El proletariado, el campesinado y el conjunto del pueblo ruso se convirtieron tras octubre de 1917 en clase dominante, pasaron a ser los verdaderos dueños del país. Esta es la base de todas las enormes transformaciones prácticas que se produjeron a partir de entonces.
Jamás en la historia de la humanidad se ha producido un cambio de tal envergadura, y en un plazo de tiempo tan corto, como el realizado en Rusia tras octubre de 1917.
Los obreros conquistan, a través de su organización en soviets, la capacidad de decisión real sobre la economía y la política. Los campesinos pobres y medios pasan a controlar los campos, liberándose de las imposiciones de los terratenientes. Los derechos y libertades, que las democracias burguesas han convertido en “papel mojado”, son garantizados de forma efectiva por el nuevo Estado proletario. Los explotados, obreros y campesinos, mandan en el ejército, convirtiéndose en los nuevos comandantes y generales del Ejército Rojo.
Todo el poder a los soviets
A través de los Soviets, el proletariado y el conjunto del pueblo ruso ejercen en los hechos su dirección y capacidad de decisión sobre la economía, la política…
La primera constitución soviética, aprobada el 10 de julio de 1918, establece que “Rusia se declara República de los Soviets de Diputados obreros, soldados y campesinos, a los que pertenece todo el Poder central y el Poder local”.
Los soviets no eran expresión de la democracia parlamentaria y representativa, propia de los regímenes de dominio de clase de la burguesía. Eran órganos de poder popular creados por las clases explotadas -los obreros, los campesinos, los soldados, en su inmensa mayoria de origen obrero o campesino-.
Tenían un funcionamiento asambleario, donde los delegados eran elegidos por los obreros, soldados o campesinos para un tiempo limitado, con la función de ejecutar los mandatos de la asamblea del Soviet, y revocables por ella en todo momento.
Un tipo nuevo de poder ya experimentado en la Comuna de París. Y que, tal y como plantea Lenin, se caracteriza por:
1).- La fuente de su poder no está en una ley, previamente discutida y aprobada por el parlamento, sino en la iniciativa directa de las masas populares desde abajo y en cada lugar, en la toma directa del poder.
2).- Sustitución de la policía y el ejército, como instituciones apartadas del pueblo y opuestas a él, por el armamento directo del pueblo. Con este poder, guardan el orden público los mismos obreros y campesinos armados (la Guardia Roja y las tropas fieles a los Soviets), el mismo pueblo en armas.
3).- Los funcionarios y la burocracia son también sustituidos por el poder directo del pueblo o sometidos a un control especial, elegibles y revocables.
A través de los soviets los obreros ejercían la dirección real, por ejemplo sobre el conglomerado Putilov, la principal fábrica de acero de Rusia y una de las mayores del mundo, sobre los ferrocarriles… sobre los principales centros económicos del país. Lo mismo sucedía en las principales unidades del ejército. O en todos los distritos y barrios, que organizaron su propio soviet.
En la constitución soviética de 1918 se materializa “la conquista de la democracia” establecida por Marx, “la elevación del proletariado a la categoría de clase dominante”, es decir la Dictadura del Proletariado.
-El título I de la constitución soviética de 1918 es la “Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado”.
En él se establece, como la política del Estado soviético, “el objetivo esencial de la abolición de toda explotación del hombre por su prójimo” y expresa “la resolución inflexible de arrancar a la humanidad de las garras del capital financiero y del imperialismo, que en la presente guerra, la más criminal de todas, han cubierto de sangre la Tierra”.
La constitución soviética de 1918 se plantea expresamente garantizar todas las libertades anunciadas por la “Declaración de los Derechos Humanos” que el dominio de clase de la burguesía conculca permanentemente.
Artículo 14.- Con el fin de garantizar a los trabajadores la verdadera libertad de expresión de sus opiniones, la RSFSR (República Socialista Federal de los Soviets de Rusia) suprime la dependencia de la Prensa respecto del capital; pasando a manos de la clase obrera y de los campesinos pobres todos los recursos técnicos y materiales necesarios para la publicación de periódicos, libros y otras publicaciones de imprenta, garantizando su libre difusión en el todo el país.
Artículo 15.- Con el fin de garantizar a los trabajadores la verdadera libertad de reunión, la RSFSR reconoce a los ciudadanos de la República soviética el derecho a organizar libremente reuniones, mítines, manifestaciones, etc., poniendo a disposición de la clase obrera y de los campesinos pobres todos los locales adecuados para la organización de reuniones populares, con mobiliario, alumbrado y calefacción.
Artículo 16.- Con el fin de garantizar a los trabajadores la verdadera libertad de asociación, la RSFSR, habiendo quebrantado el poder económico y político de las clases posesoras, y con ello habiendo apartado todos los obstáculos de la sociedad burguesa que hasta aquí impidieron a los obreros y a los campesinos pobres gozar los derechos de organizarse y de obrar libremente, concede a los obreros y campesinos asistencia, material y de todo género, para que se unan y se organicen.
Artículo 17.- Con el fin de garantizar a los trabajadores el acceso real a la cultura, la RSFSR se propone ofrecer a los campesinos pobres y a los obreros una instrucción completa, universal y gratuita.
La Constitución soviética va a establecer un derecho electoral de nuevo tipo, auténticamente revolucionario, donde , como se señala en su artículo 78, “los electores tienen el derecho de revocar en todo momento los diputados que hayan elegido”.
La Tierra
Los campesinos rusos pasan, gracias al triunfo de la Revolución de Octubre, en un breve espacio de tiempo, de ser poco más que siervos sometidos a los grandes terratenientes a ejercer de forma organizada la dirección política en el campo.
En 1917 el 80% de la población rusa es campesina. La abolición de la servidumbre en Rusia apenas se remonta a 1861, pero subsisten los peores vestigios del domino feudal. La inmensa mayoría de la población rural pertenecen a los campesinos pobres, que para subsistir se ven obligados a proletarizarse.
El mismo día de la toma del poder se aprueba el Decreto de la Tierra, que la arrebata a los terratenientes, el Zar y la iglesia y entrega su propiedad a los campesinos. Protegidos por el nuevo Estado proletario, los campesinos pobres y medios multiplican su organización en los soviets.
Un cambio sistémico se produce en el campo ruso. Ahora son los campesinos pobres y medios, con el apoyo del proletariado, los que pueden ejercer por primera vez la dirección política.
Los bolcheviques toman una posición revolucionaria, basada no en imponer una colectivización forzada de las tierras, sino en hacer realizar el histórico anhelo de los campesinos y jornaleros de convertirse en propietarios. Gracias a la Revolución de Octubre se hará realidad la consigna de “la tierra para quien la trabaja”.
Pero entregar las tierras a los campesinos no es una medida socialista, Lenin explicó así esta medida en su discurso al primer año del triunfo de la revolución: “camaradas, cuando el proletariado petrogradense y los soldados de la guarnición de esta ciudad tomaron el poder, sabían perfectamente que la organización de la nueva vida en el campo presentaría grandes dificultades; que en esta labor sería necesario avanzar de manera más gradual, que constituiría el mayor absurdo intentar imponer por decreto y por ley el trabajo colectivo de la tierra; que eso podría ser aceptado por un insignificante número de campesinos conscientes, pero que la inmensa mayoría de los campesinos no se planteaba esa tarea. Y por eso nos limitamos a lo que era absolutamente indispensable para el desarrollo de la revolución: no adelantarse en modo alguno al desarrollo de las masas, sino esperar que el avance emanara de la propia experiencia de esas masas, de su propia lucha”.
El Ejército Rojo
Con la formación del Ejército Rojo, por primera vez en la historia el proletariado y el campesinado ejercen de forma efectiva la dirección sobre los asuntos militares.
A principios de 1918 el nuevo Estado soviético se enfrentaba a una feroz intervención militar extranjera… sin disponer de un ejército para enfrentar esta agresión.
Lenin expresa la gravedad de la situación: “o creamos un verdadero ejército obrero-campesino, un ejército rigurosamente disciplinado, o perecemos”.
El 23 de febrero de 1918 se funda el Ejército Rojo. En un tiempo récord, se crea desde la nada un ejército capaz de derrotar a las principales potencias mundiales.
Un ejército en primer lugar rojo. Como plantea Lenin “nuestro ejército será un ejército de clase, así como nuestro Estado es un Estado de clase. Afirmamos y proclamamos el monopolio proletario del ejército. Si nuestros generales quieren imitar a los que les han precedido, sabremos recordarles nuestra ley”
Desde el Estado soviético y el partido bolchevique, se despliega un enorme esfuerzo de propaganda entre las amplias masas. Surgieron nuevos líderes militares cuyo origen de clase es obrero o campesino. Las tropas que derrotan el asedio contra Petrogrado están presididas por la caballería roja encabezada por Budionni, de origen campesino. En la victoria contra la ofensiva del almirante Kolchak juegan un papel clave el almirante Frunze, un obrero, o una mujer como Larissa Reissner.
Durante los primeros días tras el triunfo de la Revolución de Octubre, todos los gobiernos de las potencias imperialista gritaban que el poder soviético estaba condenado a morir. Pero será el Estado proletario quien conquiste la victoria frente a todos los ejércitos imperialistas coaligados.
Al celebrar el triunfo, Lenin afirma que “gracias a que el Partido estaba alerta, y las consignas que daba eran seguidas como por un solo hombre por decenas, cientos, millares y, en última instancia, por millones; gracias a que se afrontaban los sacrificios más inauditos; sólo gracias a todo esto pudo realizarse el milagro que se realizó. Sólo gracias a esto, a pesar de la doble, de la triple, de la cuádruple campaña de los imperialistas de la Entente y de los imperialistas del mundo entero, pudimos salir vencedores”.
La mitad del cielo
La Revolución de octubre va a permitir que Rusia se coloque a la vanguardia de la humanidad en la conquista de libertades y derechos sociales, convirtiéndose en una referencia mundial.
La Revolución de Octubre va a hacer una contribución decisiva a una de las mayores revoluciones democráticas de la humanidad, la de la liberación de la mujer.
“La experiencia de todo movimiento de liberación ha demostrado que el éxito de una revolución depende del grado de participación de la mujer”. (Lenin)
Antes de 1917, la situación de la mujer en Rusia estaba sometida a la servidumbre, cuando no a la esclavitud. Pero en muy poco tiempo, esa misma sociedad rusa se convierte en vanguardia en la conquista de derechos para la mujer.
Dos son las causa de este histórico cambio:
1.- A causa de la Iª Guerra Mundial, se acelera la incorporación de la mujer al mundo del trabajo.
En 1914, las mujeres eran el 26,6% de la mano de obra en las fábricas rusas. Como consecuencia del traslado de hombres al frente, la cifra aumentaría hasta el 43,4% en 1917.
2.- El grado de organización y protagonismo político de las mujeres se multiplica.
Tras la revolución de febrero, las mujeres representan el 66% de los afiliados a los sindicatos en numerosas ramas. Las mujeres crean organizaciones como las “soldatki”, esposas de los soldados enviados al frente, que constituyeron uno de los más numerosos movimientos de masas. Las cuadros y militantes bolcheviques recorren desde fábricas a lavanderías, dando mítines a las obreras y trabajadoras, y organizándolas como militantes comunistas.
El peso de la movilización de la mujer en el avance de la revolución es enorme. La gigantesca manifestación de mujeres el 8 de marzo de 1917 juega un papel clave en la caída del zar.
La participación activa de las mujeres obreras, encabezadas por las militantes y cuadros bolcheviques, en la revolución, el salto en su grado de conciencia y organización, fue la clave de todas las conquistas posteriores.
El programa bolchevique, en palabras de Lenin, consistía en abolir “todo lo que tortura y oprime a la mujer trabajadora, al ama de casa, a la campesina, a la esposa del tendero, sí, y en muchos casos a la mujer de las clases propietarias”.
El nuevo Estado proletario va a impulsar la legislación más avanzada para los derechos de la mujer de todo el planeta. Muy por delante de las más avanzadas democracias burguesas.
El Decreto de 18 de diciembre de 1917 instauró el matrimonio laico, la igualdad absoluta entre el esposo y la esposa; la abolición total del concepto de descendencia ilegítima, otorgando a los hijos e hijas que habían nacido fuera del matrimonio los mismos derechos. Al día siguiente, se promulgó otro Decreto titulado “Sobre la disolución del matrimonio”, que instauraba el divorcio rápido y sin trabas.
El nuevo Estado proletario abolió el adulterio y la homosexualidad como delitos, algo que hoy todavía está por conquistar en muchos países. Y en noviembre de 1920, se legalizó el aborto en la Unión Soviética, mediante un decreto que denunciaba la legislación penalizadora de los otros países.
En 1917 todas las mujeres rusas obtienen el derecho al voto, algo que no ocurrirá en Inglaterra, la democracia burguesa más avanzada, hasta 1920.
Pero llegar su liberación, las mujeres debían conquistar la igualdad plena, no solo ante la ley, sino, sobre todo, ante la vida. Arrancar a las mujeres de la “esclavitud doméstica” era una de las grandes tareas de la Revolución. La creación de guarderías, casas cuna, comedores, centros de alfabetización y otras iniciativas eran el camino acertado, según Lenin.
Las luchadoras bolcheviques, como Alexandra Kollontai toman posición por la clase obrera: “Las obreras han abierto el camino, han sido las primeras en luchar por su sustento económico (…) Además, esa incorporación ha supuesto para ellas la modificación de las relaciones familiares. Las obreras han conocido el amor libre antes que nadie”.
Uniendo la lucha de la liberación de la mujer con los objetivos de clase: “sin la revolución socialista, este tipo de mujer no pasará de ser algo efímero (…) A medida que desarrollemos nuevas formas de producción y nuevas formas de vida, las mujeres podrán liberarse de sus trabas seculares y rechazar su esclavitud. La Revolución de Octubre ofrece a nuestras mujeres trabajadoras una verdadera posibilidad de liberación”.
Las mujeres bolcheviques quieren ir más allá. La misma Alexandra Kollontai defendería en el Comité Central, contra la idea de matrimonio, la “unión libre de individuos libres”, estableciendo que “la familia, como institución arcaica burguesa, había llegado a su fin”.
Toda una nueva concepción que también aspiraba a “cambiar el mundo de base” en el terreno de la moral -la Kollontai titulara provocadoramente sus memorias “Autobiografía de una mujer comunista sexualmente emancipada”- declarando una guerra feroz contra todas las ideas burguesas, como “la idea de derecho de propiedad de un ser sobre otro”-.
La educación Popular
La Revolución de Octubre va a conquistar, por primera vez en la historia el acceso a la educación y la alta cultura para las clases explotadas, convirtiendo al nuevo Estado proletario en una referencia de todos los que luchaban por una educación revolucionaria y al servicio del pueblo.
“En materia de educación, todo poder auténticamente democrático, en un país donde reinan el analfabetismo y la ignorancia, debe trazarse como primer objetivo la lucha contra estas dos plagas”.
Así comienza el “Decreto sobre educación popular”, el primer documento firmado por A. V. Lunarcharski, comisario del pueblo para Instrucción Pública, el 11 de novimebre de 1917.
Para que el proletariado pudiera ejercer su papel como clase dominante, era necesario un gigantesco esfuerzo educativo, que dotara a las masas del conocimiento y las herramientas negadas durante siglos por las clases dominantes.
El Estado proletario es el primer país del mundo donde se establece la educación libre, pública y gratuita. Y fue llevado a la práctica, incluso cuando se enfrentaron a una feroz guerra de invasión.
El número de escuelas se duplicó, pasando de 38.387 en 1917 a 62.238 en 1919. Y el presupuesto de educación se multiplica por 15, de 195 millones de rublos en 1916 a 2.914 millones en 1918.
Este esfuerzo de formación se dirige también a los obreros, mujeres y campesinos, con talleres de alfabetización de adultos. Organizando programas educativos para los trabajadores en la producción con los “sábados comunistas”. O con las Escuelas para Adultos -Rabfak- en la que a los trabajadores entre 18 y 30 años se les daba la oportunidad de formarse en cualquier disciplina durante tres o cuatro años sin perder su salario, que les seguía siendo pagado durante su estancia formativa. De las que salieron muchos universitarios procedentes de la clase obrera.
Pero la práctica revolucionaria permitió desarrollar nuevas líneas basadas en el combate a los fundamentos de la educación burguesa y al servicio de los objetivos revolucionarios.
En la pedagogía, los maestros revolucionarios, bolcheviques, encabezados por Alexandra Kolontai y Makarenko, desarrollan nuevas tendencias basadas en el trabajo colectivo y en nuevos principios de unidad, solidaridad, trabajo en equipo, contacto con la naturaleza y combinación del estudio teórico con la actividad práctica en la producción.
Se democratiza la educación, donde por primera vez en la historia los estudiantes encontraron la libertad para criticar a sus maestros y la dirección de la escuela. Y el partido bolchevique llama a las masas a participar en una “revolución cultural” donde estudiantes, padres, profesores critiquen y transformen los planes de estudio.
A. V. Lunarcharski, comisario del pueblo para Instrucción Pública, establece con claridad que el papel del nuevo Estado proletario no es “educar a las masas”, sino permitir que las masas desarrollen todas sus potencialidades y eduquen ellas al conjunto de la sociedad: “Las masas populares trabajadoras -obreros, soldados, campesinos- arden en deseos de aprender a leer y escribir, de iniciarse en todas las ciencias. Pero aspiran igualmente a la educación, que no les puede ser dada ni por el Estado, ni por los intelectuales, por nada ni nadie más que por ellos mismos. A este respecto, la escuela, el libro, el teatro, el museo, etc., sólo pueden ser una ayuda. Las masas populares han de fijar por sí mismas su cultura, consciente o inconscientemente. Ellas tienen sus ideas, fruto de su situación social, muy diferente de la que disfrutan las clases dominantes y los intelectuales que hasta ahora han sido los creadores de la cultura, tienen sus ideas, sus sentimientos, su manera de abordar todas las tareas del individuo y la sociedad. Cada uno a su manera, el obrero de la ciudad y el trabajador del campo edificarán su propia concepción luminosa del mundo, impregnada del pensamiento de la clase trabajadora. Será éste el fenómeno más grandioso y más bello que tendrá por testigos y por actores las generaciones venideras: el de la edificación, por las colectividades de trabajadores, de su alma colectiva, rica y libre”.
Para Lunarcharski “ningún órgano del poder deberá tomar medida alguna en el campo de la instrucción pública sin un previo y cuidadoso estudio de la opinión de los representantes [profesores, estudiantes… ]”. Y “tampoco deberá tomar decisiones por sí y ante sí, en manera alguna, ninguna corporación de especialistas”, por encima de la voluntad de las masas.
Por el contrario, “el trabajo propio de las organizaciones de obreros, soldados y campesinos, de las organizaciones creadas para la educación cultural, deberá gozar de plena y total autonomía tanto con relación al poder central como a las municipalidades”.
La revolución mundial
El triunfo de la Revolución de Octubre va a hacer posible una gigantesca oleada revolucionaria que cambiara para siempre la correlación de fuerzas mundial a favor de los pueblos del mundo y en contra del imperialismo.
El triunfo de la Revolución de Octubre va a provocar una extraordinaria oleada revolucionaria que recorrerá todo el mundo.
Empezando por Europa. En noviembre de 1918 se declara la República Socialista en Alemania, uno de los principales países imperialistas. El 21 de marzo es proclamada, “en nombre de todos los trabajadores, obreros y campesinos”, la República Soviética de Hungría, y se instaura la dictadura del proletariado. El Consejo Revolucionario comienza a implantar medidas revolucionarias. Desde la nacionalización de las grandes extensiones agrarias, la banca y las grandes empresas, a la socialización de las viviendas, la creación del subsidio de paro y la jubilación obrera, o la implantación de la educación gratuita y obligatoria, el voto a los 18 años..
La represión de las principales burguesías aplasta estos intentos revolucionarios. Pero en todo el continente se desatan nuevos estallidos. Un movimiento con huelgas de masas recorría Gran Bretaña a principios de 1919, con situaciones insurreccionales en algunas ciudades. Los consejos de trabajadores se extendieron por las ciudades industriales de Italia entre 1919 y 1920 con ocupaciones de fábricas…
La Revolución de Octubre supuso también un importante aliento a la lucha de los pueblos contra el dominio imperialista.
En el Decreto sobre la Paz, redactado por Lenin al día siguiente del triunfo de la revolución, se exige la supresión de las colonias y la liberación de los pueblos.
En las tres grandes luchas de liberación nacional de los años veinte (India, China y Egipto) la Revolución de Octubre es una referencia indispensable.
El 3 de diciembre de 1917 el gobierno soviético publicó el “ Llamamiento a todos los trabajadores musulmanes de Rusia y el Este”, donde se afirma: “os amenaza la esclavización por parte de los tiburones del imperialismo europeo (…) ¡Derrocad, pues, a estos piratas y opresores de vuestros países! ¡Debéis ser dueños de vuestro país!”.
Su repercusión es tal que Londres ordena al virrey de la India que “organice una campaña de desinformación” para impedir que su influencia se extienda.
Lo mismo ocurre con el “ Llamamiento del Gobierno soviético al pueblo chino y los gobiernos de China Meridional y Septentrional”.
En 1919, los representantes más avanzados de la revolución egipcia, dirigida por partidos burgueses, contra la ocupación británica, reconocerá el impulso que significó el ejemplo de la URSS. Así lo explica Sh. A. Ash-Shafi, uno de sus principales dirigentes: “Los manifiestos del joven Estado eran absolutamente nuevos para la humanidad […] Por vez primera en la historia apareció una gran potencia que no quería colonizar a nadie, invadir a ningún país ni explotar a nadie, un Estado que se puso del lado de todas las fuerzas liberadoras del mundo”.
El fruto principal de este movimiento, que va a permitir la expansión de la revolución, va a ser la formación de nuevos partidos marxistas-leninistas en los cinco continentes.
Este es un objetivo encabezado por la Internacional Comunista. Las 21 condiciones que, bajo la dirección de Lenin, se exigen a los movimientos y sectores revolucionarios que quieren incorporarse a la Internacional Comunista, atraídos por el prestigio de la Revolución de Octubre, están encabezadas por la formación de un partido comunista que parta del marxismo-leninismo y trace una clara línea de demarcación con la socialdemocracia y el reformismo.
Todas las revoluciones que marcarán la historia del próximo siglo nacen en este momento.
Carlos dice:
La revista Krokodil de Lenin,la revista de cachondeo más vendida de la historia
Luego llegó Stalin y la censuró. El director fusilado 🙄
Carlos dice:
La mayor transformación revolucionaria fue la revista Krokodil,»el jueves» de la URSS, desternillante,lanzada por el PCUS de Lenin, que ponía a parir a las potencias imperialistas, al gobierno, funcionarios incompetentes……🤪
Un poco de historia https://valenciaplaza.com/krokodil-revista-jueves-union-sovietica?amp=1
Con un par
kenobi dice:
Mira qué chulo https://www.gmtgames.com/living_rules/REDS-RULES-2012.pdf .Para que,como mariscales de campo,obreros,os echéis unas batallitas en la guerra civil rusa
charlie dice:
«A través de los soviets los obreros ejercían la dirección real, por ejemplo sobre el conglomerado Putilov, la principal fábrica de acero de Rusia y una de las mayores del mundo, sobre los ferrocarriles… sobre los principales centros económicos del país. Lo mismo sucedía en las principales unidades del ejército. O en todos los distritos y barrios, que organizaron su propio soviet.»..Ésto es muy bueno,los Soviets dirigiendo la economía y el ejército.En contra de lo que dicen los «reaccionarios»,que nacionalizando la industria,la burocracia se apodera de todo
charlie dice:
Un texto muy largo pero imprescndible
kenobi dice:
Hombre,yo lo de «sustituir a la policía y al ejército por obreros armados» en la España del 2017 lo veo un tanto utópico.Incluso en «la Comuna de París» había policía,lo que pasa es que se la quitó de «meterse en política» y se la obligó a hacer el trabajo que tienen que hacer,que para eso les pagamos los ciudadanos,que es evitar robos,seguridad,combatir el terrorismo,etc,etc…vamos,policías con vocación como «Mad Max»,jejeje,no hombre,policía debe de haber…………..vamos,que de éste artículo se pueden sacar 1000 tesis interesantes.Estáis haciendo una buena labor en las escuelas difundiéndolas al máximo
kenobi dice:
Es acoj…la de enseñanzas que se pueden sacar de éste artículo,para la España del 17,100 años después,pero yo la que siempre destaco de Lenin es:»hacer la Revolución es organizarla» –> https://issuu.com/deverdad/docs/ficha-adhesion-a-uce_20110218_232828