La política Agraria Común (PAC) que necesitamos

Una vez pasadas las elecciones, van a reanudarse las negociaciones entre países de la Unión Europea pra la nueva PAC que tiene que regir de 2.021 a 2.027. Es de esperar que se tengan en cuenta los problemas de despoblamiento rural, que en lo últimos meses ha saltado a la actualidad, así como atender a las exigencias de medidas y cuidados  medioambientales. 

Aunque la PAC ha pasado a comentarse en la mayoría de medios de comunicación, el desconocimiento por gran parte de la sociedad es notable.  ¿Qué tipo de ayudas son, y cómo se distribuyen?.  ¿Son necesarias para la agricultura, o van a parar a los más ricos?. 

Los inicios de la PAC

Las ayudas a la agricultura iban destinadas a sostener básicamente la pérdida de valor de los productos cosechados, debido al aumento de costes (materias primas, maquinaria y mano de obra) que año a año van subiendo constantemente; mientras que los precios de venta se mantienen establemente. Nos referimos principalmente a la España del secano: cereal, olivos, frutos secos, vid, ganadería, etc. Corresponde sobre todo con la España vaciada o por vaciar.

Las ayudas establecidas en aquel momento iban directamente a lo que se cultivaba. La Administración había establecido una media ponderada de la parte del valor, por cultivo, que el agricultor no podía asumir por el aumento de los costes. En el caso de la ganadería se tasaba una prima por cabeza de ganado. No es el único problema de los agricultores, pero esto era un apoyo para el sostenimiento a la actividad agrícola.

En los primeros años del 2.000 culpan a la UE de romper las leyes del libre Comercio al subvencionar la Agricultura y ganadería, y así realizar una competencia ilegal con los países del tercer mundo. Lo que hay detrás no nos olvidemos, a nivel mundial, son las grandes mutinacionales que controlan el comercio agrícola, y a la cabeza Estados Unidos. Por poner un ejemplo de actualidad, la naranja valenciana ha entrado en crisis (muchos de los campos sin recoger) porque entra libremente la naranja de Marruecos y norte de África, con precios muy por debajo. Sabemos que detrás hay grandes empresas que en esos países reducen notablemente los costes de producción sobre la base de pagar ínfimos salarios.

En cuanto al libre Comercio, ya conocemos la política de Trump. Pone aranceles a los productos que ellos no pueden competir y, si es necesario, subvenciona a sus agricultores.

Pago Único, Pago Básico: un Frankestein

Frente a esta situación, la UE se pliega a las exigencias del Tratado de Libre Comercio y da una vuelta completa a las ayudas agrícolas. A partir de ahora no van a ir al cultivo, van a ir directamente al agricultor. El período de 2.006 a 2.013 va a ser de transición. Se utiliza el término de acoplamiento para la parte de ayudas que van ligadas al cultivo, frente a las ayudas desacopladas (no interviene el cultivo). A partir del 2.009 el 100% de las ayudas serán desacopladas. Pero veamos brevemente cómo se cosen las piezas de este nuevo “monstruo” al que denominan “Pago Único”

  • Cada agricultor va a percibir la cantidad fija que hubiera recibido en el periodo de referencia entre 2.000 a 2.003 (media entre esos años). Aquí se van a sumar las ayudas a los varios tipo de cultivo y la ganadería. Estas ayudas de ganadería se van a poder cobrar incluyéndolas en el global aunque no se disponga ya de ganadería (por estar desacoplada).
  • Se define el “derecho de pago único” como la unidad de percepción. Un derecho corresponde a una hectárea. Y cada agricultor tiene tantos derechos como hectáreas de labor tuviera en el periodo de referencia. 
  • El valor de cada derecho para cada agricultor es diferente porque depende de lo que recibiera en esos años y las hectáreas que tuviera. Para poner un ejemplo, el agricultor que tuvo la ocurrencia de sembrar esos años una leguminosa o trigo duro, se beneficia ahora porque esos cultivos estaban primados, y por tanto el derecho (hectárea) le sale más elevado. 

Conclusiones: Primero, desigualdad; cada agricultor cobra (como si de una pensión se tratara) el derecho distinto: ya sea su vecino o de otras autonomías o regiones el valor del derecho puede oscilar de 100 € a 3.000 € (o más). Segundo, valor especulativo; como el derecho es nominal y no está vinculado a una tierra concreta, éste puede ser traspasado como valor de venta y aplicado en otra tierra cualquiera (incluso de otra provincia). Tercero, y esto es primordial, son ayudas cuyo objetivo no son las explotaciones agrícolas, y por tanto el agricultor puede hacer lo que quiera.

Insisto, porque lo que casi nadie sabe y otros no dicen es que las ayudas de la PAC son personales del agricultor. Esto quiere decir que los derechos de pago único se ceden en documento escrito y rubricado por notario, bien por venta o por herencia y al margen de la tierra o propiedades. Porque no están vinculadas al cultivo.

Por último señalar muy brevemente el último período, el actual: 2.014 a 2.020. Tras el cambio de denominación pasa ahora a ser el “Pago Básico”. En lo sustancial nada cambia con respecto a la privacidad de los derechos. Pero se introducen algunos aspectos distintos.

Se define el papel del agricultor activo como condición para la percepción de las ayudas. Aquí han intervenido en la negociación los sindicatos agrarios. Para ser agricultor activo hay que justificar la venta de productos agrícolas al menos en un 20% de las ayudas recibidas. Aunque vaya en la dirección correcta son medidas insuficientes.

Intentan corregir el desaguisado del reparto de derechos planteando la llamada ley de convergencia. Los derechos altos cada año irán cobrando algo menos, y los bajos un poco más. No resuelve en nada la desigualdad, porque aquel ganadero que ha tenido que meter sus ayudas en muy pocas hectáreas de terreno ahora le recortan el valor de sus derechos.

Nueva PAC, ¿hacia dónde?

En breve se van a iniciar las negociaciones de la nueva PAC a través de las comisiones encargadas para ello y que participa cada país miembro de la UE. Va a estar muy presente el problema de la despoblación rural que en España genera una situación muy preocupante. Es difícil esperar grandes cambios. Quizás eso sí, nos metan ahora a la “novia de Frankestein”  (referencias cinematográficas). Es decir continuidad de lo mismo pero con algunos recortes importantes del presupuesto (se habla de disminuir en un 25% lo que se destina a agricultura).

Es necesario que las ayudas económicas vayan a reforzar la agricultura y ganadería y no sean una paga de jubilación, que a veces roza el mundo rural, y que no tiene como centro el apoyo de los cultivos.

Necesitamos una PAC que potencie la actividad de las explotaciones agrícolas. El apoyo de los cultivos, potenciando y orientando los que sean más rentables a las condiciones de cada comarca o región. El apoyo decidido a la ganadería, y particularmente la extensiva, que además es punta de lanza para el mantenimiento poblacional (ahora mismo la ganadería es la gran olvidada). Apoyo a los jóvenes agricultores potenciando nuevas explotaciones agrícolas y ganaderas.

Necesitamos una PAC que apoye la agricultura ecológica y regenerativa como fuente de cultivos sostenibles y rentables. Una PAC que potencie las energías renovables.

Necesitamos una PAC que potencie la creación de cooperativas agrícolas. Una PAC que financie la formación de trabajadores del campo (escardadores, tractoristas, pastores,…) dando formación y dignificando dichas profesiones.

Porque si queremos frenar el despoblamiento y fortalecer el mundo rural es fundamental que el sector agrícola y ganadero, ligado a las actividades industriales y comerciales de la comarca, sean rentables y sean un polo de atracción parar crear riqueza y empleo. 

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