La fiscalí­a quiere frenar la causa contra altos cargos de Israel

La Fiscalí­a por la impunidad ¿Por qué?

Es la segunda vez en pocas semanas que la fiscalí­a intenta detener el proceso, esta vez presentó un recurso de apelación directa contra el auto del juez Fernando Andreu. El argumento insostenible de la Fiscalí­a es que este crimen está siendo investigado en Israel, aunque la causa está paralizada desde el 2002 y, en cualquier caso, España tiene competencia en los crí­menes contra la humanidad, como es este.

El juez Andreu ha contestado que Gaza no forma arte del Estado de Israel, que se trata de un ataque desproporcionado contra población civil y que parte de un acto ilícito como es un asesinato. Pero la Fiscalía está utilizando toda su “munición”, ha pedido directamente a la Sala de lo Penal que revoque la competencia española para investigar los hechos por considerar que la jurisdicción del Estado de Israel es prioritaria. Por si fuera poco, el fiscal ataca el juez Andreu diciendo que carece de “un mínimo rigor sistemático”, que hace “una interpretación oportunista” y que tiene un “error conceptual”. ¿A qué se debe este enconado rechazo de la Fiscalía para que se juzgue este crimen contra la humanidad? ¿Por qué tanta energía desplegada para mantener en la impunidad este crimen? En primer lugar hay que partir que para “estar a buenas” con Washington pasa porque no prosperen las querellas contra el Estado de Israel por los bombardeos de Gaza del 2002 y a los inductores d Guantánamo de la Administración Bush, abiertas en nuestro país. Como ha manifestado el mismo Obama, refiriéndose al la querella por Guantánamo abierta en España, “son cosas del pasado y ahora hay que mirar al futuro”. Por ello el futuro de los procesos abiertos en España –contra Israel y por las torturas de Guantánamo- es una cuestión que compete a los núcleos duros del Estado en España ligados a Washington. No es la primera vez que al juzgarse crímenes contra la humanidad la Audiencia Nacional protagonice el enfrentamiento entre las dos líneas que existen en su seno. Por una parte, están los miembros de la adjudicatura que se oponen a estos juicios -al servicio de los sectores más oscuros del Estado vinculados con el hegemonismo- a quienes les interesa mantener la impunidad de los últimos responsables. Y, por otra, están sectores progresistas y más autónomos, removidos por la lucha popular contra la impunidad. Igual enfrentamiento interno, o peor, se produjo con los juicios contra Pinochet, la dictadura Argentina o, más recientemente, el caso de Guatemala. Porque detrás de todos está la mano negra de Washington, quien pone todos los mecanismos para mantener su impunidad disponibles en la justicia española. Que la Audiencia Nacional juzgue la matanza de Gaza del 2002 dejaría abierta puerta para juzgar –tarde o temprano- la matanza del 2009. No nos equivoquemos, la lucha contra la impunidad es el realidad una batalla contra el hegemonismo. Como se ha demostrado en tantos otros momentos (en los casos de los juicios de Chile, Argentina, Guatemala, el pueblo saharaui…) para que la Fiscalía no consiga su propósito -de paralizar el juicio de Gaza- es fundamental la movilización y la presión populares.

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