Música y rebelión

La gallineta diu que no

Cada vez son más las alternativas musicales que emergen más allá de los circuitos secundarios. La calidad se extiende y se desarrolla. No es nuevo, pero sí­ lo es la enorme calidad y difusión que están alcanzando, y el nuevo sistema de relaciones que están implantando.

En 1972 Lluis Llach saca a la venta “Com un arbre nu”, y con él “Cançoneta (la gallineta)”. Esta canción, como L’Estaca, se convirtió en un símbolo de la lucha antifranquista. Seguramente el más reconocido representante de la Nova Cançó, extendió el reconocimiento mucho más allá de las fronteras lingüísticas. Y eso que el régimen franquista le impidió tocar, excepto en Cataluña, por haber dado un concierto en Cuba. Tras el fin del franquismo, y sobre el camino ya trazado, el rock català creó un sello, una sonoridad propia que identificaba en los primeros acordes a cualquier banda. Su música abrió camino en el resto de España, pero por las condiciones materiales que proporcionaba la democracia y el desarrollo de los medios de comunicación y difusión. Un fenómeno parecido se producía, de diferente manera, en todos los rincones del país. La fuerza organizada antifranquista, sus herederos, y los nuevos canales democráticos habían sentado las bases para que la rebelión cuajara musicalmente.Todo momento musical es siempre expresión del proceso social en el que se haya inmerso. Así, pronto la realidad mostró el otro lado de la pistola. La “institucionalización” y monopolización de los canales de expresión se convirtió en un dogal para la creatividad y en una losa para todos aquellos que se rebelaban. Bajo los pies se iban gestando las redes de la “música de circuito”, cientos de alternativas y propuestas musicales que han ido madurando colectivamente y descubriendo en los últimos cambios tecnológicos, especialmente Internet, una oportunidad para cambiar las reglas del juego. Otra música…Pero es en los últimos diez años que la música más ha cambiado. Y ha cambiado tanto que una auténtica oleada de grupos de enorme calidad emergen para competir por un espacio musical y comercial que les estaba negado. El mejor ejemplo de este fenómeno es la música en catalán. Porque su motor de difusión ya no es la defensa de su identidad, sino la rebelión, ligada directamente a la lucha política o frente al monopolio. La misma existencia de estos grupos que crecen y se hacen más populares es un hecho de rebeldía, más teniendo en cuenta el grado de control del mercado que, por parte de unos pocos, existe.Mientras las ventas de discos disminuyen, son cientos los grupos y artistas que multiplican sus conciertos, sobre la base, claro, de multiplicar los kilómetros recorridos por toda España, y ofrecer formatos más baratos. Son grupos como Mishima, Els Amics de les Arts, Anímic, L’Abominable Gallina Nauseabunda, Gossa Sorda, Aspencat, Andreu Valor, Batà, Pellikana o Mugroman, Orxata Sound System, Arrós Caldós, Aluminosis…Y aunque el fenómeno sea más llamativo cuando la lengua como traba pasa a un segundo plano, no son solo grupos que cantan en catalán: Los Chikos Del Maíz, Fred i Son, Miss Carrusel… el mismo fenómeno avanza de otras maneras por todo el país, solo que en Cataluña y la Comunidad Valencia el proceso se ha radicalizado.«Se están colectivizando aspectos musicales que antes eran el feudo de unos pocos.»Una parte de estos grupos están ocupando puestos en las listas de ventas comparables a Vetusta Morla o Russian Red, y otros están marcando hitos en la calidad musical realmente sorprendentes…Antònia Font, Manel, Silvia Pérez Cruz o Andrea Motis, cada uno en su palo, señalan un camino que promete ofrecer mucha y mejor música, así como permitir que otros lo hagan mejor incluso. Es seguro que los cambios políticos, sociales y económicos que estamos viviendo han determinado la radicalización del proceso, pero es imposible comprenderlo sin atender a otros factores estrictamente musicales y de tradición que actúan paralelamente pero determinados por el momento histórico que vivimos. El virtuosismo de Andrea Motis, que con 15 años eleva los clásicos del jazz, con su voz y su saxo, puede entenderse en la tradición de la Escola Municipal de Música de Sant Andreu, como la del Taller de Músics o la de la red de bandas valencianas que siembran la producción musical como en pocos rincones del país. Otras relaciones…Estos grupos y artistas están generando, al mismo tiempo, una dinámica de difusión y comunicación totalmente nueva. Desde modelos de desarrollo basados en la más absoluta independencia económica, hasta la relación con el público. El crowdfunding o “financiación en masa” o colectiva, microfinanciación o micromecenazgo, es “la cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos”. Se basa en Internet y en portales, como Verkami, Lánzanos, Goteo, Indiegogo, Estoy en Dicom o Kickstarter, que surgen como negocios basados en “financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones». El modelo no es solo para la música, pero está permitiendo un proceso acumulativo, un sistema de relaciones diferentes, que antes no existían, entre el público y los artistas. De hecho, “la piratería” (o lo que tradicionalmente se ha conocido como “grábate este grupo que te gustará”) se ha reducido enormemente en estos circuitos. Los profesionales creen que es porque el público es consciente , en una relación mucho más cercana, de que cada disco que compres es financiación para ellos o para una discográfica independiente, y no para una multinacional. Además este modelo de negocio ha incorporado otro cambio en las relaciones. Muchas de estas plataformas permiten no solo financiar al grupo o al artista con dinero, sino también con horas de trabajo o material que uno pueda aportar al grupo, estableciendo también intercambios de recursos y apoyo mutuo entre profesionales, y la obtención de otras contrapartidas por parte del público: participar en los créditos, contribuir a las letras, a la composición de los vídeos musicales, o tener toda una serie de “privilegios” como “cooperativistas” del proyecto musical. Otro futuro…Esto son todavía pequeñas grietas en un panorama musical absolutamente monopolizado y en el que abrirse camino cuesta sangre, sudor y lágrimas. Pero lo cierto es que se está produciendo un cambio, se están generando las condiciones para construir una realidad musical, artística, profesional y económicamente diferente. La mayor complejización y democratización de las relaciones a través e Internet está permitiendo abaratar los costes que antes hacían imposible para muchos aspirar a competir en el mercado musical, y colectivizando mucho más aspectos de la industria que antes eran el feudo de unos pocos, como la crítica musical. Mientras Chavela Vargas da una lección incontestable con su Luna Grande, Norah Jones embelesa con su nuevo Little Broken Hearts y Bruce Springsteen desembarca en España para iniciar su gira europea con un espectáculo que se grabará a fuego, seguro, mientras… La Habitación Roja inicia la gira de Fue Eléctrico, Manel se retira a descansar, y Dr. Sapo busca financiar con 4.500 euros su nuevo trabajo en una plataforma de financiación colectiva.

Deja una respuesta