SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La indignación vuelve a las calles

La sensación era la de «volver a casa» como un sujeto político que ha madurado y que sigue sin tener miedo. Casi un año después de las manifestaciones que prendieron la mecha del movimiento de los indignados, las plazas de más de 80 ciudades españolas volvieron ayer sábado a convertirse en un grito unánime contra un sistema que, aseguraban los convocados, ni les gusta, ni les representa. De forma pacífica y reivindicativa, como acostumbra el 15-M, miles de ciudadanos volvieron a exigir en la calle una salida alternativa a la crisis económica, política y social, que no cargue el sacrificio sobre las espaldas «de los de siempre».

En Madrid, los asistentes abarrotaron la Puerta del Sol, donde, desde un micrófono abierto, se volvieron a escuchar las demandas tradicionales de los indignados. Uno de los momentos más emocionantes de la tarde tuvo lugar cuando entraron en el kilómetro cero de la capital, y a ritmo de palmas y tambores, las cuatro columnas procedentes del norte, sur, este y oeste de la Comunidad. «He barrido esta plaza, la he vivido y la necesitaba de nuevo», decía Tatiana Blanco, profesora de inglés de 32 años. Sentada en el suelo junto a un grupo de amigas, recordaba «con orgullo y con nostalgia» cómo fue en ese mismo lugar «en el que surgió todo». Después llegó la expansión a los barrios, a los municipios y la «toma de conciencia de que este sistema sólo quiere más ricos a los ricos y más pobres a los pobres», explicaba, a su lado, Silvia López, desempleada de 36 años.

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