…Enriquecimiento para otros
Reconoce el Banco de España que “la inflación empobrecerá a las familias y saneará a las empresas”. Pero la inflación, como la escalada de los tipos de interés, no “cae del cielo”, tiene unos responsables que son los que no solo “se sanean” sino que aumentan sus ingentes beneficios y enriquecen aún más a sus grandes accionistas de la oligarquía española y el gran capital extranjero, sobre todo norteamericano.
Como dice Intermon Oxfam en su informe presentado coincidiendo con el Foro de Davos, la verdadera razón de este abismo de desigualdad está en el atraco monopolista y financiero: “el 90% de la inflación es responsabilidad de los beneficios empresariales”.
Y sobre todo los beneficios de bancos, monopolios y capital extranjero que no solo no han decrecido sino que son hoy mayores que antes de la pandemia, batiendo récords de ganancias.
Javier Ruiz, periodista económico y jefe de Economía en la SER, en su libro “Edificio España” pone cifras al doble atraco, demostrando cómo mientras los salarios de los trabajadores o las rentas de autónomos no se han recuperado del golpe de la Covid, las ganancias del Ibex-35 son un 83,5% más elevadas que en 2019, el último año pre-pandemia.
Según los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, al cierre de 2022 los seis grandes bancos* y las siete energéticas* del Ibex35 han declarado unos beneficios netos acumulados durante los tres años de pandemia y crisis inflacionista de más de 64.000 millones de euros. Es decir, 72 millones de euros de beneficios diarios durante los tres últimos años.
La crisis es un atraco monopolista y financiero que empobrece a una mayoría para salvaguardar las ganancias de bancos y monopolios
Un triple trasvase
Que unos pocos se enriquezcan y una mayoría se empobrezca no son dos fenómenos separados, que suceden simultáneamente. Uno exige al otro. La única manera de que una ínfima élite, menor del 1% de la población, multiplique cada año sus millonarias riquezas, incluso tras tres crisis encadenadas, es apropiarse de la mayor parte de la riqueza socialmente producida, empobreciendo a trabajadores, parados, pensionistas, autónomos, pymes… Lo que se produce es un auténtico y gigantesco trasvase de riqueza que se acentúa con cada crisis.
Y ahora a lo que asistimos es a un nuevo salto en el trasvase. Utilizando la inflación y la subida de los tipos de interés como arietes están ejecutando un gigantesco trasvase de riqueza que descansa en un mayor saqueo sobre el 90% de la población hacia la oligarquía financiera española y el gran capital extranjero. Es un trasvase triple: desde las rentas salariales hacia las rentas del capital; desde el 90% de la población hacia bancos y monopolios y desde la riqueza nacional hacia el capital extranjero.
Un trasvase que avanza en tres direcciones. Cronificando un nuevo recorte de los salarios reales -al quedar de forma permanente por debajo de la subida de precios-, de los recortes en sanidad o introduciendo nuevos tijeretazos en las nuevas pensiones. Incrementando el grado de monopolización, con la quiebra o pérdida de cuota de pymes y autónomos. Y aumentando la capacidad de expolio de una oligarquía cada vez más concentrada (especialmente con las fusiones bancarias, como la entrega de Bankia a La Caixa) y de un capital extranjero que controla ya más de la mitad de las acciones del Ibex-35 y que sigue aumentando su control sobre arterias económicas clave: en la banca, las energéticas y renovables, en la vivienda o en el campo…
Es necesaria una política real de Redistribución de la Riqueza como alternativa para salir de la crisis
Redistribuir la riqueza
Las medidas planteadas por el gobierno son temporales y limitadas -subidas de impuestos a banca, eléctricas o grandes fortunas-, y paliativas -limitando el sufrimiento para la población-. Algunas, como el tope al gas, han tenido éxito, pero no pueden evitar que se imponga un mayor grado de saqueo, y se financian principalmente con cargo al Estado y no redistribuyendo la riqueza. A pesar de su limitado alcance están siendo cuestionadas: la UE quiere imponer que el tope al gas termine este año, banca y eléctricas se revuelven contra los nuevos impuestos.
Hay que seguir respaldando todas las medidas del gobierno que benefician a las clases populares, pero con la línea que aplican el PSOE y UP, temporales, limitadas y paliativas, por muchas ayudas que se concedan es inevitable la imposición de un mayor saqueo sobre el 90%.
Es necesaria una política real de Redistribución de la Riqueza, una exigencia que está cada vez más en primer plano.