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Durante su visita de estado en curso a Japón, el primer ministro indio Narendra Modi hizo algunos comentarios el lunes que podían destacarse fácilmente y ser publicitadas por los medios de comunicación. Por ejemplo, dijo que Japón y la India deben fortalecer la cooperación estratégica para promover la paz y la prosperidad en Asia y mientras tanto contrarrestar mentalidades expansionistas. «En todas partes a nuestro alrededor, vemos una mentalidad expansionista del siglo XVIII: invadir otro país, meterse en aguas de los demás, invadir otros países y la captura de territorio», dijo Modi en un discurso ante líderes empresariales en Tokio. La opinión pública japonesa y occidental ve sus comentarios como una clara referencia a China, aunque no mencionó a China por el nombre. Esta interpretación tenía cierto sentido porque Modi es más íntimo a Tokio emocionalmente. Por lo tanto, tal vez sea un hecho que abraza algunos sentimientos nacionalistas contra China. Pero la racionalidad, la política y la estrategia de un gran país están determinadas por sus intereses nacionales. Como defensor de los intereses nacionales de la India, Modi prevé hacer algunas observaciones adecuadas para el bombo en los medios, pero evitando nombrar a China directamente. El PIB de China es cinco veces mayor que el de la India de. La confianza mutua entre Beijing y Nueva Delhi, frente a la presión estratégica desde el norte, es difícil de construir, ya que existe también un conflicto fronterizo sin resolver entre ambos. Pero la India ha demostrado que es un país racional, desplegando una política exterior independiente y rechazando ser un apéndice de ninguna potencia particular. Además, la India valora la paz. El consenso entre China y la India sobre no dejar que los problemas fronterizos ensombrezcan la relación bilateral se ha hecho más fuerte. La relación positiva entre India y China también ha creado las condiciones para una buena relación entre la India y Pakistán. La creciente intimidad entre Tokio y Nueva Delhi traerá más comodidad psicológica a los dos países. Lo qué está en juego en las relaciones entre China e India es mucho más que la visualización de la floreciente amistad personal entre Modi y Abe. Después de todo, Japón se encuentra lejos de la India. La arenga de Abe sobre el concepto Indo-Pacífico sólo hace a los indios sentirse cómodos. Es el sur de Asia, donde Nueva Delhi tiene que hacer sentir su presencia. Sin embargo, China es un vecino del que no puede alejarse. Las relaciones entre China y la India no pueden de ninguna manera ser contrarrestadas por la amistad entre Japón y la India. En tanto que nuevos países emergentes y miembros de los BRICS, China y la India tienen un montón de intereses en común. La competencia geopolítica no es lo más importante para los dos países, por lo menos en la actualidad. Las relaciones entre China y la India son estables. El presidente chino, Xi Jinping, realizará una visita de Estado a la India a finales de este mes y el único país que los líderes chinos no visitarán en un futuro próximo es Japón. Si Japón intenta formar un frente unido centrado en la India, será una loca fantasía generada por la ansiedad de Tokio de hacer frente al ascenso de Beijing.