La huelga contra el juicio del procés no paraliza la economía pese a los cortes en carreteras
La huelga contra el juicio del procés ha conseguido paralizar el tráfico en decenas de carreteras catalanas, pero no ha llegado a paralizar la actividad económica. Pese a las movilizaciones de los Comités de Defensa de la República (CDR) desde primera hora de la mañana, el seguimiento del paro en los principales centros de trabajo es reducido, a la espera de que la Generalitat facilite datos oficiales.
La actividad en Mercabarna, el Puerto de Barcelona o plantas como la de Seat y Nissan se ha visto poco afectada. Incluso servicios como el metro de Barcelona, que tenían previstos servicios mínimos del 50%, han circulado con una frecuencia de entre el 63% y un 100% respecto a lo habitual.
Ha habido más seguimiento -aunque desigual- en la Administración. En los colegios ha sido del 28% y en las universidades, del 67%. En su conjunto, en la función pública ha parado el 18% de los trabajadores, según los datos recabados por la Generalitat.
Los Comités de Defensa de la República (CDR) y otros colectivos independentistas han ocupado desde primera hora de la mañana autopistas como la AP-7 en distintos tramos (Girona, l’Hospitalet de l’Infant o Llinars del Vallès) y autovías como la A2 y algunas de las principales calles de Barcelona. Otras carreteras afectadas por los cortes han sido la C-58 en Sabadell y la C-32 en Masnou.
El Servicio Catalán de Tráfico ha informado que, en conjunto, las afectaciones han provocado que la circulación se haya reducido un 11,4% en el área metropolitana de Barcelona.
En algunos casos, las acciones han ido acompañadas de la quema de neumáticos. Los Bomberos han atendido 39 servicios relacionados con la huelga, principalmente para apagar los neumáticos y limpiar la calzada antes de reabrirla.
Tanto en Barcelona como en las distintas protestas por el territorio, los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra han ido actuando para desalojarlas. En la capital catalana, las principales acciones de los CDR han sido para bloquear los accesos en arterias como las avenidas Gran Via, Meridiana o Diagonal.(…)
– «Niño, si viene un piquete baja la persiana y venga».
ANDER ZURIMENDI@anderzurimendi
Pasan pocos minutos de las 6 de la mañana y en la calle no se ve a casi nadie. Pero ya hace una hora que en el bar Gomar despachan cafés y cruasans, especializado como está en dar servicio a todos los trabajadores de los oficios más madrugadores: recogida de la basura, limpieza de calles, paletas de la obra y los comerciantes del Mercado de la ciudad.
Con esa voz de confianza del día a día, un parroquiano en la barra abre el debate sobre la (posible) actuación de piquetes de huelga. Y él insiste, al camarero: «Ten cuidado, niño, que no te peguen hoy …». La huelga ha creado fuertes anticuerpos en los sectores unionistas y la agresividad es palpable. «Y una mierda, me tomarán a mí 100 pavos por hacer huelga», añade otro compañero de barra. Estamos en Terrassa, pero podría ser cualquier otra ciudad.
Esta conversación pone banda sonora al gran televisor que, sin volumen, emite el informativo de TV3 desde la pared principal del bar. En la pantalla se concatenan imágenes de Dolors Bassa y Meritxell Borrás, declarando ayer ante el Tribunal Supremo. «Niño, en esta vida hay gente muy mala. Y no vienen solos», añade a la conversación un tendero, al que todavía le resulta temprano para abrir su persiana y aprovecha para despertarse con cafeína y la adrenalina de meter dos monedas en la máquina tragaperras.
Los repartidores, una hora antes para evitar los piquetes
Y mira que los repartidores de alimentos que suministran al Mercado han madrugado hoy una hora más de lo normal, a fin de evitar los cortes de carreteras o encontrarse con piquetes por dentro la ciudad. Como ya ocurrió el 21 de diciembre, con los disturbios previstos en Barcelona por la celebración del Consejo de Ministros, el pánico previo será superior a la afectación real. En el mercado, sin embargo, una abrumadora mayoría de las paradas hace huelga, gracias al carácter catalanista que se presupone a los comerciantes del centro. Las panaderías y quioscos, en cambio, se despiertan con persianas abiertas. Los diarios han salido de rotativas con normalidad y no más delgados de páginas: la huelga en el sector periodístico no ha cuajado. Y tampoco ha conseguido evitar todo lo que se puede hacer antes del despuntar del alba: comprar el pan, el periódico y tomar un café en el bar.
Consumir. Dinero. Un operario municipal de la limpieza se acerca a un cajero y hace el amago de entrar, pero a través del portalón observa que la máquina expendedora ha sufrido un sabotaje: esta madrugada han lanzado pintura naranja y la han dejado inutilizada . «Cerdos pudientos», grita, sólo. Y ni la oscuridad evita que se lo intuya como le crece la rojez en las mejillas. «Habría que quemarlos y colgarlos a todos!», remata tras comprobar si el otro cajero exterior de esta sucursal bancaria también ha sido atacado.
El teléfono del abogado, apuntado en el brazo
En cambio, los huelguistas se conjuran para no consumir en ninguna tienda a lo largo de la jornada de hoy. Algunos reconocen haberse escapado a hacer el café («es que si no, no me despierto»), aunque hayan intentado que no les viera ninguna amistad ‘del rotllo‘. Mientras que otros, previsores, llevan un termo. Y es que los hay que están tan acostumbrados a las jornadas de protesta que ya llevan el kit del corta-carreteras: botella de agua, zapatos de deporte, algo de comida en una mochila como de running, el numero teléfono de un abogado de confianza apuntado en el brazo…
Muchos CDR, de hecho, han convocado «desayunos populares», como vía de encuentro previa a los piquetes. Y la próxima convocatoria llega en breve: la huelga feminista del 8 de Marzo. En esta ocasión, sin embargo, se plantea que sean exclusivamente hombres los que se encarguen de preparar el desayuno («mmm, un chocolate caliente!»), para que las mujeres puedan encabezar los piquetes y orientar las pancartas.
El piquete general de Terrassa ha reunido a cerca de 200 personas y ya marcha Rambla abajo. «Hoy, huelga general», canta el micrófono. Algunas panaderías y pastelerías que están abiertos antes de las 8 de la mañana cierran las persianas al paso del piquete. Poco después, vuelven a levantar la barrera. Algunos manifestantes se dan cuenta y vuelven atrás. «Nos vamos, después volvemos», corean los huelguistas en una sola voz, entre divertidos y ligeramente amenazantes.
El piquete asusta a algunos hombres con corbata
Pero la joya de la corona en día de huelga, en el Vallès Occidental, es cortar la C-58. Así que el piquete coge velocidad y trepa por las calles que lo llevarán hasta la salida de la ciudad. Del Hotel Don Cándido salen cuatro hombres encorbatados y suben a una furgoneta con un ágil movimiento. Parecería que huyen del piquete, si no fuera porque los huelguistas de hoy en día son mucho menos beligerantes hacia los ciudadanos que no la secundan.
El piquete pasa por delante de una muy protegida sede de los Juzgados de Terrassa, pero los Mossos no cierran el paso: la salida a la autovía C-58 está a un paso. Pocos minutos más tarde, simpatizantes de CDR y de los partidos y entidades independentistas ya han bloqueado la circulación. Sin embargo, los agentes antidisturbios de los Mossos se han presentado pocos minutos después y han cargado contra los manifestantes.
Y en paralelo, el mismo corte en Sabadell
Y es que la huelga general en Catalunya ha vivido instantes de tensión desde el despuntar del alba. De hecho, los Mossos no han permitido la consolidación de los cortes de carreteras, que últimamente se han convertido en la forma de protesta más habitual y visible de los CDR. En paralelo a Terrassa, la vecina Sabadell también ha sido escenario de una ocupación de la C-58 a su paso por su altura. Con cerca de 200 manifestantes en cada una de las protestas, han bloqueado el paso de los coches tanto en dirección a Manresa como a Barcelona.
A diferencia de otras ocasiones, en las que Mossos no intervienen durante un rato inicial (a la espera de que el piquete no se alargue demasiado y no reciban orden de actuar), hoy la escalada de tensión ha sido inmediata. Después de unos pocos minutos en el que los manifestantes han interrumpido el tráfico de camiones y coches (y prácticamente sin tiempo para sentarse en el suelo), ha llegado media docena de furgonetas de la BRIMO -la Brigada Móvil, la unidad antidisturbios de los Mossos- en cada uno de los focos de protesta y se han iniciado sendas cargas policiales. Varias personas han denunciado haber recibido golpes de porra innecesarios y una mujer ha resultado herida leve en el corte de Terrassa, por lo que ha sido atendida por una ambulancia desplegada al momento.
Manifestantes heridos: «¿Alguien tiene hielo?»
«¿Alguien tiene hielo?», pedía un asistente, al tiempo que daba muestras de dolor proveniente del brazo. «¿Alguien no habrá pillado mis gafas de sol?», pregunta otro. Son los instantes posteriores a la carga y hay nervios, entre los manifestantes apilados en la acera de la autovía. Mientras un helicóptero sobrevuela sobre la C-58, los activistas de los CDR se piden unos a las otras si están bien o si han recibido algún porrazo. «Vaya, es que no han querido ni negociar», se queja, casi sorprendido, otra joven. Su amiga replica: «Mierda, con toda la movida, ¿no nos hemos dejado la bandera allí en el suelo?».(…)
Los estudiantes lideran las protestas de una huelga que no logra paralizar Cataluña
Cataluña afronta este jueves una nueva huelga general de marcado carácter político, esta vez como protesta contra el juicio a los dirigentes del procés. El paro ha sido convocado por el sindicato minoritario CSC y no cuenta con el apoyo de las principales centrales sindicales, aunque sí de varias entidades independentistas y del Gobierno catalán. Pese a las llamadas del Govern a la «movilización permanente» solo ha parado el 23,6% de los trabajadores de la Generalitat, según datos del Departamento de Trabajo. Los servicios públicos, los grandes comercios y las principales industrias funcionan con normalidad esta mañana pero sí ha habido problemas de tráfico por los cortes provocados por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR). Los Mossos d’Esquadra han detenido a cuatro personas: una en Barcelona, otra en Gurb y dos más en Tarragona, todas ellas por atentado a la autoridad. Una manifestación estudiantil ha acabado con el corte de las vías de la estación de plaza de Catalunya de Barcelona.
El paro se ha dejado notar en las carreteras, donde los cortes han durado hasta primera hora de la tarde, y también en las diversas manifestaciones convocadas por los estudiantes que se celebran en Barcelona y en el resto de las provincias. En Girona, 9.000 personas protestan frente a la subdelegación del Gobierno, informa Marta Rodríguez. En la capital catalana, los manifestantes han ocupado durante dos horas las vías del tren en la plaza de Cataluña. Eso ha obligado a la Generalitat a activar el plan Ferrocat por afectaciones en el servicio de las líneas de Rodalies (Cercanías) 1, 3 y 4. En las inmediaciones se han producido algunas cargas de Mossos contra los manifestantes.
A media mañana estaban cortadas una decena de carreteras. Las principales son las C-16 en Berga (Barcelona), la C-17 en Gurb (Barcelona) y la N-II en Sant Julià de Ramis (Girona). En Barcelona, varias personas han cortado puntualmente la Gran Vía a la altura de La Campana y Glòries, además de la avenida del Paralelo. Los Mossos han restablecido la circulación en la Gran Vía y han encapsulado a varios de los manifestantes. Hay cerca de una decena de puntos con cortes intermitentes que afectan a diversas líneas de autobuses. La movilidad en el área metropolitana de Barcelona es hoy un 13,7% menor a la de un jueves convencional según el Servei Català de Trànsit.
Los manifestantes han sido reconducidos hacia la ciudad por un ramal de la C-58, momento en el que desde el megáfono de consignas de los manifestantes se pudo escuchar: «¡Lo estamos haciendo muy bien! Pero nos debemos cuidar entre todas, hoy es importante». Los agentes de la policía autonómica no han realizado identificaciones presenciales, pero han registrado el grueso de los asistentes con cámaras de vídeo. Las manifestaciones han proseguido durante el resto de la mañana tanto por el centro de Sabadell (alrededor del eje Francesc Macià y otros), como de Terrassa (cercanías de la Rambla y barrios céntricos), así como en buena parte de las principales ciudades catalanas.
Los cortes de carreteras y ejes importantes de las grandes ciudades catalanas, las interrupciones de los servicios de transporte público y las movilizaciones contra el juicio del procés han marcado la jornada de huelga en Catalunya este jueves. Alrededor de las 13:00 horas, un grupo de personas ha ocupado las vias de tren en la estación de Renfe de plaza Catalunya, cortando así el servicio ferroviario.
Cortes, manifestaciones y seguimiento modesto de la huelga en Catalunya
Las autoridades han anunciado que, para poder garantizar la movilidad de los viajeros, los trenes de la línea R1, R3 y R4 se desviarían por la estación de Passeig de Gràcia. La circulación de trenes entre las estaciones de Arc de Triomf, Plaza Catalunya y Sants de Barcelona se ha restablecido tras permanecer alterada durante más de tres horas sobre las 16:00 horas.
En total, y durante la jornada de hoy, se han registrado 28 personas heridas, entre ellas 12 agentes, y cuatro detenidos en las diferentes protestas, según datos de Protección Civil.
Por la tarde, un grupo de manifestantes han cortado desde las 16.35 horas la autopista AP-7, en los dos sentidos de la circulación, a la altura del término municipal de l’Ampolla (Tarragona), ha informado el Servei Català del Trànsit (SCT).
Nuevos cortes
Además, según informa la Guardia Urbana de Barcelona, también hay un corte de tráfico en la avenida de la Diagonal a la altura de Pius XII, en sentido de entrada a la ciudad, por otra concentración de manifestantes, lo que provoca que haya desvíos de tráfico.En la capital catalana, otro punto en el que se ha tenido que cortar la circulación es la calle Aragón con Pau Claris de Barcelona por “concentración de personas en la calzada”.
Tras las interrupciones de circulación en algunas autopistas y autovías que se han producido de madrugada, miles de manifestantes se han dado cita en varios puntos de la geografía catalana para protestar contra el juicio del procés, considerado por los independentistas como “un juicio contra la democracia”.
Concentración en el centro de Barcelona
Uno de los focos de las movilizaciones motivo de la huelga general convocada por la Intersindical-CsC es la que se ha celebrado a partir de las 12:30 en la plaza Univesitat de Barcelona. En este punto se han concentrado hoy miles de personas animados por Univesitaris per la República y el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) para mostrar su repulsa al juicio del 1-O. La convocatoria ha sido secundada por partidos y entidades soberanistas, como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. Sin embargo, la de la capital catalana ha sido una más de entre todas las concentraciones que se han dado en Catalunya, las más destacables en localidades como Tarragona, Girona o en el Eix Macià en Sabadell.
Seguimiento
El seguimiento de la huelga general ha sido modesto, tal y como demuestran los datos revelados por la Cecot, la organización patronal multisectorial de Catalunya. Según las entrevistas telefónicas realizadas a los gerentes y propietarios de 390 empresas este 21 de febrero entre las 8.00 y las 11.00, la huelga ha afectado al 10,7% de las empresas ylos trabajadores que se han adherido a ella están entorno al 8,3%. Además, y según las encuestas, las dificultades para acceder al lugar de trabajo han afectado al 13.5% de los empleados.
El sector más afectado ha sido el del comercio, ya que al menos un 28,6% de tiendas del sector han cerrado, y un 21,7% de los trabajadores han secundado la huelga. Los problemas de movilidad, en este sector, han afectado al 30,8% de los empleados.
El sindicato organizador, sin embargo, se muestra muy satisfecho por el seguimiento de la huelga general, destacando, por encima, el que ha tenido en sectores como la enseñanza, universidades, medios de comunicación, sanidad (cerca del 30% según datos provisionales), administración local y algunos mercados.
Entre los datos oficiales que ya se han hecho públicos hay un descenso de cerca del 12% del tráfico en Barcelona, el mismo porcentaje que en otras huelgas generales exitosas como las del 2012. Igualmente, las ventas en Mercabarna han caído un 15% , a pesar de que sus accesos no se han visto alterados por la protesta.
Participación estudiantil
La participación en esta huelga del sector universitario catalán, según han informado los centros a La Vanguardia, ha sido alto. En la mayoría de los centros de la Universitat de Barcelona (UB), donde la participación ha sido mayoritaria, no ha habido clases y facultades como Economia i Empresa o Ciencies de la Terra, las clases se han reducido al 50%. En la Universitat de Girona (udG) los centros permanecían vacíos, mientras que en el campus de Tarragona (URV) la incidencia ha sido del 85% en general. A la espera de que el resto de universidades ofrezcan cifras, la afectación se hacía notar en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), donde la afluencia ha sido menor de una jornada ordinaria.
En la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) no han asistido los alumnos de la mayoría de facultades a excepción de Veterinaria e Ingeniería, donde el seguimiento ha sido menor del 50%. A diferencia de protestas anteriores, la UAB no ha registrado incidentes destacables. En la Universitat de Lleida (UdL) que ha registrado una actividad mínima en los centros, los piquetes han bloqueado los accesos al rectorado a primera hora y en las bibliotecas de Cappont y Agrónomos. En cambio, en Ciencias de la Salud se han impartido clases con normalidad. También se han producido incidentes a primera hora en la Escuela de Ingenieros Industriales de la Universitat Politècnica de Catalunya en Barcelona (UPC). Se ha cerrado el acceso a las aulas pero se han reestablecido al poco tiempo. Se detecta menos presencia de estudiantes en los campus.
PINCHAZO DE LA HUELGA INDEPENDENTISTA
/ ALBERT BERTRAN
El independentismo volvió a unir fuerzas este jueves en las calles pero no logró paralizar la economía catalana como se propuso. La huelga general, convocada por el sindicato minoritario Intersindical-CSC y abrazada por el Govern y partidos y entidades soberanistas, se visibilizó a lo largo del día en el centro de Barcelona y dificultó la circulación en carreteras y autopistas con los cortes matutinos de los Comitès de Defensa de la República (CDR). Pero el transporte público apenas se vio afectado y, según datos ofrecidos por la Generalitat, el paro no superó el 30% de seguimiento en sectores como escuelas e institutos, comercio y función pública. El ámbito en el que aglutinaron más apoyos, como suele ser habitual, fue en las universidades, con un seguimiento del 67%. Tiendas y paradas abrieron, aunque la afluencia de consumidores fue menor que en un día cuotidiano. Los datos de consumo energético registraron un descenso del 3,7% respecto al anterior.
Fuentes de la Intersindical-CSC reconocen que las cifras son inferiores a las registradas en la huelga del 3 de octubre del 2017, dos días después de la celebración del referéndum, pero las tacharon de «éxito», al haber superado los porcentajes de la convocatoria contigua, la del 8 de noviembre.
El independentismo repitió el guión de otras movilizaciones en un nuevo episodio del ‘procés’: el juicio. Pese a que la central convocante y el sindicato mayoritario de enseñanza USTEC, hayan insistido en que el argumentario de la jornada se centraba en un clamor por la derogación de la reforma laboral que cumple siete años, las calles se tiñeron de ‘estelades’ y lazos amarillos sostenidos al aire, acompañados por gritos contra la vista en el Tribunal Supremo y en favor de la excarcelación de nueves de los doce acusados. De hecho, hicieron coincidir la convocatoria con el arranque del juicio, ya que el paro se registró para el 7 de febrero pero se aplazó para adaptarlo al calendario del alto tribunal
Movilizaciones
Los huelguistas se conjuraron al mediodía en la plaza de Universitat -de forma simultánea en las capitales de comarca-, en una marcha laboral y estudiantil que recorrió el centro de la ciudad. Unas 500 personas se escindieron del recorrido y ocuparon las vías del tren en la estación de plaza de Catalunya. La diputada de la CUP, Maria Sirvent, medió con las dotaciones de Mossos d’Esquadra y los manifestantes terminaron abandonando el perímetro. Los agentes recularon y, en el paseo de Gràcia, cargaron contra los concentrados después de que algunos lanzaran objetos contra el cordón policial.
Pese a que se interrumpió la circulación cerca de tres horas en este punto, Rodalies y Ferrocarrils Catalans de la Generalitat se ciñieron a los servicios mínimos decretados y el funcionamiento tanto del metro como de los autobuses gestionados por TMB apenas se vio afectado.
Por la tarde, unas 40.000 personas, según la Guardia Urbana -200.000 a ojos de los organizadores-, se conjuraron en Jardinets de Gràcia y recorrieron sin incidentes el paseo de Gràcia bajo el lema ‘Sin derechos no hay libertades’. Los impulsores cargaron contra el Gobierno por no haber derogado la reforma laboral y acusaron al Estado de querer dinamitar la inmersión lingüística. «Somos y seremos huelga general tantas veces como haga falta para defender los derechos de todas las personas», subrayaron los portavoces.
En los parlamentos que pusieron el colofón a la marcha, la voz de la Intersindical-CSC, Àngels Massip, censuró que no aceptarían una sentencia condenatoria para la cúpula del 1-O: «Quieren que sigamos arrodillados y claudicados como clase, y paralizados y serviles como pueblo. Pero nos mantendremos tozudamente alzados», enfatizó, ovacionada.
La jornada se saldó con cuatro detenidos en toda Catalunya, principalmente por los cortes de carretera acusados de atentado a la autoridad, y tanto los anticapitalistas como los CDR volvieron a pedir el cese de Miquel Buch al frente de la Conselleria de Interior.
Sindicalmente aislado
Si bien el paro llegó impulsado por las fuerzas políticas soberanistas, se llevó a cabo de espaldas al mundo sindical. Dentro de este, únicamente recibió el apoyo explícito y activo de la USTEC, una central con fuerte presencia en colegios, institutos y universidades. En la enseñanza el seguimiento fue del 27,9%, inferior al 34% registrado el 3 de octubre del 2017.
Los mayoritarios CCOO y UGT se desentendieron, al no creerse que la coincidencia de la convocatoria y el juicio del ‘procés’ fueran mera casualidad. Otras centrales, como la CGT, afines y activas en anteriores episodios como las huelgas del 3 de octubre o el 8 de noviembre, vieron la huelga con cierto recelo, incómodos con el explícito apoyo del Govern, que suspendió su agenda pública.
El aislamiento sindical del independentismo coincide con el agotamiento de varios gremios, que llegan al 21 de febrero tras un otoño caliente en cuanto a movilizaciones se refiere. Ello se percibe entre colectivos como la función pública, que evitó ‘in extremis’ una huelga por las pagas en diciembre y la que +realizó en noviembre fue solo de dos horas.
Entre los funcionarios de la Generalitat, el seguimiento fue del 23,7%. Más acusado fue el pinchazo entre los médicos y demás sanitarios, que vienen de una huelga de cinco días en los centros de atención primaria también en diciembre. Allí el seguimiento fue del 7,5%, menor que en los paros anteriores, como el del 3 de octubre del 2017, cuando fue del 15,8%.
La Intersindical situa la vaga com «la segona més massiva» de l’última dècada
La vaga general d’aquest dijous «pot ser la segona amb més seguiment dels deu últims anys, només per darrere de la del 3-O«, segons la Intersindical-CSC. Segons aquest sindicat, convocant de la protesta, a banda d’aquestes dues s’han impulsat en els quinze últims anys sis vagues generals més, «totes elles amb menys incidència».
Segons recull el sindicat de dades de la Generalitat, el seguiment a la funció pública ha estat aquest dijous del 18,3%, mentre que l’Ajuntament de Barcelona el situa en el 20% entre els seus treballadors i treballadores. Pel que fa l’ensenyament, l’haurien secundat un 28,6% de les persones, un 67,5% a universitats i un 9,1% a sanitat (on els serveis mínims són molt elevats). Fins i tot, a l’ATM el seguiment seria del 67,9%, per bé que a FGCtan sols del 9,2% i a Renfe del 2,8%. Al comerç, però, creix fins al 30%, amb un seguiment molt elevat en determinades zones.
A la vaga general del 8 de novembre del 2017 pel 155, la Generalitat no va oferir dades, però les de Seguretat Social apunten que el seguiment seria proper al 8%, i les patronals afirmaven que era del 10% en el comerç. El 8 de març del 2018, també segons recorda la Intersindical a partir de dades del Ministeri de Treball i la Seguretat Social, el seguiment seria inferior a la del 8-N del 2017. La vaga general del gener de 2011, convocada per CGT i sindicats minoritaris, asseguren que va tenir un seguiment «força residual».
Pel que fa a les vagues generals amb el suport dels sindicats majoritaris, la dada a la funció pública que es va donar per part de la Generalitat a la del setembre de 2010 va ser del 14,8%, del 8,9% a l’administració, del 21,1% a ensenyament, del 7,1% a sanitat pública i de 5,9% a la sanitat concertada. «Inferior, per tant, a aquest 21 de febrer», precisen fonts de la Intersindical a l’ACN.
A la vaga general del març del 2012, el seguiment segons Intersindical-CSC va ser superior, del 8,7% a sanitat, del 27,7% a ensenyament i del 20,6% al conjunt de la Generalitat. Al comerç, el seguiment va ser inferior. En global, per tant, podria ser lleugerament inferior.
També segons dades del sindicat convocant de la protesta d’aquest dijous, la vaga de novembre del 2012, però, tindria un seguiment similar a la d’aquest 21 de febrer, del 31% a l’ensenyament públic, del 10,4% a la sanitat pública, del 24,7% al conjunt de la Generalitat, del 21% a l’administració local i del 54,8% a universitats. En el sector dels transports, el seguiment va ser major, i a la indústria, també, però en el comerç va ser inferior, del 13,8%. El seguiment de la vaga d’aquest 21 de febrer asseguren que «pot ser lleugerament superior a la del novembre de 2012».