Arquitectura: Centenario del primer manifiesto futurista

LA VANGUARDIA DE LAS VANGUARDIAS

<> Pese a lo utópico de su provocativa propuesta el futurismo señaló el camino.

Un seísmo de fuerzas incontrolables había goleado las conciencias europeas. La visión pionera del futurismo en la arquitectura revolucionó la comprensión de la ciudad, pasando a entenderla como un ente orgánico donde las estructuras urbanísticas tendrían un papel decisivo. Al mismo tiempo, la mirada llevaba implícita el germen utópico, que hizo que la nueva concepción de las urbes fuera de imposible realización en una Italia social y tecnológicamente demasiado atrasada para desarrollar sus monumentales proyectos. Nuevas concepciones utópicas y anarquistas de un sector de la sociedad, junto al decadente siglo XIX italiano y su atrofiado sistema industrial, conformaron la base de la exaltación maquinista y el tumulto de la vida urbana. Unido a esto, un avance científico determinante se produjo en los estudios llevados a cabo por Einstein. Un nuevo concepto del tiempo. “Desde ahora en adelante – dijo el matemático Herman Minkowski en 1908- el espacio solo o el tiempo solo están condenados a desaparecer como sombras; solamente una especie de unión entre ellos salvará su existencia.” El futurismo se vio afectado por esta nueva unidad espacio-tiempo, reinterpretando la realidad a través del movimiento. No había marcha atrás después de la proclamación de Marinetti. El urbanismo futurista se revolucionó preconizando el papel que tendrían las infraestructuras en las ciudades modernas. En ellas la imaginación de Antonio Sant´Elia, miembro esencial del movimiento, describía grandes autopistas conformando el esqueleto de la ciudad y otorgaba al automóvil el peso que llegaría a tener décadas después. El italiano fantaseaba con la ciudad dominada por ascensores, edificios monumentales unidos mediante carreteras a diferentes niveles y ferrocarriles subterráneos enlazando rascacielos de viviendas. Muchos fueron sus críticos denunciando que integró el movimiento de manera superflua en su arquitectura y obvió el desarrollo histórico y tecnológico de su época, condenando sus proyectos a no salir de su bloc de dibujo. Aunque solo el transcurrir del tiempo ha sido capaz de valorar como la primera de las vanguardias bocetó rasgos del urbanismo actual y señaló el camino en el momento en que todos iban en busca de nuevas directrices.

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