La mayoría social exige un gobierno progresista

Más de dos meses después -y tras unas elecciones europeas, autonómicas y municipales que volvieron a expresar el mismo veredicto de giro a la izquierda- todavía Pedro Sánchez no ha formado gobierno. Al cierre de este edición aún no está resuelto el laberinto de la investidura, y la reunión entre el líder socialista y el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha acabado de forma infructuosa, con un cruce de reproches.

La mayoría social progresista exige que se forme un gobierno sensible a sus demandas y anhelos. Que aplique políticas redistributivas de la riqueza, que eleve salarios y pensiones, que tome medidas contra la precariedad de amplios sectores del pueblo trabajador, que revierta los recortes en sanidad y educación y que garantice y proteja los servicios públicos. Un gobierno que amplie derechos y libertades y derogue los ataques perpetrados en ese terreno por los gobiernos de Rajoy. Un gobierno que dé pasos decididos en la igualdad real y plena entre hombres y mujeres, que proteja el medio ambiente. Un gobierno que aborde los sensibles temas de la unidad de España desde una perspectiva progresista. Un gobierno que haga eso y más.

Este es el mandato del 28-A. Para hacerlo posible, es imprescindible el acuerdo y entendimiento entre las dos principales fuerzas progresistas de nuestro país: PSOE y Unidas Podemos. 

PSOE y Unidas Podemos deben hacer realidad el mandato del 28A. Deben ponerse de acuerdo, abandonando posiciones maximalistas y buscando puntos de encuentro. 

Deben llegar a un acuerdo, evitando a toda costa la convocatoria de unas nuevas elecciones -ya no tan impensables como hasta hace poco- que podrían ser una “ruleta rusa” para la mayoría progresista. La abstención de una parte que sí se movilizó el 28-A podría incluso abrir la puerta, hoy felizmente cerrada, a un “gobierno de los recortes”.

Hay mejores, muchas mejores condiciones, ahora que hace un año, para formar un gobierno que esté bajo una mayor y más clara influencia de la mayoría social de progreso. Depende de la voluntad política.

PSOE y Unidas Podemos deben ponerse de acuerdo, abandonando posiciones maximalistas y buscando puntos de encuentro. En el programa y en la composición del gobierno. 

Desde estas páginas les exhortamos a tener la habilidad, la generosidad y la altura de miras necesaria para llegar a un acuerdo que garantice la investidura, y lo suficientemente amplio que permita la suma de muchas otras fuerzas -de izquierdas o de centro- que den estabilidad a un Gobierno de Progreso. Incluyendo en ese terreno a ganar, aunque sea bajo la forma de la abstención en la investidura, a Ciudadanos.

Es el destino del país y de la gente, de las políticas que afectan a la vida de las clases populares, lo que está en juego.

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