1º de Mayo

La potencia del movimiento obrero en el mundo actual

Nos repiten machaconamente un mensaje: podéis celebrar el 1º de Mayo, pero como homenaje a una clase con un “pasado glorioso”, sí, pero que en el mundo actual está “en vías de extinción” y relegada a un papel cada vez más secundario; os convendría reconocer que un movimiento obrero en retroceso y “aburguesado” ya no es ninguna vanguardia de nada; y, sobre todo, debéis abandonar unas aspiraciones revolucionarias, vinculadas a la clase obrera, que “forman parte de un mundo político que ya murió”.

Vamos a contraponer estas ideas con los hechos, a comprobar que son falsas y que, como toda mentira, busca estafarnos.

Durante las últimas décadas se ha “enterrado” numerosas veces a la clase obrera. Todas las teorías que se han presentado a la izquierda como “alternativa a un marxismo ya desfasado y superado por los cambios del capitalismo”, han coincidido por encima de sus diferencias en degradar a la clase obrera e intentar eliminarla como principal sujeto revolucionario

Primero nos dijeron que con la “revolución científico-técnica” el capitalismo podía empezar a prescindir de la clase obrera, luego nos hablaron de que “el trabajo se había convertido en un bien escaso”, ahora nos repiten que vivimos en una “sociedad postindustrial”, y que con la “robotización” volverá a disminuir el número de obreros.

No es un fenómeno nuevo. En los años ochenta y noventa del siglo pasado, el “postmarxismo” de Ernesto Laclau se basaba en considerar que “la fragmentación de la clase obrera y su identidad cambiante implica que ésta no existe como tal”. Afirmaron que la noción de proletariado sobre la que se edificaba el marxismo era “un reduccionismo clasista”. Y defendieron que “la realidad de las sociedades industriales avanzadas o pos-indusriales nos obliga a deconstruir la noción misma de clase social, a ir más allá de la lucha de clases”.

Estas ideas, tampoco eran nuevas, ya se utilizaron para liquidar numerosas organizaciones comunistas y revolucionarias, por ejemplo el PTE y la ORT en España, el partido marxista-leninista-pensamiento Mao Tse Tung más fuerte de Europa, que se disolvió planteando que, al desaparecer la clase obrera, la revolución era imposible.

¿Pero cuál es la realidad del mundo actual? 

¿Disminuye o aumenta el número de proletarios? ¿Está la clase obrera “en vías de extinción” o en permanente expansión?

El PIB mundial, según el FMI, se ha multiplicado por 2,5 en los últimos 20 años, pasando de 31,8 billones de euros a 79,8. 

¿Qué explica está multiplicación de la nueva riqueza producida? Acudamos a los datos proporcionados por la Organización Internacional del Trabajo sobre  la evolución del número de obreros industriales en el mundo.

Los datos son irrefutables. El proletariado, esa clase que está “en vías de extinción”… ha duplicado su número en los últimos 30 años.

La OIT anticipa que en 2030 existirán 188 millones de obreros más en el Asia Subsahariana y 166 millones más en Asia meridional.

Podría pensarse que, aunque a nivel global aumente el número de obreros, en los países de capitalismo desarrollado la clase obrera sí está disminuyendo, aplastada por el peso cada vez mayor de los servicios. Quienes defienden estas ideas nos presentan a España como uno de los más claros ejemplos de ese empequeñecimiento del proletariado.

Vayamos otra vez a  los hechos. 

Los datos proporcionados por el Instituto de Estadística nos permite seguir la evolución del número de obreros en nuestro país.

El PIB español se multiplicó un 257% entre 1996 y 2008. Y descansó sobre un incremento de 2,1 millones de obreros. 

Los efectos del saqueo sobre nuestro país tras 2010 supusieron un aumento del paro, con la destrucción de puestos de trabajo que ha afectado a la clase obrera. Pero la realidad es que no solo no se ha “jibarizado”, sino que hoy hay en España casi un millón de obreros más que hace 30 años. Y las estadísticas en realidad nos ocultan el peso de la clase obrera. A través de subcontratas, o de figuras como la de los “falsos autónomos”, se cuenta como trabajadores de los servicios a un buen número de obreros.

La “sociedad posindustrial” que nos venden, donde el papel de la clase obrera pasaría a ser subalterno, no existe. 

Lo reconoce la ONU, en un informe en el que plantea; frente a la opinión  bastante generalizada de que la relevancia de la industria manufacturera ha disminuido durante las últimas décadas, en consonancia con la aparición de la sociedad “postindustrial” la “evidencia empírica destaca la importancia de la industria manufacturera”, resaltando que “la industria, como fuente de todos los bienes materiales, sigue siendo el elemento clave de la economía”. 

Lo certifica el Banco Mundial, que constata como el porcentaje de trabajadores en la industria respecto al total de la población activa es hoy mayor que en 1991 (23,2% frente a 21,8%). 

Y lo confirma un estudio de la patronal británica, donde se reconoce que la producción mercancías genera directa o indirectamente alrededor de dos tercios de todo el empleo en las economías avanzadas, a pesar de todo lo que se habla de la economía postindustrial”

One thought on “La potencia del movimiento obrero en el mundo actual”

  • Honestamente no acabo de entender el punto del artículo: ¿es acaso que el núcleo de la condición de clase o incluso revolucionaria potencial, reside en trabajar o no en una industria? No entiendo. Puedes ser un obrero industrial y ser un beneficiario del Estado a través de TUS sindicatos neo-corporativos, y puedes ser un trabajador de un sector no industrial cualquiera y estar produciendo, a nivel colectivo, las condiciones económicas de los vividores estatales y para-estatales, incluidos algunos estratos en la industria con representación en la repartición neo-corporativa estatal del Valor.

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