Demandas contra las tabaqueras

La salud contra el Estado

A diferencia de otros paí­ses, como EEUU, donde la implicación firme del Estado, libre de acarrear con los gastos médicos de las enfermedades que provocan los productos del tabaco, ha llevado a las empresas a tener que pagar grandes indemnizaciones (la sanidad es privada allí­). Aquí­, tanto la sanidad como Hacienda pertenecen al mismo ente. Las tabaqueras consideran que ya pagan al estado suficiente en impuestos y el estado que ya advierte suficiente al ciudadano. El culpable eres tú.

Cuando se interuso la primera demanda en España contra las tabaqueras, corrían tiempos en que las primeras victorias en los tribunales norteamericanos alentaban a los bufetes de abogados a lanzarse al ruedo. Las grandes tabaqueras norteamericanas tuvieron que reconocer que fumar provoca cáncer y que la nicotina es adictiva después de años de negarlo, lo que hizo que tuvieran que pagar indemnizaciones multimillonarias en procesos judiciales que saltaron a los titulares de todo el mundo. La compensación que pedía la familia era de 90.000 euros por daños y perjuicios psicológicos y morales, y 60.000 de indemnización.En 2004 el recurso a la demanda llegó al Tribunal Supremo y éste ha desestimado, cinco años después lo que pasará a la historia como la primera demanda presentada en España contra Altadis (antes Tabacalera) e interpuesta por la familia de un fumador fallecido de cáncer de pulmón. La Justicia considera que no existe responsabilidad civil por no quedar probada relación contractual entre el fumador y la tabaquera. ¿De qué dependía ganar este caso? Según el abogado de la familia, Gustavo Cirac, se trataba de conseguir el reconocimieto por parte de la Audiencia Provincial de Barcelona de que había una relación contractual entre Altadis y el muerto, punto que el tribunal ha desestimado porque no es posible demostrar que “la causa directa y exclusiva de la muerte del Sr. Carramiñana fuera la de su adicción al tabaco".Y aquí es donde juega su papel la intervención del estado. El Supremo señala que el tabaco es una sustancia legal y que "desde la década de los 60 se advierte de que fumar puede ser perjudicial para al salud". O sea, la culpa, una vez el Estado advierte del riesgo, es del que fuma. La adulteración del tabaco para convertirlo en adictivo se ve con unos ojos cuando el tabaco es una fuente de ingresos para el Estado y cuando es . Hace poco la Audiencia Nacional absolvió al Estado de su responsabilidad en otro caso de cáncer de laringe. Lo dicho. Con el Estado nos hemos topado.

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