La opinión de la semana

Comenzamos con la primera advertencia para Obama justo el dí­a de jurar su cargo. El mensaje, nada tranquilizador, le llega desde el Wall Street Journal, portavoz de los sectores más duros de la clase dominante yanqui.

A lo largo del artículo, Wall Street Journal va combinando los elogios hacia las atitudes del nuevo inquilino de la Casa Blanca con las exigencias, lo que el periódico considera las “líneas rojas” que, de traspasarlas o no Obama, harán o no de él un enemigo a batir. De un lado olvidarse de las políticas de regulación de los mercados, aumento de impuestos o redistribución de la riqueza defendidas por el ala izquierda del Partido Demócrata. Del otro, no mover los fundamentos esenciales establecidos durante la era Bush sobre la seguridad nacional y que tienen como centro lo que en EEUU llaman “guerra contra el terror”. Pero lo más significativo viene en el párrafo final del artículo. Cuando, inesperadamente y sin venir a cuento surge la figura de JFK. Aparentemente para señalar las similitudes, en cuanto a expectativas, entusiasmo y esperanza capaces de levantar ambos en el país. Pero que, a nadie se le escapa, contiene también un mensaje subliminal nada tranquilizador. Y más tratándose de gente que no tuvieron la más mínima duda, 45 años atrás, en cometer uno de los mayores magnicidios de la historia contra un presidente demasiado inmanejable por ellos. Seguimos con una breve, pero sustanciosa, columna del reciente Nóbel de Economía y columnista del New York Times, Paul Krugman. Columna que inicia con una contundente afirmación, que nuestras publicaciones vienen repitiendo insistentemente desde la entrada en el Mercado Común y en la moneda única: que el destino diseñado en Berlín y París para la economía española era, en su sustancia, transformarnos en la Florida de Europa. Con algunas diferencias, añade Krugman. Mientras en EEUU, Florida puede beneficiarse de la existencia de un Gobierno central federal al que “sacar cheques de la Seguridad Social y del seguro de enfermedad” y está integrada en un mercado laboral dotado de una gran movilidad geográfica, España carece tanto de lo uno como de lo otro. Imposibilitada de devaluar la moneda –al pertenecer a la zona euro– para hacerse más competitiva, no queda otra opción, según Krugman, que recortar los salarios, algo que la prensa española ya ha empezado a insinuar sutilmente los últimos días. Desde Pekín, una doble reacción. De un lado los desafíos que enfrenta Obama en el tablero internacional, y que cubren un amplio abanico que va desde Afganistán –donde EEUU no consigue arrastrar a sus aliados europeos a una mayor implicación– hasta Irak –en el que la relativa pacificación del país probablemente va a permitir cumplir a Obama la promesa de la retirada en el plazo previsto– pasando por Irán o por lo que el Diario del Pueblo considera la tarea más urgente, espinosa y llena de aristas que le espera a Obama: apagar las llamas en Gaza y desplegar una nueva política para Oriente Medio. Del otro, marcar con absoluta claridad la línea roja que Obama no puede traspasar de ningún modo si quiere mantener unas relaciones bilaterales constructivas y de cooperación con China: la cuestión de Taiwán. Después de que Bush, en uno de sus últimos actos de gobierno, aprobara la venta de un paquete de armas valorado en 6.500 millones de dólares a Taiwán, al gobierno de Pekín le ha faltado tiempo para hacerle llegar a Obama que cualquier iniciativa de su nuevo gobierno en este sentido marcaría de forma negativa el futuro de las relaciones. No parece que vaya a ser esta la táctica de Obama, inclinado más bien a la presión diplomática y la intervención e injerencia política antes que a la amenaza militar como medio principal, pero, por si acaso, las autoridades chinas han dejado caer la advertencia. Y cerramos con la opinión de hispanos que viven, como dijo Martí, “en las entrañas del monstruo”, y por lo tanto lo conocen bien y no se hacen demasiadas ilusiones. El seleccionado es Gabriel Lerner escribe desde Los Ángeles para el periódico neoyorquino La prensa-El Diario de Nueva York queSan Obama” no existe, y el Sueño Americano murió hace muchos años”. En su artículo, Lerner echa por tierra muchas de las expectativas creadas entre las minorías –y particularmente en la hispana– acerca del alcance que para sus cada vez más castigadas condiciones de vida y trabajo pueda suponer Obama. THE WALL STREET JOURNAL. 19-1-2009: LA VAGUEDAD DE LA ESPERANZA Barack Obama hace el juramento de toma de posesión hoy en medio de una expectativa y de un sentido de la oportunidad extraordinarios incluso para los nuevos presidentes. Esto es en parte debido a su origen y a la naturaleza histórica de su triunfo, en parte a nuestros apuros económicos actuales, y en parte a una nación que busca un nuevo comienzo después de las dificultades de la era Bush. La paradoja es que para tener éxito, el Sr. Obama pronto necesitará abandonar la vaguedad de su esperanza y tomar opciones a menudo difíciles, algunas de las cuales trastornarán a sus partidarios más apasionados. El demócrata de Illinois trae aptitudes impresionantes a la Casa Blanca, especialmente la confianza en sí mismo para desempeñar la tarea (…) Sus habilidades retóricas son formidables, lo que no es una pequeña virtud en un trabajo cuya influencia dependa en gran medida del poder de persuadir. La transición del Presidente electo ha sido también más suave que la mayoría, especialmente en contraste con la de Bill Clinton en 1993. Acompaña al Sr. Obama, además, un temperamento de primera clase. Resistió las presiones de una campaña épica tan imperceptiblemente como nadie desde Ronald Reagan. Mientras que sus opositores gesticulaban en medio de tal o cual titular, el hombre de Hawai vía Harvard y Chicago nunca perdió su frescura. Esta ecuanimidad lo servirá bien en medio de las crisis por venir (..) Con todo, pese a estas virtudes personales, permanece ese carácter elusivo, vago, en el carácter político de Obama (…) Obama ganó las primarias y después la Casa Blanca con una campaña basada en una promesa indefinida de cambio más que en una agenda clara (…) Esta carencia de definición también ha marcado sus opciones personales. Cuando se le ha presentado la necesidad de escoger alguien de uno u otro campo, la opción política típica de Obama ha sido elegir a ambos (..) Durante 25 años a partir del momento que la política mixta de Reagan tomó las riendas en 1983, los EEUU han funcionado con una expansión económica salpicada solamente por dos recesiones suaves. Los americanos más jóvenes han crecido acostumbrados al incremento de la renta y el crecimiento (…) y han elegido a Obama por su promesa de restaurar esa prosperidad de la clase media. El mejor servicio que puede hacer al país, y a su propia presidencia, es centrar su capital político en políticas que promuevan el crecimiento. Pero también en estos 25 años, la coalición política del Sr. Obama ha amontonado una larga lista de ideas reguladoras y de la redistribución capaces de socavar ese esfuerzo. Los contrarios al calentamiento del planeta quieren un nuevo impuesto sobre el carbón que golpearía de forma especialmente dura el sur y el Cercano oeste (…) La portavoz Nancy Pelosi está reclamando un aumento de impuestos inmediato, incluso en medio de la recesión, para financiar una despilfarro de gastos no visto desde la gran sociedad de Jhonson. Parte del éxito de Obama dependerá encendido si él dice no a estos intereses liberales (…) Obama puede iniciar también el camino hacia la eliminación de la agria discusión sobre seguridad nacional. Para algunos en la izquierda, la era Bush se debe cerrar con procesamientos y una vuelta al estatus quo anterior al 11-S (…) De seguir este camino, desperdiciará su capital político el nuevo presidente, y arriesgará la seguridad de EEUU. (…) Ahora que él es responsable de la seguridad nacional, Obama está en posición para validar los programas de Bush que nos han mantenido seguros, quizás con una cierta preparación política que acalle la oposición de la izquierda a la guerra contra el terror (…) Sabemos que Obama es inteligente y listo. Lo que no sabemos es si será capaz de tomar decisiones difíciles e impopulares en interés de la nación, y después aguantar las consecuencias. Reagan demostró su firmeza por mantenerse ante la huelga de controladores aéreos en el país y asustar a los soviéticos con sus táctica de despliegue de misiles en el exterior (…) Por lo que sabemos, el Sr. Obama no ha tenido que tomar ninguna decisión así en su corta carrera pública. La naturaleza complicada de nuestro mundo significa que cada presidencia moderna es hasta cierto punto un salto en lo desconocido. La subida meteórica del Sr. Obama hace que sea un salto más grande que la mayoría. No sabemos si es un hombre genuino de la izquierda, o un pragmático más tradicional. Nuestra esperanza reside en que el presidente utilizará sus considerables talentos para devolver a su partido a las políticas de crecimiento, oportunidades y la defensa vigorosa de los intereses de EEUU que marcaron la última vez que el país tuvo tan grandes expectativas para un presidente demócrata: John F. Kennedy. THE WALL STREET JOURNAL. THE NEW YORK TIMES. 19-1-2009 EL DOLOR EN ESPAÑA… …. no es difícil de explicar. España era básicamente la Florida, con una burbuja inmobiliaria inflada por las alegres compras de los residentes, y ahora la burbuja ha estallado. Pero España está peor que la Florida, por dos razones, razones familiares a cualquier persona que estuviera implicada en la gran discusión de si el euro era una buena idea. Primero, Europa no tiene un gobierno central; España, a diferencia de Florida, no puede sacar cheques de la Seguridad Social y del seguro de enfermedad de Washington. Por tanto, la carga de la recesión recae enteramente en el presupuesto local, haciendo decrecer el grado de solvencia del país. En segundo lugar, los Estados Unidos tienen un mercado laboral más o menos geográficamente integrado: los trabajadores se trasladan desde regiones afectadas a otras con mejores perspectivas. (El crack inmobiliario, sin embargo, ha reducido la movilidad porque la gente no puede vender sus casas.) Europa no es así: apenas si hay algo de movilidad entre la elite y entre trabajadores con salarios bajos, pero en absoluto como en EEUU. ¿Qué puede hacer España? Necesita llegar a ser más competitiva, pero no puede devaluar su moneda porque pertenece a la zona euro. La única alternativa es recortar los salarios, lo que es terriblemente duro de conseguir (y crea graves problemas a los deudores.) Al contrario de lo que parecía hasta hace algunas semanas, ser miembro de la zona euro no inmuniza a los países contra la crisis. En el caso de España (e Italia, Irlanda y Grecia) el euro bien puede hacer que las cosas empeoren. Y el hundimiento de la libra británica, aunque impopular, puede acabar siendo una cosa muy buena. Paul Krugman THE NEW YORK TIMES. DIARIO DEL PUEBLO. 21-1-2009 OBAMA AFRONTA DESAFÍOS QUE REQUIEREN SOLUCIÓN URGENTE El día 20 de enero, Barack Obama tomó posición oficialmente el cargo del 44 presidente norteamericano como nuevo dueño de la Casa Blanca. Sin embargo, lo que le esperan no sólo son flores y aplausos, sino algo más serio: desafíos en su política interna y externa. El hecho de que Obama pudiera catapultarse hacia el cielo de un sólo paso se debe en cierta medida al aprovechamiento de la crisis financiera que asola a todo el territorio de EEUU. Esta tormenta ha sumido a la economía norteamericana en recesión. Tan sólo en un mes a finales de 2008 ha hecho perder a EEUU 500.000 empleos. Por lo tanto, a comienzos de su mandato Obama afronta el gran desafío de cómo hacer aflorar la economía norteamericana del mar de recesión. Al tal efecto, después de realizar consultas con los demócratas en el Congreso, ha trazado un plan de rescate por un monto de 825.000 millones de dólares. Con anterioridad la fórmula de rescate del Gobierno de Bush no surtió efectos relevantes, y ahora está por ver si esta medida de audacia de Obama podrá alcanzar su propósito. El propio Obama ha manifestado que no tiene en su mano una “bola cristal” para crear milagros en la economía norteamericana. En el terreno exterior, los desafíos que afronta son cómo ganar las dos guerras contra el terrorismo. No será difícil cumplir su compromiso de retirar las tropas de Irak dentro de 16 meses, porque la situación en Irak se ha mejorado sin duda alguna, lo que ha creado ciertas condiciones favorables para la retirada de las tropas norteamericanas. El desafío más importante no está en Irak, sino en cómo ganar la guerra en Afganistán. Desde hace tiempo Obama ve Afganistán como “campo central de la batalla” en la lucha anti-terrorista. EEUU está dispuesto a enviar allí un nuevo contingente de 30.000 efectivos, e insta a Europa a incrementar allí sus fuerzas. Europa, por su parte, no tiene interés en seguir los pasos de EEUU por la limitación de su capacidad y por la voluntad de sus pueblos. Sin duda alguna, es una prueba para la capacidad diplomática de Obama cómo persuadir a Europa a seguir sus pasos. Y además está por probarse la eficacia de la nueva estrategia de Obama para la guerra de Afganistán. Otro problema de difícil solución para el nuevo concepto de la diplomacia de Obama es el problema nuclear de Irán. Obama defiende la línea básica de no aceptar el desarrollo de armas nucleares por parte de Irán. Al parecer esto presagia las múltiples dificultades para mejorar las relaciones entre los dos países. Pero la tarea más urgente de Obama es apagar las llamas bélicas en Gaza y alcanzar el alto el fuego sostenido. Para Obama la diplomacia en Oriente Medio sigue siendo un camino espinoso y lleno de aristas. A pesar de todo, no deja de ser positiva para el mundo la posición adoptada por Obama caracterizada por flexibilidad, pragmatismo y disposición para el diálogo. Con respecto a ello, todos los países, desde Rusia hasta Venezuela, mantienen expectativas. DIARIO DEL PUEBLO. EL DIARIO-LA PRENSA DE NUEVA YORK. 21-1-2009 LLEGÓ SAN OBAMA Gabriel Lerner Me entero que alguien encontró un perfil de Obama en una tostada. Otro, en la corteza de un árbol o en una servilleta. Me dice mi hijo menor Jeremy que Peter Parker se encontró con él y que así se publicó en el nuevo Comic Book de Spiderman, que aparece todos los miércoles. Es que se vino San Obama, o el Rey Obama I, el salvador, el San Perón de los gringos, el Magic Negro para racistas y chistosos, aquel que va a redimir a Estados Unidos de ocho años de ignominiosa rapiña, del gobierno más inepto en su historia, de quien representó únicamente a un grupo reducido de extremistas, fanáticos y banqueros. El y sólo él salvará las finanzas del país, la industria del automóvil, los empleos burocráticos, un ejército que agoniza en la sangre de su propio estiércol, un imperio cegado por su propia avaricia y la renuncia a todo resquicio de humanidad y respeto por la vida humana. Y en Los Ángeles y con los latinos, el santo Obama legalizará a todos los inmigrantes ilegales, repartirá empleos y prebendas, anulará de un solo manotazo años de homicidios, drogas y desesperación en el barrio. O al menos así lo creen. ¿Quienes? En las laderas montañosas de San Bernardino y las calles y casas todas iguales del Este de Los Angeles, o de South Gate, Bell Gardens y Lynwood, sobre las antiguas mansiones hoy decrépitas de Mid Wilshire y pasando los muros cubiertos de grafitos en South Central. Hasta en Brentwood y San Marino. Es decir: los que viven en los suburbios, los latinos de primera y segunda generación, los negros, los blancos… Nos dicen que la gente que no pudo pagar las hipotecas de sus casas porque los pagos saltaron al doble o se quedaron sin trabajo o las dos cosas juntas se aferran a las paredes negándose al foreclosure, a que se las embargue el banco, porque esperan que al día siguiente de la investidura de Barack Obama como nuevo presidente de Estados Unidos un decreto imperial llegue de Washington y les devuelva las casas inpagas y los trabajos perdidos y la tranquilidad de antes. Que California verá su déficit de 42.000.000.000 dólares esfumado. Y también dicen que él hará que los préstamos de los automóviles florezcan nuevamente para que los del pueblo los compren a sesenta meses, y que fluya nuevamente la sangre por el cuerpo del Sueño Americano. Y que, nos dicen desaparecerán de la noche a la mañana las redadas migratorias y ya no vendrán uniformados en el amparo de la oscuridad a despertarlos con sus hijos para encerrarlos camino a la deportación hacia de donde vinieron. Que liberará a los cautivos y curará a los enfermos y hará que las bestias del campo hablen y los enemigos se reconcilien… Despierta, mi bien, despierta. San Obama no existe, y el Sueño Americano murió hace muchos años. El presidente Obama no legalizará a los indocumentados, ni premiará a quienes posibilitaron su surgimiento. No puede aunque quisiese, porque lo que ahora pasa en Estados Unidos y California y Los Ángeles viene de hace mucho y es mundial e imparable y de cualquier manera él es parte de lo mismo, por progresista que sea y por entusiastas que estemos (y lo estamos) por la elección de un presidente negro cuya esposa es ni más ni menos que la tataranieta de James Robinson: un esclavo. Esto es cierto: una encuesta del centro Pew Hispanic confirma lo ya sentido, que el interés por una reforma migratoria en la población hispana cayó a un tercio de lo que era. La crisis de Wall Street es tal, las bancarrotas y cierres de empresas financieras y fábricas es tan rápida, que el tema migratorio no será considerado en los primeros días de la nueva administración: los primeros mil días, quizás. Y es tal, que los estados de la “Unión Americana” padecerán de una catatonia similar a la bancarrota, y el sistema educativo vomitará a profesores y alumnos a la calle, y el sistema de atención médica protegerá menos a menos trabajadores. Y tal, que seremos afortunados si la historia no se repite y no estalla un conflicto armado general. Este es el verdadero fantasma que recorre ahora América, el mundo. Es el Viejo del Costal -u Hombre de la Bolsa, o el Cuco- que nos asusta a nosotros y hasta a Obama. Juntémonos para verlo. EL DIARIO-LA PRENSA DE NUEVA YORK.

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