Rebelión en la plaza

La nueva cultura polí­tica del 15-M

Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno. Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos. Acusamos a los poderes polí­ticos y económicos de nuestra precaria situación y exigimos un cambio de rumbo…

Este es el contundente árrafo que encabezaba el manifiesto convocando a celebrar manifestaciones el 15 de mayo en 40 ciudades españolas, desencadenante de lo que posteriormente, tras las concentraciones, asambleas y acampadas en la Puerta del Sol y otras plazas, pasaría a conocerse como el Movimiento del 15-M.Han pasado apenas dos semanas desde entonces, y sin embargo la cantidad de acciones de todo tipo y la multitud de gente que se ha unido al movimiento hace parecer que hayan transcurrido meses, si no años.Las asambleas multitudinarias que desde Madrid se han ido extendiendo como un reguero de pólvora por toda la geografía española han añadido una interminable lista de demandas y reivindicaciones que abarcan desde lo económico a lo político, de lo social a lo cultural. Sin embargo, el éxito y la continuidad del movimiento va a depender de que sea capaz de mantener viva y en primer plano la sustancia original de la que partió: el rechazo frontal a las medidas de ajuste, recortes sociales y rebajas salariales que el FMI, Bruselas y los Botín de turno han dictado y el cuestionamiento del modelo bipartidista y la clase política gracias a los cuales pueden ejecutarlos imponiéndose sobre el 90% de la población.Si el movimiento del 15-M ha podido ganarse, a una velocidad inusitada, la simpatía, el reconocimiento y el corazón de millones de personas es precisamente por eso; porque se han atrevido a expresar públicamente y en voz alta lo que piensa una inmensa mayoría de la población. A medida que crece el movimiento se hace cada vez mas patente la contradicción entre si seguir apuntando y dirigiendo su filo de forma concentrada hacia los blancos principales, o si por el contrario se desdibuja en una retahíla de exigencias de todo tipo, que no sólo tiende a diluir lo principal, sino que amenaza con darle un carácter cada vez más marginal y reducido Una nueva culturaPero al margen de esto, que sería motivo de un análisis político más a fondo, se dice que con el 15-M lo que ha emergido son los síntomas de una nueva cultura política, una nueva forma de entender y de hacer la política.El rasgo principal de esta nueva cultura política sería enfrentar, o quizás sumar, la democracia participativa a la democracia representativa. Es decir, el rechazo a la idea de una democracia exclusivamente representativa, donde los electores depositan su voto cada cuatro años para elegir a sus representantes, sin tener prácticamente ninguna otra opción de intervenir, participar y decidir en la vida política del país ni en los asuntos públicos que les afectan directamente.Una especie de “democracia virtual”, donde la conciencia y la opinión pública mayoritaria es modelada por un pequeño puñado de grandes medios de comunicación –propiedad a su vez de unos pocos grupos monopolistas y financieros– encargados de hacer ver que la única realidad que existe es la que ellos programan. Y donde la representación del sistema político está copado y monopolizado por unas oligarquías partidistas, endogámicas y extremadamente burocratizadas.Este es, en efecto, el modelo político que ha imperado en las sociedades occidentales desde la segunda mitad del siglo XX, sobre la base de una gigantesca concentración de poder y unas determinadas condiciones políticas, económicas y sociales que permitieron modelar a una amplia categoría de ciudadanos-consumidores-satisfechos.Pero que la democracia en nuestras sociedades haya pasado al terreno de la realidad virtual no es efecto de ninguna «perversidad del sistema», sino de la concentración de poder. Se ha puesto muchas veces el ejemplo de cómo, a principios del siglo XX Madrid contaba con más de cien periódicos, hoy sólo existen cinco. Entre los más de cien periódicos de entonces se podían distinguir las opiniones, no ya de los distintos partidos políticos, sino de las diferentes camarillas en que éstos se dividían. Hoy entre los grandes diarios nacionales domina el acuerdo en los temas fundamentales, aunque se disputen, a veces a dentelladas, el mercado y sus áreas de influencia. Lo mismo ocurre con las televisiones. La organización social de principios de siglo podía resultar caótica y caciquil, pero era real, expresaba a las distintas clases y sectores de clase en pugna. La organización social actual es el efecto de un grado de concentración de poder tal que en su relación con el ciudadano se transforma en virtual.El rechazo a esta ‘perversión’, a este vaciamiento de la democracia es uno de los rasgos principales que caracterizan al 15-M. Y los nuevos medios de comunicación contribuyen poderosamente a este cuestionamiento.Ya Marx, en el Manifiesto Comunista advierte la importancia que los modernos medios de comunicación creados por la burguesía tuvieron para facilitar y acelerar la unión de los obreros: “Coadyuvan a ello los medios cada vez más fáciles de comunicación, creados por la gran industria y que sirven para poner en contacto a los obreros de las diversas regiones y localidades. Gracias a este contacto, las múltiples acciones locales, que en todas partes presentan idéntico carácter, se convierten en un movimiento nacional, en una lucha de clases. Y toda lucha de clases es una acción política”.En nuestros días, la utilización de medios como internet y las redes sociales se ha convertido en una de las herramientas más eficaces para ello. ¿Participación o representatividad?La nueva cultura política manifestada estas semanas en las plazas de las ciudades españolas lo que reclama es, por el contrario, una participación diaria, cotidiana, organizada y eficaz del pueblo en la vida política, una democracia popular, un poder popular, en suma. ¿Pero cómo es posible llevar a la práctica la alternativa de una participación permanente?Cae por su propia lógica, y los participantes en el 15-M son perfectamente conscientes de ello, que la vía para lograrlo no puede ser la de la concentración sine die, la asamblea permanente. Lo ocurrido estas dos semanas ha sido hermoso y necesario, pero no es posible prolongarlo indefinidamente.Lo que necesitamos es organizar la participación desde la base, es decir, desde abajo hacia arriba, desde la base de los barrios hasta los municipios, los parlamento autonómicos y el nacional. De lo que se trata es de conquistar la democracia creando amplias y poderosas estructuras asamblearias de base en cada comunidad. Asambleas donde radica el poder en última instancia, ante las que todos los representantes electos están obligados a rendir cuentas y que dispongan de poder fiscalizador sobre las cuentas públicas y poder revocatorio para destituir a aquellos representantes que no cumplan aquello para lo que fueron elegidos.Hace ya mucho tiempo, casi 150 años, que la insurrección de los obreros parisinos planteó un tipo de democracia así durante la Comuna de París. La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad. Los consejeros eran revocables en todo momento, se hallaban obligado por el “mandato imperativo” otorgado por sus electores y tanto ellos como todos los funcionarios a su cargo no podían cobrar un salario que excediera al que cobraba un obrero.El ejercito prusiano y la gran burguesía francesa no permitieron su desarrollo, ahogando a la Comuna en un sangriento baño de represión. Sin embargo, en sus pocos meses de vida la Comuna demostró cómo el pueblo organizado puede avanzar en crear formas de autogobierno y de capacidad de decisión infinitamente más democráticas y eficaces.Los tiempos son hoy muy distintos, pero la sustancia del problema sigue siendo la misma. Para defender nuestros intereses frente a aquellos que sólo buscan saquearnos, el pueblo necesitamos unidad, organización y fuerza política. Los medios de que hoy disponemos son muy distintos, pero los objetivos, en última instancia, siguen siendo los mismos. La repercusión mundial del 15-M Ha sido sobre todo la prensa internacional quien se ha encargado de destacar la relevancia, no sólo social sino política, adquirida por el Movimiento 15 de Mayo, y su influencia sobre el resultado electoral del 22-M.El mismo día 23, el Financial Times –la Biblia de la City londinense y las bolsas europeas– sentenciaba que “el Gobierno se enfrenta a los reveses en las urnas y a la vergüenza en la calle”, señalando con preocupación como las protestas nacidas en España pueden extenderse en un futuro inmediato a otros países europeos, sacudidos por problemas parecidos a los nuestros. Alarma a la que se sumaba 24 horas después el diario berlinés Die Tageszeitung al señalar cómo lo ocurrido con el 15-M es el nacimiento de “una masiva oposición extraparlamentaria a un sistema que ha caído en descrédito”. Y cómo el grado de rechazo y descontento visible en España “también se puede encontrar en los países de la UE. El riesgo de contagio es alto”.“Los votantes españoles van a las urnas en medio de protestas” (The Guardian). “Se pide a los electores el voto en blanco como protesta por el aumento de la corrupción” (The Times). “El Movimiento 15-M: Alarma para Europa” (Financial Times). “Los partidos políticos españoles desconcertados por la fronda social” (Le Monde). “Primavera de frustración en España” (The Washington Post). “España generación indignada” (Le Vif). “Primavera española en las plazas” (Corriere della Sera). “Millones de españoles han perdido la fe en sus políticos” (Der Spiegel). “Es hora de indignarnos” (La Jornada de México) “Al 15-M aún le queda mucha vida (Deutsche Welle),…Estos son sólo algunos de los titulares más significativos de los principales diarios de referencia internacionales, que no dudan en reconocer que el movimiento del 15-M ha ganado en el tramo final de la campaña electoral el discurso de la reivindicación frente al “más de lo mismo” defendido por los dos grandes partidos que, al fin y al cabo, defienden los mismos privilegios, los mismos planes de ajuste, las mismas rebajas y los mismos recortes. Ofrecemos a continuación un breve resumen de los análisis más destacados sobre el 15-M aparecidos en medio mundo. La primavera española en la plaza Elisabetta RosaspinaSi ha funcionado en Reykjavik, en El Cairo y Saná, ¿por qué no en Madrid? "Sí, acampamos" al menos 5.000 españoles anunciaban que, después de un vano intento de desalojo por la policía, seguirían acampando por segundo día en el "punto cero" de la capital ibérica: la Puerta del Sol. En la era de Twitter y las redes sociales, el levantamiento se llevó a cabo simultáneamente en cuarenta ciudades de España, pero el centro neurálgico está aquí, al pie de la estatua ecuestre del rey Carlos III, frente a la sede de la Comunidad de Madrid, bajo el histórico letrero de neón de Tío Pepe. Y lo más importante, a sólo cuatro días de elecciones municipales en el país. Para los partidos tradicionales, en contra de los cuales los manifestantes salieron a las calles, la ‘Primavera española’ no puede florecer en peor momento: toda la atención se centra ahora en el heterogéneo movimiento que se inició con un utópico nombre, el de la plataforma "Democracia real ya" (…)Jóvenes, pensionistas, familias unidas contra el sistema político-financiero, los recortes provocados por la crisis, el férreo bipartidismo parlamentaria, la corrupción, la banca, la ley electoral actualmente en vigor (…)CORRIERE DELLA SERA. 18-5-2011 El sufrimiento en España lleva a la gente joven a protestar V. MalletHasta las primeras protestas en la calle, los políticos españoles seguían un manoseado guión con la esperanza de ser elegidos en las elecciones regionales y municipales de este fin de semana (…)Pero los políticos de izquierda y derecha luchan ahora con la erupción no programada de una ola de protestas –coordinadas a través de Facebook y Twitter– en la campaña electoral. Las reuniones, que comenzaron el domingo cuando un grupo suelto de jóvenes españoles insatisfechos que se hacen llamar "democracia real ya" organizaron manifestaciones en toda España, han aumentado desde entonces en una amorfa proto-revolución conocida como el "movimiento 15 de mayo". Condenando el dominio del sistema político por los dos principales partidos y pidiendo una reforma electoral, su mensaje es, en efecto, que "ambos son una plaga para nuestro país" (…)Para muchos españoles, no ha sido una sorpresa que llegaran las manifestaciones de los jóvenes, sino el hecho de que tardaran tanto tiempo en materializarse (…)La última vez que los jóvenes españoles mostraron un compromiso así fue para oponerse al apoyo del país a la guerra liderada por Estados Unidos en Irak en 2003, cuando el gobierno del PP con José María Aznar dio su apoyo a George W. Bush, entonces presidente de los EEUU (…)FINANCIAL TIMES. 19-5-2011

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