Cargando...La maza, la misma que derrivo el Muro de Berlin, la misma que clava «la Estaca» de Lluis Llach, simboliza el sentimiento y artazgo de la mayoría de los vascos frente al nazi-fascismo.
Emilio Gutiérrez es Euskadi y Facebook el resto de Esaña.Emilio, un currante, hijo de socialistas. Es decir, una familia obrera, tan típica de Euskadi como de Sevilla. Típica familia que vive de su trabajo y vota al partido “práctico” de la izquierda, el mayoritario y el que tiene opciones de gobierno. Tan común a cientos de miles vascos y vascas que han impreso el ritmo de producción de Michelin, Mercedes, la metalurgia o los astilleros. La margen izquierda de Bilbao, vamos la clase obrera vasca. Emilio se compra una casa, lo que corresponde a su edad, un proyecto de vida. Pero, inesperadamente, ETA , siguiendo adelante con el régimen nazi-fascista vasco, pone una bomba en La Casa del Pueblo, que está enfrente de su casa y se la destrozan. Le destrozan una parte determinante del proyecto de vida de Emilio, su casa. ¿A cuantos vascos les ha pasado esto?, y sobre todo ¿cuántos tienen miedo de que esto mismo les ocurra? La reacción normal, porque así lo ha impuesto el régimen, hubiera sido el silencio. Todos hubieran estado con Emilio, pero eso si, en privado. Cuando no hubiera habido nadie, una oleada de abrazos, lágrimas compartidas y frases como “que hijos de puta que son” hubieran inundado a Emilio. Eso si, en la más alta discreción. La panadera, o el del estanco, mientras le hubiera dado el paquete de ducados a Emilio, le diría el típico “oye Emilio, lo que necesites”; a no ser que en ese momento entrara el de la herriko. Porque esto es Euskadi, matan a un para que mil callen, matan a mil para que tres millones se atemoricen. El otro día, en un bar de un barrio de Vitoria, estaba hablando con la camarera; le contaba que yo apoyaba a Emilio y le dije que me iba a hacer camisetas de “la maza de Emilio”. Ella rio estando de acuerdo. Tras esto le estaba explicando que yo pedía el voto para Rosa Díez. Pero solo me dio tiempo a decir Rosa por que entró un vecino amigo del de la herriko. Entonces ella calló y unos segundos más tarde dijo Diez, pero con la entonación del número, no del apellido. Y lo dijo así para que el amigo del de la herriko no supiera de qué estábamos hablando. Porque en Euskadi aparecen balas en los buzones, porque si eres del PP llevas escolta, porque no debes ir con una camiseta de la selección española, porque no deberías tararear el icno nacional si te tomas cuatro copas, por tantas cosas que te garantizan una ostia o una paliza… Emilio recordó a todos los vascos la locura en la que se vive, recordó que, que te revienten la casa y no puedas decir nada es fascismo de la vieja escuela. Recordó que ser libre es un derecho inalienable y recordó la necesidad de luchar por el, calle a calle, golpe a golpe y verso a verso. Así se siente la sociedad vasca, pero él fue quien demostró que es posible. Ahora Emilio se ha ido como lo hizo su padre. Fuera de Euskadi por las amenazas. Al sur, que también es su casa, evidentemente. Seguro que, en el barrio donde se ha instalado, los vecinos no le dejaran pagar nada en el bar y le habrán dicho “Emilio lo que necesites aquí está tu casa”. Pero él se ha tenido que exiliar, y no lo digo literariamente, sino literalmente. Como los más de 100.000 exiliados vascos a los que el nazi-fascismo ha perseguido y expulsado. Les han privado de tantas cosas sencillas y complejas que eran sus vidas. Evidentemente Emilio no podrá votar hoy por su “SOE” de toda la vida. Un voto que pierde el PSOE pero también un voto que no pierde Ibarretxe y Arzallus. Por esto Emilio es Euskadi, al igual que la camarera con la que hablé el otro día. La única diferencia es que Emilio cogió la maza. La maza…; quizás se forjara en la misma fábrica donde se hizo la maza que dio el primer golpe al muro de Berlín.¿Y el resto de España?Pués desde "nunca mais" hasta facebook. Ayer leí un poquito en facebook. Había más de 60 grupos de personas de apoyo a Emilio, ninguno a la Herriko. Más de 60 grupos de los cuales los hay con 10.000 seguidores, 7.000 fans o 15.000 “todos somos Emilio”. Había desde cuentas de apoyo económico hasta grupos fundados en Moscu, desde manifestaciones de apoyo, convocadas por personas individualmente, hasta foros de debate. El régimen nazi-fascista del nacionalismo étnico de Ibarretxe y Arzallus se va descomponiendo, Emilio lo ha descubierto antes que nadie. Si se puede coger la maza y derribar el muro de Euskadi. Con esa maza que derriba muros y clava “estacas”. En este momento, como siempre ha sido así, los murcianos de dinamita frutalmente propagada, los catalanes de firmeza, los andaluces forjados con el yunque y la guitarra, los aragoneses señores del yugo y el arado, los valencianos de alegría, los gallegos de morriña y calma, todos nosotros estaremos con los vasco de piedra blindada y estaremos con Emilio.