Cómics

La Revolución Cubana en las Páginas del Cómic

Coincidiendo con el 40 aniversario de la revolución cubana, el neoyorquino Spain Rodrí­guez presenta en La Semana Negra de Oviedo «Che: Una biografí­a gráfica». Al mismo tiempo reaparece de los archivos «El hombre con barba», mini-cómic sobre Fidel Castro creado por Stan Lee (Spiderman, Hulk, etc.) en 1959.

Los hechos y los ersonajes que protagonizaron la revolución en Cuba no podían pasar desapercibidos para esos lapiceros que siempre se han agitado al margen de la cultura oficial. El norteamericano Spain Rodriguez, veterano emblema del movimiento underground del cómic, publica una completa biografía en la que ha estado trabajando alrededor de tres años. La obra promete ser un acercamiento más profundo a la figura del “Che” Guevara, de lo que lo ha sido el reciente film de Steven Soderbergh. Rodríguez no ha pasado por alto aspectos menos agradables del militar que Guevara fue, desde la admiración afronta la realidad del personaje que se erigía en verdugo de los delatores y en estratega en las emboscadas más agresivas. Dos años y medio antes de dar vida a los Cuatro Fantásticos, tres antes de crear Spiderman, el guionista Stan Lee publicó junto al dibujante Joe Sinnott un sorprendente cómic con un héroe de carne y hueso, Fidel Castro. “The man with the beard”, una historia de cuatro páginas, fue publicada por Atlas Cómic (uno de los embriones de Marvel) el 5 de junio de 1959. Y narraba en tono heroico las hazañas de los rebeldes melenudos que tomaron La Habana los primeros días del año. Desde la óptica de una posible alianza con Estados Unidos, se narraban las gestas de aquellos hombres que representaban la justicia.A lo largo de la historia, los autores de cómic han dado respuesta a realidades actuales, e incluso en algunos casos, han servido de propaganda. Ejemplos recientes, como el caso de “Persépolis”, que denuncia la situación de las mujeres en Irán, o “Maus”, que hace lo propio con el genocidio nazi, siguen dando vigencia a la capacidad comunicativa y el valor cultural del “noveno arte”.Airados dibujantes que se empeñan en demostrar que las viñetas no son un mero entretenimiento para adolescentes, ni un objeto fetichista para “freaks” nostálgicos. Sino un instrumento de arte popular capaz de mantenerse vivo al margen de los grandes canales de distribución, y de afrontar realidades contemporáneas con absoluta independencia.

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