El gobernador del Banco de España exige más recortes sociales

La guadaña de la banca

El ex gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, se sienta hoy en el consejo de administración del Banco de Santander. Convendrí­a no olvidar este dato -que demuestra con contundencia para quien trabaja esta gente- cada vez que escuchemos a sucesor. El actual gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha saltado esta semana a la palestra pública para pulverizar las «optimistas» previsiones del gobierno, anunciando que el paro seguirá subiendo hasta finales del 2011. ¿Y qué recetas propone MAFO? Muy sencillas: abaratar el despido y rebajar los salarios. Hace unos dí­as, Botí­n exigió más rapidez en la aplicación de los recortes. Y sus empleados -aunque ocupen puestos tan señalados como la presidencia del Banco de España- se esfuerzan por satisfacer los deseos del patrón.

Zaatero anunció que a finales de este año, la economía española comenzaría salir de la crisis y crear empleo.El gobernador del Banco de España ha echado un jarro de agua fría a estas previsiones, amenazando con más de año y medio de destrucción de puestos de trabajo.Según el supervisor financiero, España cerrará 2009 con un retroceso de un 0,3% del PIB, mientras que en 2011 tan sólo se alcanzaría un crecimiento del 0,8% -un punto meno que las previsiones del gobierno y completamente insuficiente para detener el aumento del paro-. Contra la medicina narcótica que todavía intenta distribuir Zapatero, el Banco de España confirma las previsiones del FMI o la Comisión Europea, anunciando que España será el último país desarrollado en salir de la crisis. Y, cuando esto se produzca, deberemos seguir soportando altas tasas de paro.Los últimos datos del paro en marzo confirman las más negras previsiones. El último mes ha cerrado con 36.000 parados más, y la cifra global se sitúa ya en 4,16 desempleados, la cifra más alta de toda la serie histórica que arranca en 1996.Una realidad que se ceba en los parados de larga duración, los que sólo perciben los miserables 420 euros, o incluso están a punto de no percibir subsidio alguno.1,5 millones de parados -el 34,5% del total- llevan más de un año sin encontrar trabajo. Y todas las previsiones apuntan a que la cifra llegará a los dos millones al cerrar el año. Serán cuatro veces más que al inicio de la crisis.¿Y qué medicina nos propone el gobernador del Banco de España para detener la sangría del paro? ¿Acaso destinar los 310.000 millones del rescate bancario a inversión productiva? ¿O liquidar el derroche de gastos superfluos de las administraciones públicas, dedicando ese dinero a crear puestos de trabajo?Nada de eso. Quizá pensando ya en su puesto en el consejo de administración del Santander, MAFO propone dosis extra de aceite de ricino para los trabajadores.Para el gobernador del Banco de España “la contracción presupuestaria” -eufemismo para referirse a los recortes sociales- “es imprescindible”. Y todavía exige más recortes, puesto que “en caso contrario, los objetivos de reducción del déficit no serán creíbles”. Por supuesto, MAFO “aplaude” el acuerdo de moderación salarial firmado por sindicatos y patronal “mucho más coherente con la intensidad de la recesión”.Y propone acabar con “la dualidad en el mercado de trabajo entre trabajadores temporales y fijos” por la vía rápida: con un contrato único con menor coste de despido. Es decir, convirtiendo a todos los trabajadores en temporales, obligados, bajo la espada de un despido casi gratuito, a aceptar rebajas salariales y condiciones laborales más penosas.La gran banca quiere recortarnos un 25% nuestros salarios para mantener, con nuestros sufrimientos, sus escandalosos beneficios. Y el gobernador del Banco de España -nombrado, por cierto, por Zapatero- es uno de sus arietes.Nos jugamos nuestro futuro. Hoy se está decidiendo qué condiciones de vida y de trabajo vamos a tener en los próximos años. Como deja bien claro el Banco de España, ellos están dispuestos a todo para aplicar sus recortes.Es el momento de que los trabajadores demos una respuesta a la altura de lo que nos estamos jugando.

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