Cargando...El PSE-EE y el PP tienen que tratar mañana el nombramiento del nuevo director general de EiTB, que está vacante desde que el anterior responsable, Andoni Ortuzar asumió la Presidencia del Bizkai Buru Batzar del PNV. Este señor cuando fue nombrado para el cargo ya era un destacado miembro del PNV. Por supuesto, ahora ha ascendido como recompensa por los valiosos servicios prestados al régimen nacionalista étnico, obligatorio y excluyente. Ahora es, ni más ni menos, el presidente del máximo órgano de dirección del PNV en Vizcaya.
Este nombramiento saca a la luz una situación que arece haber pasado desapercibida, o mejor, bien ocultada. La existencia, en la comunidad autónoma vasca, de una televisión controlada de forma exclusiva y directa, mediante un alto cargo del partido, por el PNV. Pueden ustedes suponer que lo podría, si quiera, intentar Camps con la televisión autonómica valenciana o Esperanza Aguirre con Telemadrid, sin que, con toda razón, fueran calificados de franquistas. ¿Han visto u oído ustedes alguna campaña de denuncia en esos diarios nacionales tan sensibles a otras situaciones antidemocráticas? ¿Han denunciado la existencia de una televisión y una radio públicas que eran aparatos de propaganda del siniestro régimen étnico sostenido sobre el terror, el miedo y el silencio? Porque el problema, con serlo, principal no era que ETA y sus organizaciones políticas, sociales, culturales y deportivas tuvieran la puerta siempre abierta para aparecer en cualquier tipo de programa informativo, de debate, etc. El principal problema era que la EiTB estaba dirigida por la dirección del PNV para que fuera su órgano de propaganda. Era lo más parecido al NODO, el funestamente conocido noticiario franquista, lo más parecido a la radiotelevisión del régimen de Franco. Por supuesto, el carácter sumiso de estos cargos del régimen se mantiene recalcitrantemente hasta el final en la EiTB. Así que hace tres días el director de informativos de la televisión pública vasca, Jaime Otamendi, realizó una entrevista a Patxi López, ya investido lehendakari, donde, a diferencia del trato servil que daba a Juan José Ibarretxe, demostró su agresividad y lanzó preguntas con el objetivo de desprestigiar al nuevo lendakari. Por ejemplo, que le diría a la madre de un preso de ETA encarcelado en Huelva, aunque el mismo afirmó a continuación que la política penitenciaria, y la de dispersión en concreto, no es competencia de la administración vasca y, por lo tanto, no correspondía responderla al lendakari. Aunque, realmente, cualquier demócrata tiene la respuesta clara: “Señora, ya tiene usted bastante sufrimiento con tener un hijo terrorista como para que intenten utilizarla también los mismos terroristas, e, incluso, los peneuvistas”. Y cualquier madre de un asesinado por ETA: “Señora, disfrute de la suerte de que, en España, a los terroristas se les garantiza la aplicación del Estado de derecho, disfrute de que su hijo está vivo. Al mío, friamente le asesinaron, con más absoluta cobardía”.