Zapatero quiere mantener la silla en el G-20

La silla más cara del mundo

Si entonces fue Sarkozy, ahora son Gordon Brown y Angela Merkel los que pueden cederle un asiento. El primer ministro inglés por ser el anfitrión de la próxima cumbre que se reunirá en Londres en abril, la canciller alemana porque va a reunir a los lí­deres europeos en Berlí­n el próximo mes de marzo.

La dilomacia española busca validar que quien estuvo en la cumbre de Washington debe ser invitado a las próximas reuniones y por eso en lugar de hablar del G-20 prefiere hacerlo del G-W (Grupo de Washington), sin embargo tendrá que gestionar la presencia española negociándola con los socios europeos que decidirán el 19 y 20 de marzo quién representará a Europa en la reunión de Londres y nada está decidido. Pero el quid de la cuestión es ¿cuánto nos ha costado ya a los españoles la silla del presidente? La aparente incoherencia de que España, octava potencia mundial, estuviera fuera de la convocatoria anterior no proviene, como quiso presentar el gobierno de Zapatero, de las desavenencias con Bush, el anfitrión de la primera cumbre. Por el contrario sigue una lógica aplastante; en Washington se reunían los representantes políticos de las principales potencias económicas, políticas y militares del mundo, de los países emergentes y de las áreas geopolíticas más importantes, para consensuar medidas comunes en respuesta a la crisis. Y España no encaja en ninguna de estas categorías dado que la renuncia de nuestra clase dominante a levantar un proyecto autónomo y con voz propia en el mundo viene de lejos. En su momento, desde las páginas del periódico quincenal De Verdad afirmamos: “La cuestión no es si acudimos como invitados de Francia, sino por qué somos invitados de París y cuanto nos cuesta la invitación. La pregunta no es retórica. Sino que está en el centro del espectacular salto en la concentración de capitales y en la expansión internacional que ha dado un selecto grupo de monopolios españoles –encabezado por el Santander de Botín– durante los 4 años de la primera legislatura de Zapatero. Proceso de acumulación y expansión que ha tenido uno de sus motores en el recurso prácticamente ilimitado al endeudamiento y la financiación exterior.”Los financieros que han puesto el dinero de la gigantesca deuda contraída por los grandes monopolios españoles son en un 29,1%, (315.516 millones de euros) banqueros alemanes y en un 18,8% (219.766 millones) franceses. Entre los dos acumulan el 47,9% del total de la deuda que los bancos y monopolios españoles han necesitado para su expansión y que todos los españoles deberemos amortizar. Las palabras de un banquero alemán sintetizan a la perfección sobre qué pilares se ha cimentado el “milagro económico” español y que hoy se da de bruces contra la realidad: “los españoles no sólo nos compran los coches, además nos piden prestado el dinero para comprarlos”.La silla cedida por Francia a Zapatero en Washington ha sido sin duda la silla más cara de la historia. La de Londres está por ver, un lacónico Brown, que no ha comprometido nada, se ha despachado diciendo: “las preocupaciones de España serán tenidas en cuenta seriamente”. Sin duda los banqueros ingleses no tienen tanto que agradecer a Zapatero.

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