Javier Valdez

La lengua larga de Valdez

Ha sido asesinado el periodista mexicano Javier Valdez, un enemigo del silencio, un enamorado de la verdad, el azote de los narcos. “A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio”, el pasado 29 de marzo escribió Javier Valdez.

Durante años, Malayerba, la columna de Javier Valdez, representó lo mejor del periodismo en Sinaloa, siempre señalado y perseguido con absoluta impunidad, por apuntar con sus palabras a los responsables últimos.

Si cualquier periodista, mexicano o extranjero, quería escribir sobre el narcotráfico, y hacerlo cerca de la verdad, debía visitar a Javier Valdez. Cualquier profesional de los medios en México sabía que si Valdez lo había escrito es que se podía contar.

Autor de múltiples obras (Malayerba, Miss Narco, Huérfanos del Narco, Narcoperiodismo y Con una granada en la boca) iba siempre más allá de la necesaria autocensura que los medios y los profesionales deben practicar en Sinaloa para poder sobrevivir.» Periodismo es caminar sobre una invisible línea marcada por los malos»

Javier Valdez era corresponsal del periódico La Jornada y fundador de Ríodoce, y desde sus páginas se empeñaba en el periodismo independiente. Cuando surgían voces en el gremio que pedían negociar con los cuerpos de seguridad del estado para proteger la vida de los periodistas, Valdez escribía: “No podemos negociar con los principales agresores”. Desde las páginas de Ríodoce denunciaba que la policía es la responsable de 2 de cada 3 agresiones contra la prensa.

En 2011 recibió el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del Comité de Protección de Periodistas (CPJ), por el valor mostrado en su trabajo como periodista en una zona de alto riesgo. Durante la entrega de la premio, Valdez dedicó el premio a sus colegas y a las víctimas de la violencia: “He sido periodista estos 21 años y nunca antes lo he sufrido y gozado con esta intensidad, ni con tantos peligros. Donde vivo, Culiacán, Sinaloa, es un peligro estar vivo y hacer periodismo es caminar sobre una invisible línea marcada por los malos, que están en el narcotráfico y en el gobierno, un piso filoso y lleno de explosivos. Esto se vive en casi todo el país. Uno debe cuidarse de todo y de todos, y no parece haber opciones ni salvación, y muchas veces no hay a quién acudir”.«Nacimos para la información, no para el silencio»

El significado del asesinato de Javier Valdez está en la misma esencia del terror fascista propio del ADN de los cárteles. Si un referente de larga trayectoria como él puede caer, ¿qué no le pueden hacer a cualquier ciudadano o periodista? Ese es el mensaje. ¿La respuesta? El pasado 29 de marzo, Javier Valdez y un centenar de periodistas sinaloenses protestaron frente la Catedral de Culiacán, por el homicidio de Miroslava Breach, reportera asesinada en Chihuahua. Escribió en las redes: “A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio”.

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Filosofía Ríodoce

Ríodoce nació (en febrero de 2003) en un contexto de fuerte control de los medios de comunicación por parte del Gobierno estatal, al que solo se salvaba, parcialmente, el diario Noroeste. Por eso nos propusimos desde un principio marcar una distancia clara respecto al poder, concentrado entonces, de manera absolutista, en Juan Millán Lizárraga, gobernador del estado… La sombra del poder nos acompañó implacable los primeros dos años. El gobernador había lanzado una consigna: ‘Vamos a matarlos de hambre’. Fueron hasta las oficinas del periódico a decirlo. Incluso se cruzaron apuestas. ‘No llegan a mayo’; ‘No pasan de agosto’; ‘Ya mero truenan’. Nosotros nos habíamos planteado otra: sobrevivir. Y acordamos que de ser necesario saldríamos con una hoja impresa por los dos lados, pero no bajaríamos las cortinas.

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