Euskadi

La venganza contra el Euskera

El Consejo Asesor del Euskera ha llegado a la conclusión de que la clave ara potenciarlo es la persuasión, no la imposición. En una carta a “El Correo” un lector que se declara amante de la lengua vasca afirma que, siendo imprescindible proteger e impulsarla, el euskera es el que pierde con la imposición. Señala que la contradicción de que el euskera no se fortalezca no está en los “talibanes antivascos” sino en la imposición, una contradicción a la que políticos y sindicatos giran la cara para mirar hacia otro lado. El ejemplo es esclarecedor. 70 de las 400 plazas que ofertó Osakidetza (el Servicio Vasco de Salud) en 2006 para plazas de administrativo se quedarán sin cubrir porque se exige un perfil de euskera. Los que lo tienen no quieren esas plazas y los que no lo tienen no tienen tampoco acceso a ella, a pesar de tener más de quince años de experiencia como administrativos. ¿Qué tipo de respeto van a tener aquellos que sufren este tipo de barbaridades, o los que las conocen, por los que hoy en día desde el poder se otorgan el cargo de máximos defensores del euskera? En opinión del firmante de la carta, el parámetro real para medir la fortaleza del euskera es el grado en que lo hablan los ciudadanos en la calle. Y, si bien en los últimos 25 años, el uso del euskera se ha extendido institucionalmente no es así entre la ciudadanía: “El que lo hablaba lo sigue hablando, pero el resto se limita a estudiarlo (si es que lo logra), para luego relegarlo como venganza por su imposición”.

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