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A cinco días de la investidura de Obama, la ministra de exteriores israelí, Tzipi Livni, viajará a Washington para cerrar un acuerdo que evite el rearme de Hamás a través de la frontera de Egipto con Gaza. Se trata del principal escollo en la negociación del alto el fuego que propone el plan de Egipto, y que Hamás ha aceptado -con condiciones-. La prensa y el gobierno israelíes insisten en la idea de que condicionan el alto el fuego «a tener la seguridad de que Hamás no podrá abastecerse de armas para atentar contra el sur de Israel». ¿Es el único motivo del viaje de la que es probable sea la próxima primera ministra de Israel?
"El rimer ministro Ehud Olmert ha autorizado esta tarde el viaje a Estados Unidos de la ministra de exteriores Tzipi Livni con el objetivo de promover un acuerdo entre EE UU e Israel, destinado a ocuparse del contrabando de armas", ha comunicado el Ministerio de Exteriores de Israel.Mientras las bombas caen en Gaza con mayor virulencia que nunca, ayer en El Cairo los emisarios de Hamás llegaban a un acuerdo condicional con los diplomáticos egipcios. Hamás acepta un alto el fuego con cuatro condiciones: el cese inmediato de la ofensiva y la retirada israelí en 48 horas, el levantamiento del bloqueo a Gaza y la reconstrucción de la franja son las tres principales. Pero la cuarta es la más espinosa para Israel. Hamás no acepta la presencia de tropas de interposición internacional en Gaza ni en la frontera con Egipto, y propone que observadores de Turquía velen por el cumplimiento de lo pactado. Hamás ha dejado claro que sin estas cuatro condiciones no habrá alto el fuego.Israel pone por condición impedir el contrabando de munición y armamento que pasa a Gaza a través de los túneles subterráneos que cruzan la frontera entre Gaza y Egipto –lo que se conoce como corredor Filadelfi- . Las milicias de Hamás fabrican gracias a este contrabando los cohetes que luego lanzan contra las poblaciones del sur de Israel. Los actos terroristas de Hamás han provocado la muerte de varias decenas de personas en los últimos meses. Y éste es el principal punto del que depende la firma del alto el fuego.Sin embargo, a pesar de la importancia que para Israel pueda tener un acuerdo de este tipo, es evidente que la visita necesariamente tiene otra dimensión. El primer ministro Olmert, un halcón incendiario de la raza de Sharón, no puede presentarse a las elecciones israelíes por varios escándalos, y la que tiene más números para sustituirle el la líder del partido Kadima, Tzipi Livni. El otro candidato, Netanyahu –otro halcón- ya ha ocupado la cartera de primer ministro, pero va detrás en las encuestas.La que se postula como la próxima primera ministra del Estado de Israel visita Washington a 5 días de que Obama reciba de Bush el cetro y el armiño de la superpotencia. ¿Y con qué Secretaria de Estado se entrevistará Livni?. ¿Con Condoleezza o con Hillary?. La respuesta es evidente:-con las dos- pero sólo de una recibirá directrices y orientaciones estratégicas para los próximos meses y años.Israel es una pieza clave del diseño global estadounidense, y aunque la relación entre los halcones del ala más sanguinaria del sionismo –Livni también es de la estirpe genocida del carnicero de Sabra y Chatila- y los que intentan reeditar la línea de hegemonía consensuada promete no tener tan buena sintonía como la de Bush y Sharon, los intereses vitales de EEUU e Israel están por encima de eso. Y al fin y al cabo, Tzipi –y también Hillary- tienen ganada su fama de pragmáticas. En los últimos días, Livni, con un ojo puesto ya en los nuevos inquilinos de la Casa Blanca, ha tenido varios enfrentamientos con Olmert, partidario de atizar el fuego de Gaza hasta el final.Si Livni es la próxima presidenta del gendarme de EEUU, ha de recibir en Washington no sólo protección, sino cual va a ser la nueva hoja de ruta –para Palestina y también para Israel- . Aunque dado lo inconveniente que va a ser para los planes de “diplomacia inteligente” de Obama y Clinton la carnicería que ha desatado el gobierno israelí –y Livni ha sido una de las principales artífices-, tampoco es descartable que Washington opte por otros interlocutores en Tel Aviv, y en vez de la bendición apostólica, Livni reciba la excomunión. Así funcionan las cosas en Roma.