Crónica de la Escuela de Lí­nea Estratégica Internacional

La semilla de otro mundo

Dos dí­as y medios para establecer las bases de la nueva Lí­nea Estratégica Internacional de Unificación Comunista de España. Este es el reto que nos propusimos el pasado viernes 29 de marzo.

Más de 150 compañeros y camaradas llegados desde 27 provincias de toda España participamos en una escuela de formación puesta al servicio, al mismo tiempo, de la estrategia internacional. Un planteamiento, en su mismo punto de partida, profundamente revolucionario. Un proceso colectivo de establecimiento de ejes de la línea, basándonos en los fustes del marxismo-leninismo-pensamiento mao-tse-tung y haciendo un análisis concreto del periodo que atraviesa el mundo en el que vivimos.

Uno no podría esperar acudir a una escuela de formación y ser partícipe del establecimiento de puntos fuertes de la línea de UCE. Camaradas con décadas de militancia, compartiendo trabajo de valoración, estudio y discusión con militantes de reciente incorporación, con las mismas posibilidades de conocer, comprender y decidir.

Un constate hervidero

Gallegos, asturianos, vascos, aragoneses, catalanes, valencianos, castellanos, murcianos, andaluces, madrileños, canarios… cada pleno se ha convertido en expresión del crecimiento de UCE, de su expansión y de la incorporación de nuevos militantes, afiliados, amigos y simpatizantes por toda la geografía española.

Y esto se veía no solo en las intervenciones de los participantes en la escuela, en los descansos, en las comidas, o al acabar la jornada, son también en las constantes referencias que los profesores hacían señalando quién era quién. La gente de Logroño, los camaradas de Girona, de Terrassa, la creciente organización gallega, la potente presencia andaluza, los anfitriones, los camaradas de Madrid…«Multitud de jóvenes camaradas combinado con cientos de años de militancia»

Inevitablemente los debates se reproducían por todos los rincones. Cada pleno de la escuela se repetía en pequeños círculos, en conversaciones a dos, o a tres, en discusiones de sobremesa… un hervidero constante de opiniones, valoraciones, puntos de vista diferentes que no daban sino confianza en el entusiasmo de todos y cada uno, en la fuerza colectiva salida de la combinación de multitud de jóvenes camaradas, con cientos de años sumados de militancia, en experiencia y trayectoria revolucionaria.

Cada vez somos más

Al mismo tiempo era inevitable compartir el día a día. Las diferentes experiencias, la iniciativa y la audacia de unos, y la persistencia de otros, tanto en la organización del Partido, como en el trabajo político. Desde la Conferencia que celebramos en Enero las sedes se han llenado de gente, los comités se han extendido a las poblaciones cercanas y muchos compañeros y compañeras están conociendo y discutiendo la Línea Ideológica y Política de UCE. Cada vez somos más y más fuertes. Con el añadido de que a una escuela de formación de cuadros asistieron compañeros y compañeras que no son de la organización, que acudieron invitados y pudieron participar como cualquier otro.

Más conciencia, más libertad

Al tercer día, el domingo por la mañana, parecía que hubiera transcurrido una semana. La intensidad del debate y la profundidad de los contenidos convirtieron cada hora en una jornada completa. Qué ha pasado en los últimos 20 años tras la caída del muro de Berlín y la implosión de la URSS, hemos avanzado o retrocedido, qué condiciones tenemos para el avance de la revolución, cuál es la correlación de fuerzas a escala mundial para hacer frente al proyecto hegemonista de EEUU, cómo hacer frente a la superpotencia norteamericana… un concienzudo trabajo de estudio que ha culminado en un conjunto de tesis y conclusiones fuertes que nos permiten dos cosas:

Por una parte, volver a las ciudades con mayor conciencia, formación, mayor comprensión del mundo en el que vivimos, de por qué se dan cada uno de los acontecimientos relevantes del día a día y cómo dar respuesta, en definitiva, saber leer los intereses de cada clase, de cada centro de poder y, al mismo tiempo, tener mayor capacidad de decisión individual y colectiva, es decir, mayor libertad y posibilidad de incidir en el curso de los acontecimientos para que el saldo de cada batalla política sea a favor de las fuerzas del pueblo, de las clases populares.«Depende de nosotros regarla y que no pare de crecer»

Y por otra, fortalecer nuestros objetivos y el norte de la organización. Tener claridad respecto a la alternativa que necesita nuestro país. Tomar conciencia de que las cosas no son como nos dicen, que no estamos solos, ni somos pocos, ni debemos resistir. Que más del 70% de la humanidad está luchando por liberarse del yugo del imperialismo, con mayor o menor conciencia sobre ellos. Luchando por sus condiciones de vida, por la independencia y soberanía de su país frente a los agentes del hegemonismo norteamericano y el imperialismo alemán, el FMI, el BCE y la UE, o por el desarrollo y crecimiento de su país después de haber alcanzado un proyecto propio. En cualquiera de sus formas, los pueblos, países y naciones, avanzan, y esa es la corriente principal de nuestro tiempo.

Un tigre de papel

Cada paso en conciencia y organización que damos los pueblos del sur de Europa, y en particular el español, no es en una lucha a contracorriente y en solitarios, sino con la corriente mayoritaria y con la simpatía de la mayoría de la humanidad. Tal y como recordamos en la escuela, EEUU es un tigre de papel, al que no hay que menospreciar en absoluto tácticamente, pues es una fiera que morirá matando, pero al que debemos despreciar estratégicamente, porque el futuro es de los pueblos y no del imperialismo.

Habrá quien piense que esto es puro optimismo, e incluso entusiasmo de locos complacientes, pero la realidad dice exactamente lo contrario, y para leer lo que pasa hay que empezar por buscar la verdad en los hechos. Por eso una parte de enorme importancia en la escuela fueron las conclusiones extraídas para rebatir y desmontar todas aquellas ideas que se difunden precisamente entre la gente de izquierdas y revolucionaria, que nos alejan de la realidad, que desmovilizan, paralizan o extravían para que nada cambie. Aquellas que nos dividen a la gente, que nos restan apoyos para luchar contra el saqueo que vivimos en nuestro país. EN definitiva, para poder denunciar a aquellos interesados en enfrentarnos o en pervertir la posibilidad de que el 90% de la población, de todos los sectores sociales, de todas las clases populares, de todos los rincones del país, luchemos unidos con un objetivo común.

Decía un escritor al que leí en la revista Foros21, que se ha plantado la semilla de otro mundo. Después de la escuela queda claro que la semilla ha echado raíces y está brotando. Depende de nosotros regarla y que no pare de crecer.

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