El pasado 21 de noviembre las organizaciones agrarias y ganaderas C.O.A.G., U.P.A. Y A.S.A.J.A. convocaron la manifestación del sector más multitudinaria de la Democracia: 90% de paro y 98% de movilización. Un ejemplo en un momento en el que la crisis ya no aprieta sino que estrangula. La Ministra Salgado no estaba para recibirlos.
¿Cómo valora los resultados de la manifestación del asado sábado en Madrid? En los hechos los agricultores, ganaderos y sus sindicatos se están convirtiendo en la punta de lanza de crítica a la política del Gobierno y la crisis? El resultado de la movilización ha sido un éxito. Estamos hablando de dos días de paro general agrario que se ha cumplido por encima del 90%, teniendo en cuenta que hay sectores que por ser productos perecederos no se ha pedido que se cierren. En cuanto a la participación de agricultores y ganaderos ha sido del 98%. La participación en la manifestación ha sido multitudinaria, desconocida en la etapa democrática en el sector agrario, sin compararlo con otros sectores. Ha sobrepasado con muchísimo las previsiones que nosotros habíamos hecho de “A Madrid 100 mil”. Yo creo que esto tiene que servir para reflexionar y ver que nuestras demandas son justas y razonables. Más allá de Zapatero hay cuestiones que hacen referencia a la negociación europea en la que el sector agrario ha sido menospreciado. Se está aplicando la reforma del 2003 que negoció Arias Cañete, después ha venido la reforma de la reforma, en definitiva, una estrategia para controlar los sectores básicos de la alimentación, azúcar, leche, cultivos herbáceos, como la patata, en la que estamos viendo que nos están desmantelando. El dinero público se está utilizando para romper la estructura productiva y machacar la actividad. Algo inaudito. Que nos den dinero para cargarse el sistema productivo es una barbaridad. Los sectores mediterráneos se están entregando a países terceros, aceite de oliva, hortalizas, fruta… no se ponen barreras arancelarias y se compra todo lo que se produce aunque esté hecho en base al dumping social, económico y medioambiental; no son productos que estén en el marco de la seguridad alimentaria de la Unión Europea, ni de calidad. Están intentando abrir nuevos mercado para colocar los bienes de equipo, los productos industriales y tecnológicos… algo en lo que nosotros tenemos un gran déficit, no como los países centroeuropeos que se están quedando con el negocio. Además en el mercado interno no hay mecanismos de regulación y se está dejando campar a sus anchas a la gran distribución y a las empresas de servicios. Con lo que los productores nos encontramos entre dos oligopolios: uno que controla los alimentos que producimos y nos hunden los precios en el mercado de origen, y otro que controlan los productos que necesitamos para producirlos, con lo que se nos incrementan los precios una barbaridad. De hecho el incremento de los costes de producción que inicialmente se relacionaba, que es verdad que tiene relación, con los precios del petróleo, no se ha correspondido con la bajada de los precios del crudo. Se han quedado en un punto intermedio con las subidas tan abismales que hubieron. Esto hace que los costes de producción hayan incrementado un 35%, y que la renta haya caído un 26% en los últimos 5 años. Esto, ¿quién lo aguanta?, ¿qué sector económico aguanta esto?. Estamos produciendo por debajo de los costes de producción. Estamos “autoexplotándonos” porque la mayoría somos trabajadores por cuenta propia para tratar de aguantar. El endeudamiento en estos momentos supera el valor de la producción. Es decir, el valor de la producción está en 35 mil millones de euros y debemos a las financieras 35 mil 500 millones de euros. No son datos míos, son del Banco de España y del Ministerio de Agricultura. En lo económico, en lo social, en cuanto al equilibrio territorial el sector agrario es estratégico. No podemos entrar en una situación de tanta dependencia, porque en el momento en que no se produzca aquí los precios van a subir de manera bárbara. El mercado no regula, especula. Necesitamos instrumentos de regulación del mercado, que cubran los costes de producción, y que se nos de la capacidad de negociar como hacen otros sectores. La propia dispersión del campo impide un proceso de concentración que te pueda igualar en el marco de la cadena agro-alimentaria. Lo que domina es la distribución, que está machacando a los productores y a los consumidores. Los alimentos son un elemento de interés general y necesitamos un Estado con instituciones para defender ese interés general. Desde el sindicato dicen que no quieren subvenciones sino una apuesta por el tejido productivo que genere riqueza para el país… Se nos tiene que dejar que participemos en el mercado, que ganemos en función de lo que el mercado en términos generales ofrece. No se nos pueden poner unas condiciones jurídicas que nos estén machacando permanentemente. Que nos tengan atados, sin podernos defender. Para esto hay que cambiar las normas. Nosotros recibimos de la UE 6.000 millones de euros. Actualmente, por referencia, un kilo de trigo está en torno a las 20 pesetas; si el valor de nuestra producción es de 23 mil millones de euros, nosotros deberíamos vender el kilo a 40 pesetas, y entonces los 6.000 millones de euros no los querríamos para nada. Que Europa, con la excusa de las ayudas no venga a querer comprarnos el sistema productivo y que abandonemos la actividad. Hemos enviado comunicados a más de 8 mil ayuntamientos de este país. El 90% del territorio está en manos del sector agrario y ganadero, no es solo una cuestión de alimentación, sino de población y bienestar social, y no pueden cargarse esto. El Gobierno y todos los partidos tienen que asumir que esto es una cuestión de Estado, porque la UE va a tener co-decisión en esta etapa. A ver si Irlanda va a poder poner en cuestión el funcionamiento de la UE, y nosotros nos vamos a tragar todo lo que venga de Europa porque somos más europeístas que nadie. ¡Estamos colonizados por las grandes empresas de distribución! ¡es que se ha desmantelado el 50% del sector de la remolacha, de la producción de azúcar, de la noche a la mañana!. Esto no tiene nombre. Los sectores ganaderos están en quiebra, y mientras el medio rural ardiendo. Y no porque esté más seco que nunca sino por el pasto, porque no hay carga ganadera. Lo que está ocurriendo es una barbaridad. ¿No es esta manifestación un ejemplo de unidad sindical y de línea de actuación de firmeza para unir a todos los sectores afectados por la crisis? Sí, bueno. Nosotros hemos actuado en el marco de nuestras competencias, aunque haya habido sindicatos como CCOO que han dicho que esto era un paro patronal. El problema es la falta de autoridad de las instituciones para controlar el mercado, como si fuera algo sagrado. Tenemos al país prácticamente en bancarrota y hay todavía quien piensa que el mercado no se puede tocar. El Estado debe servir para defender a toda la sociedad, sino para qué lo queremos. No pedimos una economía planificada, pero si para los delincuentes, para los que roban, estafan y se quedan lo de los demás hay que aplicar la justicia… aunque algunos puedan pensarlo los alimentos no se cultivan en el Mercadona, ni en Carrefour.