En la película La matanza de Texas` un sádico criminal se dedicaba a cortar la cabeza de sus victimas, troceándolas con una motosierra. En la cumbre de Bruselas del 9 de diciembre, Merkel «bajo el auspicio del secretario de Tesoro USA y la presión directa de Obama» ha sentado las condiciones políticas para aplicar la motosierra de los ataques y recortes cuyos destinatarios más evidentes somos España e Italia, que junto a Portugal y Grecia formamos el grupo de los PIGS (cerdos en inglés) con los que despectivamente nos han denominado desde hace años la prensa anglosajona.
Ataques y recortes que no se dirigen solamente hacia nuestras rentas y salarios, aunque ese sea el botín inmediato que buscan recaudar. Sino que se extienden ya abiertamente a recortar la democracia y la soberanía nacional, estableciendo un nuevo orden y una nueva jerarquía en Europa, donde a nosotros se nos condena a una tercera o cuarta división, mientras Berlín lleva el bastón de mando, con permiso (y al servicio) del Imperio.Que en vísperas de cada una de las cuatro cumbres “decisivas” que la UE ha realizado en 2011, el secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner, se haya presentado en Europa como autentico procónsul encargado de inspeccionar las provincias y dar la órdenes pertinentes, y que Obama despache casi semanalmente con Merkel son signos inequívocos de dónde esta el centro de mando. No por casualidad, en su primera salida al extranjero como presidente electo, Rajoy ha tenido que despachar primero con Geitner, y sólo en segundo lugar con Merkel. También en las formas hay que dejar claro quién manda.«De la cumbre sale como ganador, y además por goleada, Washington» Haciendo otro símil, en este caso futbolístico, podríamos decir que de la cumbre sale como ganador, y además por goleada, Washington. Tras los auténticos golpes de Estado dados en Italia y Grecia con la expulsion de Berlusconi y Papandreu, en una flagrante violación de todos los principios democráticos y la soberanía nacional, la cumbre de la UE ha venido a dar carta de naturaleza política y legal a lo que hace sólo unos días el New York Times bautizó, cínica y acertadamente, como “Los gobiernos de Goldman Sachs en Europa”.No sólo se pone orden político y disciplina jerárquica para que todo el mundo pague los crecientes tributos que la inmensa deuda del imperio exige. Sino que además, si alguna vez existió –aún cuando fuese remotamente– la posibilidad de una Europa dotada de mayor autonomía, con una defensa y una política exterior común, el desenganche del Reino Unido del acuerdo y su marginación voluntaria del nuevo Tratado que regirá la UE coloca este objetivo abiertamente en el terreno de la ciencia-ficción. «Poner fin al poder de esta gente se está volviendo una cuestión de salvación nacional» Con los acuerdos para el nuevo Tratado de la Unión, Alemania gana poder político en la UE, sí, pero en una Europa resignada a vivir eternamente enganchada a la órbita de Washington, crecientemente irrelevante en el tablero mundial y con una voz y un peso cada vez menor.
Como atinadamente ha descrito el analista británico Timothy Garton-Ash, “ante China y Estados Unidos, Europa sale debilitada” de la cumbre. ¿Y qué decir de las oligarquías financieras y las clases políticas de los países como el nuestro, a los que se nos quiere condenar de por vida a una especie de contrato de esclavitud con Washington y Berlín? Concluida la cumbre, vale la pena recordar el programa mínimo con el que acudían a ella Zapatero y Rajoy. Por simplificar, intervención inmediata del BCE en los mercados de deuda para evitar los ataques y turbulencias contra la deuda soberana española, creación de eurobonos de deuda garantizados conjuntamente por todos los países de la zona euro. Y ampliación del tanto por cien necesario para aplicar el derecho de veto a las sanciones por incumplimiento de la disciplina fiscal en el nuevo Fondo de Rescate, de modo que España pudiera formar parte, junto con Berlín, París y Roma, del núcleo de países que tienen ese poder. Ni lo uno ni lo otro ni lo de más allá. Una vez más, España sale de una cumbre de Bruselas sin obtener ni una sola de sus demandas. Pero eso sí, con Zapatero y su sucesor Rajoy comprometidos hasta el tuétano en ejecutar a pies juntillas todos y cada uno de los mandatos emanados de Berlín. Ya sean recortes y rebajas de salarios y rentas, restricción de la democracia o cesión y secuestro de la soberanía nacional.Posiblemente, nunca como hasta ahora había sido tan evidente el carácter antipopular y vendepatrias de nuestra clase política. Ni la mezquindad de una oligarquía financiera dispuesta a aceptar todo tipo de trágalas contra el país y su población, con la esperanza de que a cambio las grandes potencias les sigan permitiendo a sus bancos y monopolios aspirar a una pequeña parte de la tarta, aunque sea cada vez más menguada. Poner fin al poder de esta gente se está volviendo, por días, una cuestión de dignidad, orgullo y salvación nacional.