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Las acusaciones de corrupción ponen a Madrid a la defensiva

Nuevas revelaciones sobre el escándalo de corrupción que sacude la política española ha puesto al primer ministro conservador Mariano Rajoy y a su partido a la defensiva. Los votantes están comenzando a perder la paciencia.La dirección del PP reaccionó como reaccionan las personas poderosas cuando se encuentran en una situación difícil. El ex presidente del Gobierno José María Aznar dio instrucciones a sus abogados para demandar al periódico El País. El actual primer ministro Mariano Rajoy, un conservador como Aznar, amenazó con demandar a cualquiera que insinuara acusaciones contra el Partido Popular (PP).Durante semanas, los periódicos españoles han publicado nuevos detalles sobre uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia del país, llamado «caso Gürtel», denominado así en alemán por el empresario Francisco Correa, cuyo apellido significa «cinturón». Durante años, Correa sobornó supuestamente a funcionarios del PP con dinero y regalos a cambio de contratos públicos.El esquema general de todo el asunto era conocido, pero no el hecho de que el ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, había acumulado hasta 22 millones de euros de fuentes dudosas en cuentas del Dresdner Bank en Ginebra. El juez de la Audiencia Nacional española sólo se enteró de esto como resultado de un rogatorio judicial a Suiza. Incluso el conservador diario El Mundo ya no pudo abstenerse de profundizar en el escándalo.Durante el tiempo en que Bárcenas manejó las finanzas del PP, escribe El Mundo, el político entregó a altos funcionarios del partido sobres llenos de billetes por valor de entre 5.000 y 15.000 € al mes. Un ex miembro del parlamento por el PP confirmó esta práctica. A pesar de que aceptar pagos adicionales no está prohibido si la persona lo declara en su declaración de la renta, los conservadores están, sin embargo, preocupados. Bárcenas podría haber anotado el origen de los fondos en sus cuadernos (las donaciones anónimas a los partidos políticos fueron prohibidas en 2007), así como a quién fue el dinero y por qué.Bárcenas aceptó el equivalente de más de 1,3 millones de euros en sobornos, circunstancia de la que el empresario Correa se jactaba en conversaciones grabadas que condujeron al descubrimiento del escándalo en 2009. Rajoy, presidente del PP y líder de la oposición en ese momento, protegió a su tesorero al principio, y el partido pagó a su abogado. Un año después, sin embargo, los conservadores forzaron a Bárcenas a renunciar a su escaño en el Senado y a dejar el Partido Popular.Pocos días después de la detención de Correa en 2009, Bárcenas empezó a mover el dinero que tenía en Suiza, y en 2010 las cuentas de Ginebra estaban vacías. Gracias a la amnistía fiscal decretada por el gobierno de Rajoy, trasladó cerca de 10 millones de euros de vuelta a España en los últimos meses, dijo su abogado. Pero esa amnistía no cubre los fondos obtenidos ilegalmente, subraya el ministro de Finanzas.Bárcenas niega todas las acusaciones. Y si es enviado a prisión, ha amenazado con que una serie de «bombas atómicas» van a explotar.La secretaria general del PP María Dolores de Cospedal niega tener conocimiento de sobres llenos de dinero, y dice que nunca habló sobre esta práctica con Rajoy. «El PP no tiene nada que ver con esas cuentas, y este señor tampoco tiene nada que ver ya con el partido». Rajoy, agobiado por la deuda soberana y un déficit fiscal persistente, ordenó una auditoría interna y externa. También espera que los ex funcionarios del partido firmen una declaración de que no cobraron ningún dinero ilegal. El primer ministro tiene previsto abordar estas cuestiones con la oposición esta semana. Alfredo Rubalcaba, líder del Partido Socialista Obrero Español, pidió un pacto contra la corrupción a comienzos de año, pero hasta ahora ha encontrado poco interés a pesar de que más de 200 políticos se enfrentan a cargos de corrupción en seis de las 17 comunidades autónomas regionales. En la socialista Andalucía, seis altos funcionarios del gobierno hacen frente a acusaciones en un caso de fraude con fondos de jubilaciones anticipadas. En Cataluña, las autoridades están examinando las transacciones comerciales llevadas a cabo por los miembros de la familia del que fue durante mucho tiempo jefe del gobierno regional.No es de sorprender que los ciudadanos ya no confíen en sus políticos. En una encuesta, el 95 por ciento de los encuestados dijeron que estaban convencidos de que los partidos políticos en el país encubren la corrupción y el soborno. Junto a su preocupación por el desempleo y la situación económica, los españoles ven a los políticos y al nepotismo como el mayor problema del país.En las últimas elecciones, políticos notoriamente corruptos fueron reelegidos. Pero en el sexto año de la crisis, en que el gobierno conservador está constantemente pidiendo nuevos sacrificios y aumentando los impuestos, y en el que cada vez más personas están perdiendo sus puestos de trabajo, ya no hay ninguna simpatía por la dulce vida de los poderosos. Cuando los primeros informes de presuntos pagos de sobresueldos del señor Bárcenas se difundieron por la radio y en Twitter, cientos de personas marcharon hasta la sede del partido en Madrid y protestaron contra los políticos que se llenan los bolsillos a expensas del contribuyente.También hubo nuevas revelaciones la semana pasada sobre cómo el yerno del rey, casado con la infanta Cristina, pudo haber desviado dinero público a sus propias cuentas. Ha vuelto a ser llamado a declarar sobre el asunto en febrero, aunque él niega los cargos. El juicio podría llegar a ser desagradable para el rey, porque el secretario privado de su hija también está presuntamente implicado en el asunto.

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