Luchas vecinales

Las asociaciones de vecinos cuestionan el proyecto de Arantzadi

Los vecinos de Pamlona muestran su rechazo al plan Arantzadi. Un proyecto que deja seriamente mermado el terreno natural de huerta histórico en este parque a cinco minutos del centro. De esta forma, los vecinos, agrupados en organizaciones, acusan al Ayuntamiento de realizar una maniobra oportunista, al diseñar el proyecto con unas miras estrechas que limitan el territorio tradicionalmente destinado a huerta, a la vez que dejan fuera del proyecto sitios como el convento de las Agustinas entre otros.Un proyecto para los vecinos, pero sin los vecinos. Un proyecto que los vecinos cuestionan organizadamente planteando serias dudas sobre el fin perseguido con esta obra. Organizaciones vecinales, que en medio de la crisis son clave para dar un cauce a las reivindicaciones sociales más sentidas, y solo con organización es posible conseguir. Planes de obras urbanas se proyectan a lo largo y ancho de nuestro país, mientras los ciudadanos se cuestionan la efectividad de estos proyectos en medio de la crisis, a la vez que ponen en el centro de sus reivindicaciones la pregunta de ¿A qué beneficios sirven muchos de estos proyectos? Porque desde luego, los vecinos ven en el proyecto de reforma de este parque fluvial, un perjuicio más que un beneficio para el conjunto de la ciudadanía.Malestar entre los hortelanos que tradicionalmente han trabajado en este paisaje encantado, y unas consecuencias nefastas para muchos de ellos que viven de trabajar estas tierras durante generaciones, y que ahora se verán despojados de ella sin indemnización alguna debido a que no son propietarios. Por otra parte La ubicación de empresas privadas hace que las contradicciones se agudicen, ya que si este proyecto no favorece a los vecinos y en cambio permite a empresas privadas dotarse de instalaciones en un lugar privilegiado, claro, que esto pasa por supuesto por poner aparcamientos donde antes había jardín y por desterrar de sus tierras a los hortelanos, de manera que cada vez los vecinos cuestionan el objetivo del proyecto, que acosta del dinero de todos destruye un paraje privilegiado en un privilegiado para unos pocos y todo a costa por supuesto de los vecinos y hortelanos.En plena crisis, la sensibilidad de la gente está a flor de piel, la situación de muchas familias hace que todo esté en cuestión y las organizaciones vecinales y ciudadanas aumentan como arma para defender unos intereses que este Gobierno de “izquierdas” no defiende. La organización como arma poderosa, la reflexión y cuestionamiento de los intereses que mueven realmente los proyectos y a quién benefician para poder dar cauce a las aspiraciones y reivindicaciones más sentidas de la gente, en cada barrio, en cada localidad.

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