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«La Guardia Civil ha disparado pelotas de goma; eso los ha matado»

La nueva tragedia en la frontera sur de Europa que ha tenido lugar este jueves en Ceuta tiene dos versiones contrapuestas. La oficial es que los al menos diez subsaharianos que perecieron supuestamente por ahogamiento u otras causas como el aplastamiento, murieron sin que mediara violencia alguna por parte de las fuerzas de seguridad españolas. La segunda versión, la de varios inmigrantes testigos de los hechos, sostiene que fue precisamente la violencia ejercida por la Guardia Civil lo que llevó a estas personas a la muerte.

Estos inmigrantes, que formaban parte del grupo de alrededor de 400 personas que trató de entrar hoy en territorio español, han acusado a agentes de ese cuerpo de haber ejercido una enorme violencia contra los sin papeles, que incluso ha superado a la de la policía marroquí, en testimonios recogidos por la activista Helena Maleno, del colectivo Caminando Fronteras. Maleno ha hablado con varios de ellos por teléfono y difundido sus testimonios a través de las redes sociales. De acuerdo con sus relatos, la utilización de material antidisturbios por parte de los agentes españoles fue lo que provocó las muertes al pinchar los flotadores con los que estos inmigrantes trataban de acceder a nado a las playas de la ciudad.

“Estábamos en el agua con los flotadores, la guardia civil nos ha visto llegar y han empezado a disparar pelotas blancas a los flotadores, que se han pinchado llevándose a la gente al fondo. Muchos no sabemos nadar… Uno de los muertos es mi amigo, mi compañero, aquí donde estoy, veo los cadáveres. Estoy destrozado. La Guardia Civil ha disparado pelotas de goma a los flotadores y gases lacrimógenos, eso los ha matado”, explicaba uno de estos testigos a la activista mientras presenciaba el rescate de los cuerpos en Marruecos.

Caminando Fronteras no sólo ha informado de al menos diez muertos, sino de numerosos inmigrantes heridos, algunos con fracturas, y 350 detenidos, todos en territorio marroquí. La Delegación del Gobierno de Ceuta ha reconocido que es imposible saber aún cuántas víctimas mortales se han producido, mientras Marruecos asegura que ha recuperado ocho cuerpos, los de siete hombres y una mujer. Los datos ofrecidos por las autoridades marroquíes indican que cuatro de ellos han fallecido por aplastamiento.

Aunque la Guardia Civil ha definido las acusaciones de los inmigrantes como “falsas” y negado haber utilizado material antidisturbios contra los inmigrantes que trataron de entrar a nado en la ciudad, el instituto armado sí ha reconocido haber utilizado ese tipo de material para frustrar una primera tentativa de entrada del numeroso grupo de inmigrantes en la zona del Puente Viejo del Tarajal, donde se encuentra un paso fronterizo que lleva años cerrado y que está situado a alrededor de un kilómetro de la playa.

La Guardia Civil sostiene que, ante ese primer intento frustrado, los inmigrantes bajaron hacia el paso fronterizo del Tarajal, momento en el que algunos de ellos intentaron bordear a nado el espigón que separa las playas de Ceuta de territorio marroquí. De acuerdo con este relato, ninguno de ellos logró su objetivo al toparse con la Marina Real de Marruecos, que les cerró el paso. Todos los cuerpos de los inmigrantes fallecidos han sido recuperados en el país vecino, ninguno en la ciudad autónoma.

Sin embargo, esta versión, y la actitud de la Delegación del Gobierno de Ceuta, plantea serios interrogantes para las asociaciones que trabajan con inmigrantes en el norte de Marruecos, como Caminando Fronteras. Un aspecto que ha despertado sus sospechas es el hecho de que, incluso antes de que se conocieran los testimonios de los inmigrantes contra la Guardia Civil, la Delegación del Gobierno había emitido un comunicado en el que decía explícitamente que la muerte de estos inmigrantes no había sido fruto de violencia alguna sino por “asfixia por inmersión”.

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