Bolivia propone retirar el agua de los tratados de comercio

La privatización del agua

La gestión privada de los recursos hí­dricos, cuyo auge tuvo lugar en la década de los noventa en los paí­ses en desarrollo, y especialmente en Latinoamérica, ha demostrado ser fallida.

Bolivia lanteará en la quinta versión del Foro Mundial del Agua, el retiro del lí­quido elemento de los tratados internacionales de comercio, por considerarlo un derecho humano que no debe estar sujeto al libre comercio ni a la privatización, y que más bien debe beneficiar a todas las personas en igualdad de condiciones.El ministro de Medio Ambiente y Agua, René Orellana, explicó que su participación en Estambul (Turquí­a), donde se realizará el encuentro, intentará lograr un pronunciamiento de todos los paí­ses participantes para declarar al agua como un derecho humano en el ámbito internacional, tomando en cuenta los actuales cambios climáticos.»Estamos llevando los principios que se han establecido en nuestra Constitución: el derecho de la vida y del medio ambiente al agua antes que su comercialización. Por eso plantearemos también retirar de los tratados de libre comercio al agua, para que ya no sea un bien sujeto al comercio», dijo.En esta oportunidad, el Foro Mundial del Agua, que se realiza cada tres años y reúne a ministros de Medio Ambiente de todo el mundo, discute una amplia gama de temas relacionados con el uso y manejo del agua y la protección de los recursos hí­dricos.La autoridad recordó que el año 2006 Bolivia y otros cuatro paí­ses firmaron un manifiesto donde se establecí­a la necesidad de declarar al agua como un derecho humano, situación que pretende sea seguida por más de 150 paí­ses para promover su cuidado y buen uso, además de comprometer la cooperación para realizar acciones conjuntas sobre el tema.El Quinto Foro Mundial del Agua, organizado por el Consejo Mundial del Agua (WWC), comenzó el lunes con el tema de «Tendiendo puentes a favor del agua» para facilitar soluciones a los problemas mundiales de ese recurso y promover la cooperación entre estados y organizaciones.El encuentro, que durará una semana, desde el 16 hasta el 22 de marzo, cuenta con la participación de 25.000 representantes de todo el mundo para discutir una amplia gama de temas relacionados con la problemática actual de la falta de agua para el consumo humano, por lo que el miércoles viaja una delegación boliviana encabezada por el ministro de Medio Ambiente y Agua.Para la ocasión, está prevista la aprobación de un documento oficial que incluye el traslado de agua entre cuencas, como una de las soluciones a los problemas hí­dricos por los que atraviesa el planeta Tierra y también se centrará en los temas relacionados con el manejo del agua.La gestión privada de los recursos hí­dricos, cuyo auge tuvo lugar en la década de los noventa en los paí­ses en desarrollo, y especialmente en Latinoamérica, ha demostrado ser fallida.La idea inicial era que las empresas privadas darí­an un mejor acceso al agua para los usuarios. Pero hubo algunos problemas: las empresas no invirtieron todo el dinero que habí­an acordado e incrementaron las tarifas del agua de forma insostenible. Así­ que este modelo se encontró con mucha resistencia popular.El sector privado tiene un objetivo principal: maximizar los beneficios. El sector público, aunque no sea perfecto, no tiene un objetivo rí­gido, lo que lo hace más flexible a la hora de experimentar nuevos métodos de participación.El problema, según Emanuele Lobina, investigador sobre servicios públicos de la Universidad de Greenwich (Reino Unido), es que el Banco Mundial, uno de los principales actores dentro del Consejo Mundial del Agua y el Foro, mantiene una posición «testaruda» a favor del enfoque de mercado sobre el agua.En la actualidad, 500 millones de personas alrededor del mundo padecen escasez casi total de agua potable y se estima que llegarán a 2500 millones en el año 2025. Si no se toman medidas para revertir la tendencia, una de cada tres personas estará viviendo en un paí­s con escasez de agua potable. Del mismo modo, si bien el problema afecta a todos los paí­ses, los más perjudicados son los del Sur, donde nace el 95% de las 80 millones de personas que cada año incrementan la población del planeta. Aún así­, la mayor amenaza al acceso universal al agua potable no la proporciona la naturaleza sino la globalización corporativa. La privatización del agua es un fenómeno progresivo y agresivamente exportado hacia los paí­ses en desarrollo bajo el rótulo de la reducción de pobreza, la disminución de la deuda, la liberalización del comercio y el desarrollo económico.

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