Con la muerte de Vicente Aranda nos deja uno de los directores más geniales y fascinantes de las últimas décadas. Nos enseñó que la pasión, absoluta, sin límites y sin medir las consecuencias, siempre es revolucionaria. A pesar, o precisamente por eso, de que siempre duela y nos destruya. Las películas de Vicente Aranda son revolucionarias porque se enfrenta a los valores de un mundo burgués tan adocenado como castrador. Con Vicente Aranda perdemos también un amigo. Queremos rescatar y ofrecer a nuestros lectores una selección de la tertulia de ofreció en el Ateneo Madrid XXI en 2.002.
La pasión en tus películas está por encima de los bienes materiales. En Fanny pelopaja, Amantes, Juana la Loca, la pasión es más fuerte que el dinero, que el poder… ¿Es una mirada crítica frente al economicismo de la sociedad capitalista?Una mirada crítica yo no me atrevo a hacerla. Una mirada reflexiva, esto es lo habitual en mí. Yo invito a la gente a que reflexione conmigo pero yo no doy ese mensaje. Lo único que veo claro con respecto a la pasión es que noto que cuando alguien ha pasado por ese proceso generalmente ha salido mal parado, pero aunque resulta destruido física y psicológicamente no renuncia a haber vivido lo que ha vivido, e incluso empieza a mirar a los que no han pasado por ese trance como seres defectuosos. Esta reflexión es la que yo entrego, pero asociaciones políticas a esta reflexión yo no sé hacer. Entrego esta reflexión para que los demás la reconozcan o no, parece que unas veces la reconocen con más eficacia, otras veces con menos. Eso depende, porque esto del cine y de las narraciones es muy débil, débil a la vez que fuerte, es muy contradictorio. Y no solo necesitas haberlo explicado sino que tienen que explicarlo también los demás, y a veces los demás son cinco y otras son dos millones. «Las grandes pasiones terminan siempre en tragedia, y si se resuelven de otra manera son un engaño»
Pero muchos de tus personajes ponen en cuestión una serie de valores establecidos como la seguridad, y el desprecio a que todas las cosas tienen un precio. Los personajes imponen que hay cosas que ni se compran ni se venden. ¿Haces un cine contra esos valores de manera intencionada?Empieza a ser intencionado cuando me doy cuenta de eso, y sí hace tiempo que me he dado cuenta. Me alegro de que lo reconozcas tú y parece que sí es excepcional presentar la inseguridad, la falta de terreno firme, no como un defecto sino como una virtud, no como un agravio sino como una ventaja.
Las grandes pasiones en tus películas se desarrollan de forma muy antagónica y termina siempre en tragedia. ¿Siempre debe ser así?No se pueden resolver de otra forma, y si se resuelven de otra manera son un engaño. Tú sabes que el cine americano es capaz de dejar colgadas en el aire a dos suicidas como ocurre en Thelma y Lois. Habría que juzgar al director por hacer esto. ¡Si en Titanic hacen resucitar hasta el barco para tranquilidad de conciencia del espectador! Habría que llevarlo a juicio porque está engañando, está falseando. Piensan que la audiencia es tonta y por lo tanto realmente son dignos de un proceso. «Yo no tengo la menor intención de construir el mundo, si lo puedo deshacer un poco me quedaré más contento»Cuando voy al cine, de cien veces noventa me están mintiendo. Yo procuro no mentir. La pasión es irrenunciable, ¿no?, pues la vida es irrenunciable también, pero la vida te destruye igual que la pasión. Lo cierto es que el único optimismo que podemos tener es el del vitalismo que nos inspira la vida, es decir que a pesar del fin nefasto al que estamos destinados y a pesar de que no conocemos ni siquiera por qué estamos aquí ni para qué, salimos a la calle y el sol en primavera nos gusta mucho y el verde de las hojas nos puede llegar a entusiasmar y hay unas reflexiones emocionales que se llaman vivir. El impulso de vivir la vida y de que es algo que realmente está muy bien, no sé, esto lo decía Lora “que me voy a morir; se acabaron las nubes, los pájaros, los árboles, el verde, el azul”, pues es tremendo. También lo dice Tolstoi, esto es una perspectiva terrible del ser humano. Entonces no tenemos que engañar como hacen los americanos y decir que se han ido en lugar de que se han muerto. Se han muerto, y algunos se han muerto con mucho dolor.Es la intención lo que me molesta, la intención es aviesa, es perversa. Me parece malintencionado, que tiene la intención de engañarte y te ha engañado a tí y a muchos otros.
¿Qué es lo que quiere contar Vicente Aranda en sus películas?En cuando a mensajes, lo siento -la cita no es mía- pero “yo no soy cartero”, yo soy director de cine, esto es un divertimento en principio. Es una reflexión que yo hago y que si alguien quiere correr conmigo en esa reflexión pues encantado y si no pues qué se le va a hacer. Yo no tengo la menor intención de construir el mundo, si lo puedo deshacer un poco me quedaré más contento. Yo hago películas simplemente que son una propuestas acerca de unos interrogantes que yo tengo, es el resultado de unas contradicciones, mis propias contradiccionesHay gente que está muy segura de lo que está pasando en Afganistán; yo no, yo no estoy seguro porque me parece que nos desinforman continuamente y que además la característica mas evidente, clara y definitiva del mundo actual es la desinformación, no la información. Eso es mentira, están hablando siempre de la información y yo siento que se me acumulan las cosas, que me caen encima y no tengo ni ánimo ni capacidad para discriminar algo porque como lo haga resulta que entro inevitablemente en una complicidad, en un fanatismo y prefiero mantenerme ahí. Tengo un almacén de reservas infinitas realmente y no quiero cambiar si se puede vivir así, recomiendo vivir así, sin seguridades.
Fanny pelopaja“Está basada en una novela de Andreu Martín, “Prótesis”. Un guionista norteamericano me dijo que si un guión no se escribía en 15 días no valía la pena escribirlo. Con Fanny me pasaba eso. Hasta que el propio Andreu Martín me dijo que alguien le había dicho que era una historia de amor. Llegué a casa, le cambié el nombre y el sexo a uno de los personajes, al delincuente (en la novela este uno contra otro de una forma tan desaforada tiene lugar entre dos hombres, un delincuente y un policía). Y a partir de ahí, en menos de un mes estaba escrito el primer guión, como a mí me gusta. Lo que sí cuidé es no introducir nada que delatase demasiado sobre la historia de amor, me gustaba hacer un experimento y lo llevé a cabo creo que con éxito. A Fanny no le importa nada el dinero, hay un atraco, pero eso lo hace para establecer una plataforma de venganza o algo por el estilo, porque tampoco es venganza, lo que quiere es resaltarse a sí misa frente al enemigo amante. Es una película de contradicciones y establece que en la pasión esto de las contradicciones es una nueva corriente y admisible.Esta película no fue ningún éxito comercial en los cines pero luego, pasado el tiempo, yo me encuentro con que la gente me habla de esta película”.