En el congreso por el 10º aniversario de la Asociación de Multinacionales con España, fue presentado el informe «2013-2023, una década de expansión ininterrumpida de inversión extranjera directa (IED).» Sus datos son demoledores. El valor del volumen acumulado de la Inversión Extranjera en nuestro país equivale ya al 56,3% del Producto Interior Bruto. Capital que se acumula y sigue incrementando su influencia sobre todos los resortes de la vida económica (y con ello de la vida politica y social) del país.
En todos los países entra capital; pero aquellos que ejercen su soberanía blindan sus sectores estratégicos, pactan condiciones de beneficio mutuo, imponen participación de capital nacional en las sociedades, o acuerdan la inversión de un porcentaje sobre los beneficios. Aquí no tienen límite.
En los últimos 10 años, el crecimiento de la inversión extranjera en la economía española se ha incrementado de tal modo que, de seguir a este ritmo, la citada asociación calcula que en otros diez años más se doblaría el volumen del capital extranjero en España.
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La década prodigiosa
En septiembre de 2010 el expresidente Zapatero viajó a Estados Unidos para asistir a una reunión con los directivos de los mayores grupos financieros norteamericanos: Citigroup, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Prudential, Bridgewater… Y no faltaron George Soros y el consejero delegado de BlackRock, quienes al final del encuentro sentenciaron: «Ha sido una buena reunión».
Desde esa fecha la inversión estadounidense dio un nuevo salto a su ya importante presencia.
En 2013, Emilio Botín (Banco de Santander), proclamaba desde Nueva York: “España vive un momento fantástico, llega dinero de todas partes”. Eramos el primer país europeo en Inversión extranjera directa y el tercero del mundo. Ese año desembarcaba el fondo estadounidense BlackRock que en unos meses ya se extendía por varias sociedades del Ibex35. En 2016, BlackRock declaraba participaciones en un total de 19 de las 35 mayores compañías españolas. Hoy es accionista importante de las 35.
Los bancos JP Morgan, Citibank, Morgan Stanley, todos de EEUU, el británico Barclays, o BNP de Francia entre otros, controlaban hace una década el 12% del negocio de inversión financiera en nuestro país. Ahora ya acaparan tres veces más.
En 2022 por primera vez, un banco norteamericano, JP Morgan, ocupó el primer puesto como banca de inversión en España, desplazando al Banco Santander.
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Un chollo
En la base de este desembarco continuado están unas ganancias inmensas. Las 24.000 mayores empresas filiales en España de una matriz extranjera, suponen solo el 1,83% del total del millón doscientas mil mayores sociedades, pero estas filiales foráneas se quedan casi el 20% de los ingresos totales. Es decir, concentran los negocios más rentables.
Se les entrega un país desarrollado, con modernas infraestructuras y una mano de obra barata: España es uno de las pocas naciones en las que han disminuido los salarios reales respecto al coste de la vida desde 2013 (-3,5%).
Además de esta legión de filiales de grandes corporaciones, también Bancos y Fondos de Inversión de otros países acumulan acciones de sociedades españolas, llevándose la parte del león en el reparto anual de dividendos. El capital extranjero batió otro récord controlando al final del año pasado un 50,3 % de la Bolsa española.
Acaparando ya un tercio de toda la inversión realizada por las empresas en España. Y esto incluye la adquisición de territorio, edificios e instalaciones. Las cifras de compras de activos realizada por filiales extranjeras en España, se ha multiplicado por más de dos en la última década.
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Un saqueo exhaustivo y jerarquizado.
Los mayores inversores en España son, por orden: EEUU, Alemania, Reino Unido, Francia; y los fondos estatales de Noruega o Qatar, que también pescan en río revuelto.
El incremento exponencial del expolio por parte de EEUU es directamente propocional al incremento de soberanía e independencia que están conquistando otros pueblos y países, reduciendo el campo de dominio estadounidense en el mundo. Wall Street nos saquea lo que ya no les dejan llevarse de otras regiones del planeta. Mientras aquí los sucesivos gobiernos les abrieron las puertas actuando como su caballo de Troya en la política española. Porque es la sumisión política lo que permite su saqueo económico.
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El control se extiende a todos los sectores
Nada a salvo
Ni sectores estratégicos, ni compañías estatales… Nada queda al margen de esta compra masiva. El capital extranjero copa las finanzas, un tercio de toda la industria, casi la cuarta parte de las comunicaciones o el comercio… Incluso con nuestro país volcado al turismo, ya están vendidos touroperadores, compañías aéreas, de transporte de viajeros por carretera, o importantes cadenas hoteleras. Y se quedan sectores vitales.
Energia. Las cuatro redes españolas de distribución de gas (Gas Natural Fenosa, Naturgás, Madrileña Red y Redexis) están controladas o participadas por grandes fondos de inversión foráneos. Así como la principal compañía eléctrica y las distribuidoras de hidrocarburos; el fabricante de torres eólicas Gamesa o los nuevos parques solares.
Cada metro cuadrado. Suelo edificable, polígonos, centros comerciales… todo acaparado. Destaca Cerberus Capital Management, presidido por el ex secretario del Tesoro de EEUU (propietarios de Chrysler, y DynCorp, un ejército privado contratista habitual del Pentágono). Su filial Haya Real Estate se adjudicó gran parte del negocio inmobiliario de Bankia. Otro fondo estadounidense, Blackstone, protagonizó la mayor operación del sector en todo el mundo: la compra al Santander del 51% de las propiedades que controlaba Banco Popular. Otras grandes sociedades que acumulan propiedades en nuestro país son Colonial (Financess-México), Qatar inversiones, Hispania (del inversor George Soros), Lar (participada por el fondo estadounidense Pimco) y Axiare (Citigroup, JP Morgan…).
Igual nivel de concentración y control exterior se da en los seis mayores promotores de construcción: ActivumSG y Patrizia Immobilien de Alemania; con las estadounidenses Castlelake, Harbert Management Corporation, Värde y Lone Star.
Si alguien quiere saber porqué sube el precio de la vivienda tiene que empezar por estudiar cuántos miles de pisos acumulan estos fondos de inversión, los Bancos y sus sociedades.
Control ideológico. La información que recibimos y el entretenimiento tienen cada vez más su centro de decisión en el extranjero. Esto es también un problema de soberanía. Atresmedia, la comparte el Grupo Planeta con el grupo italiano De Agostini y el alemán UFA (Bertelsmann). Mediaset pertenence a la sociedad Fininvest (Familia Berlusconi). Mediapro se la quedó Southwind Media. Unidad Editorial (El Mundo, Marca, radio y televisión digital) está controlado en un 90,1% por RCS Mediagroup (Mediobanca, familia Agnelli, Pirelli). El grupo francés Lagardére, posee el 20% de todas las revistas que se editan en España. Y son de monopolios norteamericanos los canales digitales que copan la oferta televisiva en España: Fox, TNT, AXN, Disney….