Selección de prensa internacional

La revolución vasca

¡Por fin un artí­culo sobre España -en particular sobre el Paí­s Vasco- publicado en Francia, que no sólo se puede leer sin necesidad de lanzar varios improperios, sino que da gusto leerlo! El corresponsal en Madrid del diario económico francés Les Echos escribí­a anteayer una crónica sobre la investidura de Patxi López como lendakari en la que, por primera vez en mucho tiempo, se da una visión bastante ajustada a la realidad de lo que ocurre en Euskadi y, por extensión, en el conjunto de España.

Para el corresonsal de Les Echos, la elección de dos políticos “constitucionalistas” al frente de las dos principales instituciones vascas –la lendakaritza y el parlamento– no sólo es un acontecimiento inimaginable en el País Vasco hace sólo un año, sino también la esperanza de que Euskadi salga del régimen sectario y excluyente construido por la dirección del PNV. Y un motivo de alegría para los miles de vascos perseguidos y acosados que han decidido valientemente hacer frente al terror. De “triste balance para un PNV que nunca ha marcado claramente sus diferencias con los partidarios del extremismo” califica Les Echos la salida de los jelkides del gobierno vasco. Pero, posiblemente sea la perspicaz traslación que el corresponsal hace de lo ocurrido en Euskadi al conjunto de España lo que más sorprenda del artículo. Tras enumerar una serie de hechos –como la pérdida del pode en galicia de la alianza PSG-BNG, la oposición a la inmersión lingüística del gobierno balear o el declive de ERC en Cataluña –afirma contundentemente que “la opinión pública exige a sus gobiernos locales que dediquen más tiempo a resolver sus problemas y menos a pelearse con Madrid para aumentar sus prerrogativas”. Difícil sintetizar con más exactitud el clima de hartazgo nacional hacia las burguesías burocráticas regionales y el fuerte viento popular por la unidad que, como analizamos tras la elecciones de pasado año, se ha levantado en toda España. Y del que los resultados de las pasadas elecciones vascas no son, por el momento, más que su último corolario. Francia. Les Echos LA “REVOLUCIÓN VASCA” Gilles Sengès La jornada de anteayer promete ser una fecha marcada para la posteridad en el País Vasco español. Con la entronización de Patxi López, líder local del Partido Socialista, a la cabeza del gobierno regional, Euskadi se encuentra por primera vez desde el fin del régimen franquista y el restablecimiento de la democracia en España dotado de un lendakari no nacionalista. Para añadir espectacularidad al acontecimiento, el nuevo poder ha negociado el apoyo de los parlamentarios del Partido Popular, que ha obtenido, a cambio de su respaldo, la presidencia del Parlamento vasco salido de las urnas del pasado 1 de marzo. Enfrentados duramente en Madrid, los hermanos enemigos de la escena política española han renunciado a hacer bandera de sus diferencias para aprovechar la oportunidad histórica de ofrecer a Euskadi una alternancia después de 30 años de poder ininterrumpido del Partido Nacionalista Vasco. José Luis Rodríguez Zapatero ha puesto su grano de arena aceptando, en esta ocasión, fragilizar durante los tres próximos años la posición de su gobierno, al que le faltan 7 escaños en el parlamento para alcanzar la mayoría absoluta. El Partido Socialista en el poder había podido contar hasta ahora con el apoyo de los representantes del PNV para hacer aprobar sus leyes. La irrupción de dos responsables “constitucionalistas” al frente de las dos principales instituciones políticas vascas –de los cuales uno se llama López, ¡patronímico hispano donde los haya!– es un acontecimiento inimaginable en el País Vasco hace sólo un año. Es una formidable lección de democracia para aquellos que en Euskadi “niegan”, todavía, la muerte de Franco y ven todavía en España una dictadura. Es la esperanza para salir del ambiente sectario en una región donde el euskera y la ikurriña, la lengua y la bandera vascas, son demasiado a menudo utilizadas como símbolos de exclusión. Es también una pequeña revancha para los miles de personas, electos no nacionalistas, directivos de empresas, artistas, intelectuales, periodistas,… condenados a vivir, día tras día, con escolta por estar amenazados por los terroristas de ETA. Ver a muchos de sus compañeros de infortunio acceder a puestos de responsabilidad es la mejor recompensa para el coraje desplegado todos estos años por aquellos que han escogido permanecer en el país cuando otros, incapaces de soportar la presión, emigraron lejos de la guerra. Se estima en más de 125.000, un 5% de la población, las personas que escogieron el exilio político entre 1980 y 2005. ¿Qué país puede permitirse dejar marchar una parte de su elite sin revolverse y reaccionar contra las raíces del mal? Advertido por primera vez en las urnas el año pasado, cuando con ocasión de las elecciones generales españolas perdió más de 120.000 votos respecto al escrutinio de 2004, el PNV, que sigue siendo la primera formación política del País Vasco, al parecer no advirtió el cansancio de los vascos contra la violencia de ETA y de la actitud de confrontación permanente de sus dirigentes con Madrid. No ha asimilado la incomprensión de una gran parte de la población, consciente de vivir en una de las regiones más ricas de Europa con el más alto grado de autonomía política y económica, pero también hastiada de residir en el último rincón del “Viejo Continente” donde persiste todavía una amenaza terrorista local. Triste balance para un PNV, que, dividido entre los partidarios de una línea autonomista y los defensores de una vía soberanista, nunca ha marcado claramente sus diferencias con los partidarios del extremismo. Como demuestra la actitud de sus dirigentes actuales que creen haber sufrido un “robo” electoral porque la justicia española prohibió la participación en las ultimas elecciones de la izquierda abertzale, tradicional escaparate político de ETA. Lo que condujo a la organización terrorista a llamar a la abstención de sus seguidores (llamamiento seguido por casi 100.000 votantes) y privar al PNV de cualquier posibilidad de obtener una mayoría en el parlamento regional para formar nuevamente gobierno, apoyándose en los votos de los representantes de los amigos de ETA, como había ocurrido en el pasado. Pero esto que pasa hoy en Euskadi podría bien ser una lección para el conjunto de la España de las autonomías. Pues el mismo día que las elecciones vascas, los votantes gallegos, hartos del integrismo lingüístico del equipo gubernamental, reenviaron a la oposición a la coalición gubernamental formada por los socialistas locales con el apoyo del bloque nacionalista gallego. Y un castigo semejante pende sobre la cabeza a la coalición de gobierno en las Islas Baleares, donde la imposición del catalán en la vida cotidiana, bajo la presión de los nacionalistas de Unión Mallorquina, comienza a indisponer a una parte de la población. La misma Cataluña, donde los independentistas de ERC han visto reducida su representación parlamentaria en Madrid de 8 a 3 escaños tras las elecciones generales de 2008, podría verse afectada por el fenómeno. Mientras España se hunde en una profunda crisis económica, la opinión pública exige a sus gobiernos locales que dediquen más tiempo a resolver sus problemas y menos a pelearse con Madrid para aumentar sus prerrogativas. LES ECHOS. 7-5-2009 EEUU. The Wall Street Journal LAS PÉRDIDAS DE LOS GRANDES BANCOS ALCANZARÁN LOS 599.000 MILLONES DE DÓLARES Por David Enrich y Robin Sidel y Deborah Solomon La Reserva Federal de Estados Unidos proyectó que las pérdidas de 19 de las mayores entidades financieras del país ascenderán a unos 599.000 millones de dólares hasta finales del próximo año y les exigió que recauden 74.600 millones en capital para resguardarse de posibles pérdidas. Los resultados de las llamadas pruebas de resistencia desataron una carrera de los bancos más débiles por encontrar capital y una ofensiva de los más fuertes para distanciarse del gobierno, que a fines del año pasado les inyectó fondos de los contribuyentes. El anuncio de la Fed vino acompañado de una lúgubre predicción: las pérdidas relacionadas a créditos hipotecarios, préstamos comerciales, valores y otros activos en los balances de las instituciones sometidas a las pruebas de resistencia alcanzarán los 599.200 millones de dólares de aquí a fines del próximo año. El cálculo se basa en supuestos económicos que son peores a los anticipados por muchos economistas. Timothy Geithner, secretario del Tesoro, dijo ayer que está "razonablemente confiado" en que los bancos lograrán levantar el capital que necesitan entre inversionistas privados, aliviando la necesidad de que Washington se inmiscuya aún más en el sistema bancario. La información provista por las pruebas de resistencia "simplificará la labor de los bancos para recaudar capital fresco de fuentes privadas", aseveró. Algunos bancos a los que se les solicitó levantar fondos anunciaron de inmediato sus planes para acudir a los mercados de capital. Wells Fargo & Co., que debe conseguir 13.700 millones, realizará una colocación de acciones comunes de 6.000 millones. Morgan Stanley, que debe cubrir una brecha de 1.800 millones, venderá 2.000 millones en acciones y 3.000 millones en deuda no garantizada por el gobierno de EE.UU. En caso de prosperar, las ventas "deberían constituir un paso significativo en la tarea de restaurar un mínimo de confianza en la banca", dijo David Havens, director ejecutivo de la firma de valores Hexagon Securities. "Indica que incluso los bancos grandes en problemas tienen la capacidad de captar capital privado". Alrededor de la mitad de los bancos sometidos a la prueba de resistencia, desde conglomerados financieros como J.P. Morgan Chase y Goldman Sachs a bancos regionales como BB&T Corp., cuenta con niveles adecuados de capital. Esto equivale esencialmente a un sello de aprobación de la Fed. La otra mitad, en tanto, necesita recaudar entre 600 millones, en el caso de PNC Financial Services, a 33.900 millones, en el de Bank of America. Los expertos advierten que las pruebas podrían tener una consecuencia “inesperada”: dificultarles a los consumidores y las empresas el acceso al financiamiento. La concentración del gobierno en lograr colchones de capital más voluminosos podría alentar a los bancos a acaparar efectivo y recortar aún más el crédito, señala Jim Eckenrode, ejecutivo de investigación bancaria de TowerGroup. Según su análisis, los bancos tendrán menos margen para ofrecer bajas tasas de interés a los consumidores, mientras que las empresas podrían tener dificultades para financiar proyectos de desarrollo inmobiliario comercial y residencial. Eso podría menoscabar un objetivo clave del gobierno de Obama, que ha estado presionando a los bancos para que concedan más préstamos con el fin de estimular la economía. Los resultados de las pruebas fueron enérgicamente cuestionados por algunos bancos, que argumentaron que las evaluaciones eran superficiales y no reflejaban diferencias significativas en la salud de los portafolios de préstamos de varias entidades. Ahora que concluyeron las pruebas de resistencia, la campaña de Washington por sanear el sistema financiera entra en una fase nueva y potencialmente complicada. Aunque es probable que la mayoría de los bancos que necesiten levantar capital lo consigan, analistas e inversionistas indican que el gobierno podría acabar con una participación significativa en algunos de ellos, ante su incapacidad de levantar capital entre inversionistas privados. Sin embargo, han surgido algunas señales alentadoras. En las últimas semanas, un puñado de bancos saludables, desde Goldman Sachs al banco de Denver Guaranty Corp., han recaudado fondos en los mercados de capital. Eso representa un cambio radical frente a la situación que imperaba a principios del año, cuando ningún inversionista quería acercarse a las acciones de los bancos estadounidenses. "Lo que empezamos a escuchar de los inversionistas es que las acciones de estas empresas cayeron demasiado y, aunque la situación es mala, no lo es tanto como se llegó a pensar", señaló Brian Sterling, codirector de banca de inversión para la firma de inversión Sandler O’Neill & Partners. Los bancos reconocen, no obstante, que el apetito de los inversionistas es limitado. "Creo que hay cierta demanda en el mercado para levantar un monto determinado, pero es muy improbable que se financie un agujero de 60.000 millones en los próximos dos meses", afirma Joshua Siegel, de la firma de inversión StoneCastle Partners LLC. "Tengo muy poca confianza en los resultados de estas pruebas". THE WALL STREET JOURNAL. 7-5-2009

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