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La Odisea del arte

La justicia española ha ganado en los juicios contra la Odyssey, pero ¿que pasa con todos los demás tesoros robados? ¿Quienes son los verdaderos piratas?

El 26 de Febrero, las monedas procedentes del tesoro de La Mercedes, regresaron a España. Un total de 595.000 monedas de oro y plata que según Odyssey tienen un valor de 380.000 euros. La justicia española ha ganado los diversos juicios contra la empresa norteamericana Odyssey Marine Exploration, Inc. Pero hagamos la vista atrás y partamos de ciertos hechos anteriores.En mayo del 2007, Odyssey encontró cerca de las costas de Algarve el botín del barco “Nuestra Señora de la Mercedes”, un buque español hundido en 1804 en la batalla del cabo de Santa María, tras una batalla naval con la flota inglesa. En ese momento la empresa registró el descubrimiento en un tribunal de Tampa, Florida. Dos años de litigios, persecuciones marítimas de la Guardia Civil a barcos del Odyssey y muchas deliberaciones después, el magistrado ha resuelto que el pecio encontrado por Odyssey es “La Mercedes”, y que no tiene competencia sobre el caso. Todo un triunfo, parece. De hecho, lo es. Pero, ¿que se esconde tras el tesoro? ¿Cuánto de triunfo hay en el asunto? Vamos a verlo:España es el tercer país más castigado de Europa por los expoliadores de arte en los últimos dos siglos. Todos los bodegones que pintó Velázquez han desaparecido del país, como tres centenares de murillos y otros tantos goyas. El tráfico de obras robadas mueve más de 10.000 millones de euros cada año, con más de 160.000 obras desaparecidas sólo en las últimas décadas, según la Interpol.El British Museum cuenta en su haber con toda una colección de 100 grabados de Picasso, asi como obras de Miró, Velázquez, una docena de Juan Gris, se encuentran en la actualidad en el British Museum sin que se haya aclarado su procedencia y teniendo alguna de ellas como último documento de propiedad, actas de compra o cesión de fondos españoles.José I se llevó 200 cuadros del Palacio Real de Madrid, «botín de guerra» que fue capturado por las tropas británicas tras la batalla de Vitoria en 1813. Aunque el duque de Wellington quiso devolverlos a la Corona española, Fernando VII se los regaló en 1816 y hoy se exhiben en Apsley House, residencia londinense de Wellington. Siguiendo con la Guerra de la Independencia, comandadas por el Mariscal Soult, Duque de Dalmacia, las tropas francesas realizaron un saqueo artístico programado de la ciudad de Sevilla. La finalidad de dicho expolio era la creación del Museo Real en París dedicado al “gran Napoleón”. Las obras que se incautaban se iban almacenando en el Alcázar para su selección. Se reunieron un total de 999 piezas. De todas ellas, 150 partieron para París en 1812 y el resto permaneció en Madrid a disposición del imperio francés, que las repartió entre sus generales y funcionarios.Se tiene la certeza de que los expoliadores acudieron a Sevilla con una lista perfectamente confeccionada sobre las obras que debían sustraer. Gracias al Diccionario de Artistas Españoles, realizado por Agustín Cea Bermúdez y editado en 1808, los franceses reconocían las obras que eran de interés para el museo napoleónico que estaban configurando. Sintieron especial predilección por las obras de Murillo, Zurbarán, Herrera el Viejo, Roelas y Pacheco.«¡Que devuelvan todo lo que han robado! ¡También en el arte!»A principios de este siglo – hace siete u ocho años – saltó la denuncia de determinados cuadros de dudosa procedencia, con lagunas respecto a su titularidad durante el periodo 1933-1945: “Frutero, botella y violín”, de Picasso; “A nymph by a stream”, de Renoir, tres monets… cuyo valor conjunto se calcula en billones. Más de un centenar de estas obras del inventario se exhiben en la National Gallery y unas ochenta en la Tate.La pista de los sucesivos propietarios de cuadros como “Retrato del arzobispo Fernando de Valdés”, de Velázquez, que la pinacoteca nacional adquirió en 1967, se pierde durante los años de la II Guerra Mundial. La legislación británica prohíbe directamente la devolución del patrimonio expoliado.En su momento “Los Angeles Times” informaron de que la galería estadounidense cuenta con más de 350 obras adquiridas de modo ilegal, con un valor que ascendería a 100 millones de dólares. Otros museos norteamericanos bajo sospecha de expolio son el Museum of Fine Art de Boston, el Instituto de Arte de Minneapolis y el Museo de Arte de la Universidad de Princeton.Grandes casas de subastas en manos de bancos norteamericanos, ingleses y franceses tienen en su poder el 60% del mercado. Y todo esto sólo es un pequeño botón de muestra de que el verdadero valor que esconden las obras de arte es la posición de clase que representan, el estatus social. No sólo es el valor líquido, el dinero, sino la expresión de poder de una clase sobre otra. De un país imperialista sobre otro sometido. Y es que recordemos que Inglaterra fue el primer país colonialista de la historia. Ahora se contentan con ser el mayordomo del imperio norteamericano en Europa. ¿Y qué pasa con todas estas obras robadas? ¿Por qué no se devuelven también? Aquí lo que se oculta tras la entrega del tesoro es que el verdadero tesoro lo siguen teniendo los grandes oligarcas y grandes dueños de bancos y multinacionales. El poseer gran parte del patrimonio de un país como el nuestro no es otra cosa que la manifestación de la relación de sometimiento y dependencia que existe. También en el terreno del arte.Ejemplos de paises emergentes como China o India, antiguas colonias y hoy países que crecen y son en gran parte independientes, llevan años luchando también en este terreno para recuperar todo su patrimonio. Algunos de los casos con más repercusión en los medios han sido el de China, en concreto, con Francia por unas esculturas del horóscopo chino datadas del siglo XVIII, y el de India con Inglaterra por unos sencillos objetos de Ghandi. Así como el British Museum o la galería de arte estadounidense son ejemplos claros de expolio, China e India lo son de lucha por la independencia, la dignidad y la soberanía nacional. Exigir que devuelvan todo el patrimonio al país al que pertenecen, es luchar por llevar una política de independencia y soberanía nacional. ¡Que devuelvan todo lo que han robado! ¡También en el arte!

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