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La recuperación desmonta el espejismo del cambio estructural de la economí­a española

Desde que comenzó la devaluación interna en España el sector exportador español comenzó a crecer, era uno de los objetivos del proceso al que se ha sometido España en los últimos años. Lo cierto es que el peso de las exportaciones en el PIB ha crecido y parecía que podía tirar de la economía. Ahora los expertos se preguntan si este cambio es tendencial o estructural, es decir, si es pasajero o ha llegado para quedarse.

En un artículo publicado por el profesor de Economía de la Universidad de Pensilvania, Jesús Fernández Villaverde, y el Profesor de Finanzas de la Universidad de Columbia, Tano Santos, explican en Nada es Gratis que «esta recuperación, aunque bienvenida, no tiene mucho misterio. Todas las economías de mercado, por distorsionadas que estén, terminan ajustándose: los precios bajan (devaluación interna), los agentes económicos responden a esos precios y los mercados se vacían».

La pregunta real es si «hemos solucionado los problemas de fondo de la economía española, o si seguimos atascados en las mismas trampas del pasado». Lamentablemente, algunos indicadores analizados por estos economistas dejan entrever que España no aprende y sigue manteniendo los mismos problemas estructurales que hace años.

Y es que el endeudamiento de España frente al exterior «es causa y síntoma de nuestros problemas estructurales. Es causa porque expone a España a posibles crisis de refinanciación de su deuda externa y es síntoma porque ilustra los problemas de productividad del país», explican los dos economistas españoles.

Y según se puede observar en los últimos datos, la deuda neta de España frente al exterior (lo que debe España frente a lo que le deben a España) sigue creciendo. La principal causa de este nuevo incremento son los nuevos déficits por cuenta corriente, tras haber logrado meses atrás unos superávits esperanzadores.

Déficit por cuenta corriente

«La actual recuperación está está desembocando, una vez más, en un deterioro de nuestra cuenta corriente… La mejor prueba de nuestra recuperación es que ésta sigue el mismo patrón que otras expansiones anteriores, algo que es decepcionante por dos motivos:

Primero porque nosotros mismos pensábamos en 2013/14 que quizás esta crisis había sido tan profunda que el cambio en el comportamiento de las exportaciones e importaciones era más estructural que tendencial. Estábamos equivocados y el problema del sector exterior sigue ahí», explican Villaverde y Santos.

Se puede observar analizando al detalle las importaciones de España que los bienes de consumo y los de bienes de capital se han incrementado de forma similar en este último auge de las importaciones: los bienes de capital son los bienes que se utilizan para mejorar el proceso productivo, tales como maquinaria pesada u otras herramientas necesarios para producir otros bienes o servicios.

Un cambio en la tendencia hubiera significado que las importaciones de bienes de capital se hubieran incrementando de forma muy superior al resto de bienes: «Los bienes de capital y de equipo sirven para producir más y pagar nuestras deudas».

Endeudamiento frente al exterior

El segundo motivo es que «España sigue teniendo una diferencia enorme entre los activos que los españoles poseemos en el exterior y los activos que los no residentes poseen en nuestro país. En cifras redondas esta diferencia equivale a un billón y casi al 100% del PIB».

Ahora mismo, ese billón de deuda externa neta no causa ningún problema mientras que el petróleo sigue por los suelos y los tipos de interés en mínimos históricos, pero si el escenario se complica «España tiene muchas papeletas para sufrir una nueva crisis de refinanciación. Sencillamente estamos demasiado expuestos a los mercados financieros. Y por ahora no parece que vayamos por ningún camino de reducirlas».

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