¿Quién paralizó, realmente, Barajas?

La nieve o la frí­a burocracia

El aeropuerto de Barajas sólo en estas primeras horas del domingo ha empezado a operar en sus cuatro pistas y a dejar de registrarse retrasos en los vuelos, aunque todaví­a hay colas de viajeros que no han podido viajar en los últimos dí­as, ya que desde el cierre del aeropuerto por la nieve el viernes se han cancelado más de 700 rutas y miles de pasajeros siguen esperando la salida de sus aviones, muchos de los cuales fueron cancelados ayer tras ser suspendidas las operaciones durante cinco horas por la intensa nevada acrecentada esta mañana por la niebla y las bajas temperaturas.

Resulta inacetable e impropio de un país con el grado de desarrollo económico y tecnológico que tiene España que se tenga que cerrar el aeropuerto de la capital por una nevada. Aunque también distintos tipos de imprevistos en el aeropuerto de Madrid-Barajas acaban en el caos. El anterior imprevisto parece haber sido la huelga de celo de los pilotos de Iberia; y también de un grupo de controladores aéreos. Y ahora, el mal tiempo, que mantuvo cerrado el viernes, hasta las seis de la tarde, el cuarto aeropuerto más importante de Europa. En menos de dos semanas, miles de personas se han quedado atrapadas en Madrid-Barajas. Sólo el viernes 45.000 viajeros se vieron afectados por cancelaciones de vuelos. Y ayer otros 10.000, lo que eleva a unos 55.000 el total de damnificados.Las razones del director general de AENA, Javier Marín, intentando articular alguna excusa, es que el viernes "las previsiones eran de nevadas débiles", recurriendo a la misma explicación que dio la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Y añadió que de haber sabido la envergadura del temporal, "se podría haber hecho algo más". Fomento explicó que en esta misma semana, y por motivos similares, se han cerrado los aeropuertos de Nueva York, Chicago, Seattle, Düsseldorf, Birmingham, Paris, Milán, Turín, Marsella, Lyon, Burdeos, Bruselas, Stuttgart y Munich. Mal de muchos, consuelo de tontos.O, quizá la verdad sea, males diferentes, mentiras abundantes. No son comparables nevadas muy copiosas con una simple nevada. El problema de Barajas no es la nevada. El problema de Barajas, y otras infraestructuras que dependen del gobierno central, es que a Zapatero, y a sus ministros, le deja frío los problemas que afectan a los ciudadanos de a pie. No le importa debilitar la capacidad tecnológica y el progreso de las infraestructuras en España. Sólo cumple con las exigencias disgregadoras disfrazadas de nueva financiación autonómica.

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