La puerta de Monsanto

Principalmente el cultivo de maí­z MON-810 sitúa a España entre los doce grandes productores de transgénicos en el mundo, aunque se encuentra muy lejos de la producción de paí­ses como EEUU, Brasil o Argentina. Mientras en Europa, paí­ses como Alemania, Rumaní­a, Italia, Polonia, Francia, Grecia, Austria y Hungrí­a han ampliado su moratoria al maí­z MON-810, ésta variedad de maí­z transgénico es el principal cultivo en nuestro paí­s. Las particulares relaciones de nuestro gobierno con el gigante agroalimentario Monsanto (creador del «agente naranja» con que se envenenó a la población en Vietnam) hacen que donde otros estados se niegan, nuestro paí­s abre las puertas.

Aunque hay que aclarar que la mayor arte de los países europeos no han aceptado hacer negocios con Monsanto porque tengan reticencias ecológicas o de seguridad alimentaria, y hayan valorado tras un concienzudo estudio que son más los perjuicios que los beneficios de los cultivos transgénicos. No, tras esta negativa se encuentra una batalla a muerte entre monopolios agroalimentarios por el control de los mercados mundiales, particularmente el Europeo. En lo que a cultivos y semillas transgénicas se refiere, Monsanto, domina por completo el mercado americano, pero casi nada del europeo. En el viejo continente Monsanto controla el mercado de los plaguicidas (su herbicida "Round up", es el líder indiscutible del mercado a pesar de las múltiples denuncias sobre su toxicidad) pero Monsanto tiene “vedados” la comercialización y el cultivo de semillas transgénicas en Europa. Los principales rivales de Monsanto son las multinacionales alemanas y francesas que tienen en Europa su “coto” privado. Las normativas de la UE en lo que se refiere a transgénicos y otras normativas agrícolas, se dirigen exclusivamente a perpetuar el dominio de las multinacionales europeas e impedir la penetración de Monsanto y otras multinacionales. La ONG Greenpeace es la única que ha denunciado que España cultiva transgénicos porque la multinacional norteamericana está presentes en el Gobierno. “Es un tema político, de mafia política. El hecho de que la actual ministra de Ciencia e Innovación fuera presidenta de Asebio, demuestra que en el Gobierno de Zapatero hay intereses en la materia”, señalan sus portavoces. Hasta el momento existen muchas denuncias e interrogantes sobre la seguridad alimentaria y viabilidad ecológica de estos cultivos. Pero en nuestro país no se ha hecho ninguna investigación a fondo sobre los riegos tóxicos y para el ecosistema antes de dar vía libre al cultivo de maíz transgénico en España. Entre los riesgos ecológicos se encuentran que este tipo de cultivos producen lo que se llama contaminación genética, eliminando las barreras de protección entre terrernos lo que obliga a los agricultores que no siembran transgénicos a cambiar las fechas de siembra y por lo tanto a asumir costes muy altos.