A medida que la guerra va poniendo en primer plano la conquista de la independencia nacional de España frente al imperialismo, la cuestión de las nacionalidades y su articulación en el conjunto del país, adquiere una nueva dimensión y comienza a verse con una luz distinta.
Nuevamente es el PCE de José Díaz y Pasionaria junto al recién creado PSUC de Joan Comorera quienes se ponen a la cabeza, tanto teórica como prácticamente, de dar una justa solución a este histórico problema. Afirmando, por un lado, el inalienable derecho a la autodeterminación de las nacionalidades históricamente oprimidas. Pero al mismo tiempo señalando cómo el ejercicio del derecho de autodeterminación debe convertirse en un medio para fortalecer todavía más la unidad del pueblo todas las nacionalidades y regiones de España, requisito imprescindible para derrotar a sus enemigos.
La cuestión de las nacionalidades queda, así, unida indisolublemente a la cuestión general de toda España de conquistar su independencia y su libertad frente al imperialismo.
«La guerra la ganaremos solamente (…) si, reconociendo y respetando las libertades nacionales de los pueblos, sabemos soldarlos en la unidad indestructible de la España popular y antifascista (…)».
Declaración del CC del PCE. Enero 1937
«El problema de las nacionalidades en España no puede ser examinado separadamente de la cuestión nacional general de España, de la revolución democrática de toda España, de la guerra por la libertad y la democracia (…). La solución acertada de las reivindicaciones democráticas y parciales de las distintas nacionalidades de España se encuentra únicamente tomando en consideración todas las particularidades y condiciones interiores y exteriores del desenvolvimiento de la lucha general de todos los pueblos españoles para restaurar y consolidar la independencia e integridad de la Patria.
Asimismo la guerra por la independencia de la República española no se puede examinar sin tener en cuenta su contenido social político interior y las condiciones internacionales que la rodean. Solamente de esta forma encontraremos los motivos teóricos exactos de la posición político-práctica que en esta guerra tenemos los proletarios y los comunistas de España y de todo el mundo.
Al mismo tiempo que los más consecuentes internacionalistas somos los más fieles luchadores y defensores de la República española; los más entusiastas defensores de la Patria española; los más fieles ardientes patriotas de la España democrática; los más decididos enemigos de toda tendencia separatista; los más convencidos partidarios de la Unidad Nacional, del Frente Popular, de la Unidad popular (…) Las cuestiones particulares nacionales de los catalanes, vascos y gallegos están ligadas vitalmente con la cuestión nacional de toda España (…) Los intereses nacionales específicos, la pequeña Patria de los catalanes, vascos y gallegos, se ha convertido en parte inseparable de los intereses generales de la gran Patria de todos los pueblos de España.
Es indudable que los intereses nacionales, particulares, de las distintas nacionalidades de España no han desaparecido, no se han borrado. Existen y se han hecho aún más sensibles, puesto que han sido comprendidos por las masas, aun mejor que antes. Precisamente por esto, la democracia revolucionaria de toda España, la guerra popular de todo el país por la independencia ha adquirido enorme amplitud y extraordinaria fuerza. Las masas populares de Cataluña, Euzkadi y Galicia han comprendido que todos los derechos, libertades y reivindicaciones particulares, de carácter nacional demócrata, se han convertido en parte integrante, inseparable de la consigna general de todos los pueblos españoles: conservar el régimen democrático; defender la independencia e integridad de la República española.
Los sentimientos nacionales, el patriotismo y el amor a la libertad de los catalanes, vascos y gallegos, se han confundido en el círculo general, potente y combativo del gran patriotismo revolucionario de todos los luchadores en defensa de la independencia y la libertad de la España republicana y democrática.
Las grandes masas del pueblo sienten y comprenden que la defensa de la independencia, de la integridad y la democracia de España, que la defensa de la República española es la causa común de todos y un deber, un honor y un motivo de orgullo para todas las nacionalidades de España.
(El problema de las nacionalidades en España a la luz de la guerra popular por la independencia de la República española. Vicente Uribe. Ediciones del PCE. 1938)
«Ante Cataluña no hay más que un camino: unirse estrechamente con todos los pueblos hispánicos para derribar a Franco y proclamar, juntos, una República popular dirigida por la clase obrera. La experiencia histórica nos demuestra que las clases feudales aristocráticas no resuelven los problemas nacionales. La experiencia histórica nos demuestra que una república dirigida por la burguesía, no resuelve los problemas nacionales (…)
De todas las clases que componen la actual sociedad capitalista, sólo la clase obrera no ha sido, no es ni puede ser imperialista, pues comprende y practica el internacionalismo proletario. Por lo tanto, compañeros, el camino a seguir por Cataluña no ofrece dudas. Únicamente la República Popular de España dirigida por la clase obrera permitirá a Cataluña el pleno y libre ejercicio de su derecho a la autodeterminación. únicamente la República Popular de España dirigida por la clase obrera, garantizará a Cataluña el respeto estricto y absoluto a su voluntad soberana. Y esta República Popular dirigida por la clase obrera, sólo la podrá conquistar Cataluña en fraternal unión con el resto de pueblo hispánicos».
Joan Comorera. Conferencia pronunciada en México. 1942.