Lorenzo Silva

La Marca del Meridiano

«En una sociedad envilecida por el dinero sucio y la explotación de las personas , todaví­a el amor puede ablandar a las fieras»

Un guardia civil retirado aparece colgado de un puente, asesinado de manera humillante. A partir de ese momento, la investigación que ha de llevar a cabo su viejo amigo y discípulo, el brigada Bevilacqua, abrirá la caja de Pandora: corrupción policial, delincuentes sin escrúpulos y un hombre quijotesco que buscará en el deber y el amor imposible la redención de una vida fracturada.

Son muy pocas las novelas ambientadas en nuestro país y en nuestra realidad política.¿ Es un género desaprovechado en nuestra literatura?

Lo ha sido. Esa afirmación en años anteriores ha sido exacta. Pero ahora tengo mis dudas porque desde hace cuatro o cinco años cada vez se publican más novelas dentro del género atentas a la realidad. A la realidad en todos los sentidos, bien sea política, económica o social. Me parece muy positivo que un género tan relevante en la literatura y que tiene tantos lectores en el mundo se normalice y se convierta en un género principal dentro del panorama literario español.

Es cierto, quizá un ejemplo de lo que dice sería “No habrá paz para los malvados” ganadora del Goya este año.

En nuestro cine ha habido una ausencia de este tipo de ficciones cuando son centrales en otras cinematografías pero parece que en este último año con No habrá paz para los malvados, Grupo 7 o Celda 211 recupera el género negro. Son películas muy buenas, muy bien hechas y que gustan mucho a la gente.«En la vida tampoco está tan claro quiénes son los buenos y los malos»

Y sin embargo es un género que no ha tenido mucha presencia en el Premio Planeta. ¿Está poco reconocido en los círculos más académicos?

No ha tenido mucha presencia depende de con que lo comparemos. Otros premios internacionales jamás lo han tenido en cuenta. Pero Planeta lo ha premiado tres veces con este año. Antes fueron Vázquez Montalván y Francisco Ledesma. EL Premio Nadal ha premiado también a García Pavón y Giménez Bartlett. En España los premios literarios sí que han considerado relativamente el género negro. Aunque no en la medida en que lo hubieran hecho si estuviese mas normalizados a nivel académico.

Los protagonistas son dos guardias civiles muy alejados de los clichés. ¿Cómo han evolucionado estos dos personajes a lo largo de sus novelas?

Yo creo que ni los clichés ni los personajes estáticos sirven para contar historias. Los clichés son reducciones o esquemas de un conflicto pero por si mismos no son capaces de contar una historia. El primer paso para contar una historia es desecharlos. Cuando empecé a escribir sobre estos dos guardias civiles lo tuve muy claro. Desprenderte de estereotipos te permite escribir sobre estos dos personajes que son tan complejos como otros y que por su trabajo te permite adentrarte en la parte más oscura de la sociedad.

En las primeras novelas eran mucho más jóvenes. Chamorro, ayudante del brigada Bevilacqua, empezó siendo una guardia inexperta y ahora es una investigadora experimentada. En esta novela hay un mayor equilibrio personal y entre ellos. Ahora disfruto mucho más de ellos.

Series americanas policiacas son prime time. ¿Qué diferencia estas series de tus novelas?

A mí me parecen interesante pero más desde el punto de vista técnico que literario. Yo recurro a estas técnicas sólo cuando no tengo más remedio. A mí me interesa más la faceta del investigador como evaluador del carácter y la psicología de otros personajes que se cruzan. Con muy pocos datos y muy fragmentarios tiene que descubrir sus motivaciones. Me interesa más ese aspecto que el aspecto más sofisticado o científico de la investigación criminal.

En sus personajes a diferencia de CSI se confunden muchas veces quienes son los buenos o los malos. Escribe sobre la corrupción, sobre el crimen organizado pero también sobre la implicación del Estado en la trama criminal.

En la vida tampoco está tan claro quiénes son los buenos y los malos. Y el policía que en la novela es sobre todo un pensador presenta un dilema moral que hace la historia más complicada e interesante. Le ley no es perfecta, los grandes y más peligrosos criminales salen impunes, y el brigada es consciente de esto y duda muchas veces de su trabajo. Yo prefiero estos personajes menos nítidos, que sin estar convencidos sí tienen la firme voluntad de defender a sus conciudadanos.

¿Por qué elegiste como protagonistas una pareja de guardias civiles?

Por que nadie había tenido la idea de escribir novelas negras con el cuerpo policial con más experiencia en investigación criminal. Era un terreno virgen y me parecía una oportunidad escribir sobre lo que nadie había escrito. Por la peculiar idiosincrasia, el carácter y la historia de este cuerpo ha resultado muy interesante.

¿No es un tanto reaccionario el interés de muchas de estas series de demostrar con sus pruebas de ADN que todos llevamos un asesino dentro?

Yo creo que todos llevamos un asesino dentro pero es muy difícil que salga a la luz en la mayoría de las personas. Tienen que darse unas condiciones y unas circunstancias extraordinarias para que lo coloquen a uno en esa situación. ¿Qué no haría uno por sus hijos? Pero es verdad que en esta tecnificación absoluta también se está haciendo abstracción de todos los condicionantes sociales que llevan a la gente a la delincuencia. No todo el mundo ha tenido las mismas oportunidades como diría el padre del gran Gastby a principio de la novela.«Barcelona ha sido el gran foco editorial de la literatura en español del siglo XX»

Adaptó al cine La flaqueza del bolquevique . ¿Cómo se encuentra más cómodo?, ¿como guionista o como escritor?

Escribir el guión cinematográfico de La flaqueza del bolchevique resultó una experiencia muy interesante y estimulante; y creo que lo hice lo mejor que pude. Pero escribir novelas es más atractivo que escribir guiones porque tienes un control absoluto sobre el montaje final. El guión no pasa de ser un texto preparatorio de la película. No me importaría escribir el guión de La marca del meridiano para cine o televisión mientras no me interfiriese en otros proyectos literarios que para mí son prioritarios.

En la entrega de los Premios Planeta no dio usted puntada sin hilo. Tanto por el pseudónimo que utilizó, Bernie Ohls, personaje del Sueño eterno; cómo por su declaración de amor por Madrid y Barcelona. ¿Cómo valora la actual situación política en Cataluña?

Con cierta desazón. Yo creo que esto no era necesario. Se ha tenido muy poca cintura para tratar ciertos problemas. Cataluña por supuesto tiene una identidad propia, una cultura y una historia, no son en absoluto cosas absurdas pero no creo que la independencia sea una solución. No creo que sea necesario romper la baraja. España lleva mucho tiempo con Cataluña consiguiendo muchas cosas para el país y creo que es necesaria en estos momentos más unión. Creo que hemos gestionado mal desde España el encaje de Cataluña pero también los políticos catalanes son responsables. Me gustaría que hubiera más talante. Yo vivo entre Madrid y Barcelona y no veo el conflicto. Barcelona de hecho ha sido el gran foco editorial de la literatura en español del siglo XX y de la narrativa latinoamericana contemporánea.

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