La verdad sobre el Salario Mí­nimo:

La verdad sobre el Salario Mí­nimo:

Cada vez que el gobierno de Zapatero presenta cuentas nos obliga a recordar que una verdad a medias siempre es una mentira. Y esto es lo que sucede con la anunciada subida del 4% del Salario Mí­nimo Interprofesional que lo sitúa en 624€ mes, medida estrella -junto al aumento de las pensiones- del último Consejo de Ministros del año.

Zaatero ratificó a su vez el compromiso de alcanzar los 800€ prometidos para el 2012 y recordó que en su primera legislatura el salario mínimo aumentó 200€, dato que enfrentó al periodo del último gobierno de Aznar en el que sólo subió 36€.Sin embargo la realidad es muy distinta; durante los años de gobierno de Zapatero, los trabajadores españoles hemos perdido un 6,4% de nuestra participación en la riqueza nacional, pérdida material en los bolsillos de cada uno de los 16,7 millones de trabajadores asalariados que podemos cuantificar en torno a 9 billones de pesetas, unos 3.300€ por cabeza que forzosamente hemos entregado como beneficio extra al capital.Para comprender cómo ha sido esto posible es necesario echar algunos números y entender la verdadera esencia del salario.Cuando Marx nos habla del salario dice: “Ni el salario nominal, es decir, la suma de dinero por la que el obrero se vende al capitalista, ni el salario real, o sea, la cantidad de mercancías que puede comprar con este dinero, agotan las relaciones que encierra el salario. El salario se halla determinado, además y sobre todo, por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por el capitalista: es un salario relativo, proporcional. (…) Si, por ejemplo, en una época de buenos negocios, el salario aumenta en un cinco por ciento y la ganancia en un treinta por ciento, el salario relativo, proporcional, no habrá aumentado, sino disminuido. Por tanto, si, con el rápido incremento del capital, aumentan los ingresos del obrero, al mismo tiempo se ahonda el abismo social que separa al obrero del capitalista, y crece, a la par, el poder del capital sobre el trabajo, la dependencia de éste con respecto al capital”.Y esto es lo que ha sucedido en los años de gobierno de Zapatero. Entre 2003 y 2007, el salario relativo –el que se mide en relación a la parte del nuevo valor añadido que se apropia el capital mediante la ganancia– ha descendido en nuestro país un 6,4%, proporción en que, inversamente, ha aumentado la ganancia. Se trata de un recorte salarial brutal, de haberse mantenido la proporción entre rentas salariales y de capital del año 2000 o 2003 –justamente durante el gobierno de Aznar- más de 53.150 millones de euros (9 billones de pesetas) habrían ido al salario de los trabajadores, mientras que por el contrario, han ido a engrosar los beneficios del capital. Un trasvase brutal y de un volumen desconocido en un periodo tan breve. Los multimillonarios beneficios del capital financiero y los grandes monopolios españoles y extranjeros en nuestro país han sido financiados con la nómina de cada trabajador.Con tamaño trasvase, se han ahondado las desigualdades sociales de forma que según el INE en nuestro país existe un 19,9% de la población –8 millones de personas– que viven bajo el umbral de la pobreza y el 60% de las familias españolas aseguran tener dificultad para llegar a fin de mes. Situación que se agrava ya que un prestigioso informe del pasado mes de octubre afirma que “la incidencia de la pobreza entre los trabajadores asalariados es, de hecho, la mayor de las últimas décadas”. Estos son los verdaderos resultados de la brutal aceleración en la desproporción en el reparto de la riqueza, un ahondamiento del abismo social de proporciones desconocidas hasta ahora. Hasta el punto de que en la actualidad, en nuestro país, el 40% de la sociedad española posee menos que el 1% más rico. Concretamente, las 450.000 personas más ricas del país (es decir, no más allá de 10 o 15.000 familias), poseen en la actualidad una riqueza superior en un 30% a los 18 millones de españoles situados en las escalas salariales más bajas.

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