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La fecha de Sánchez: quiere el encargo del Rey antes del 23 de abril

El PSOE ha decidido agarrarse a la última cara amable del lí­der de Podemos para persistir en la búsqueda de la gobernabilidad del paí­s. El cambio de actitud de Pablo Iglesias le da alas. Eso sí­, el entorno de Pedro Sánchez es muy consciente de que «la ví­a 199», esto es, la suma de PSOE, Ciudadanos y Podemos, no tiene futuro, porque si Rivera e Iglesias no están dispuestos ni a tomar un café juntos, menos todaví­a a formar parte de una coalición.

El PSOE ha decidido agarrarse a la última cara amable del líder de Podemos para persistir en la búsqueda de la gobernabilidad del país. El cambio de actitud de Pablo Iglesias le da alas. Eso sí, el entorno de Pedro Sánchez es muy consciente de que «la vía 199», esto es, la suma de PSOE, Ciudadanos y Podemos, no tiene futuro, porque si Rivera e Iglesias no están dispuestos ni a tomar un café juntos, menos todavía a formar parte de una coalición.

La cuestión es, por tanto, qué posibilidad aritmética se aplica sin que Ciudadanos, su aliado más fiel, pase a la trinchera política. Cortada ya la previsión tripartita, Sánchez intentará hacer realidad la segunda: forzar la abstención de Podemos. Y fundamenta sus esperanzas en que el equipo negociador socialista percibe una rectificación de Pablo Iglesias para tratar de superar el bloqueo político cien días después del 20-D. Rectificación que achacan, claro, a su división interna y, sobre todo, al miedo a unas elecciones que provocarían un nuevo giro de consecuencias imprevisibles para la formación morada. Hasta tal punto que de la conversación con un vip socialista cercano al líder del PSOE, pero que desea ser etiquetado de «fuente no oficial», extraigo la frase atribuida a Pablo Iglesias en su cita del miércoles con Pedro Sánchez: «Hay que evitar a toda costa unas elecciones». En la formación morada son conscientes de que su bandera de adalides del cambio ha resultado ser un fiasco en estos meses de bloqueo político, en los que no han sido capaces de aportar un ápice de renovación, y temen que el electorado al que consiguieron sacar de la apatía en diciembre vuelva ahora al redil de la abstención.

Durante la Semana Santa, personas de los equipos negociadores de Podemos y PSOE mantuvieron contactos discretos para preparar la reunión del miércoles. Ahora, la maquinaria está en marcha. «De lo que se trata es de acelerar el coche de las negociaciones de 0 a 100 en pocos segundos», apunta el mismo interlocutor. El foco durante las próximas semanas va a centrarse en sentar en la mesa a Podemos y Ciudadanos. Y dentro de esas negociaciones de los equipos de trabajo, aunque se insista en debatir primero las reformas y en el último momento hablar de nombres, los socialistas mantienen abierta la puerta a la propuesta de integrar independientes en un Gobierno transversal. Sería un programa para afrontar una legislatura corta. No se descarta en absoluto que tenga, incluso, una caducidad pactada. La hoja de ruta debe llevar a Albert Rivera a mantener su voto afirmativo y propiciar que Iglesias facilite la investidura, al menos, con la abstención.

Quizá cegados por el afán voluntarista, desde Ferraz se maneja incluso una fecha, alrededor del fin de semana del 23-24 de abril, como la más probable para que el Rey vuelva a proponerle a Pedro Sánchez afrontar el proceso parlamentario de otra investidura.

Pero, después, ¿qué? Porque luego hay que gobernar. La partida política en la que Sánchez pretende meter a España ve la solución en la táctica de la «geometría variable», con la que tantos resultados tuvo José Luis Rodríguez Zapatero. Bajo el argumento del mestizaje ideológico, en el que tan positivo sería contar con las visiones de Ciudadanos como con las de Podemos, Pedro Sánchez se considera suficientemente firme para poner en marcha un Gobierno sustanciado en acuerdos parlamentarios concretos con unos y con otros. En fin, no cabe duda de que el secretario general del PSOE está bien dispuesto a seguir jugando.

PSOE quiere mesa a tres; Podemos, a dos

A pesar de que Pablo Iglesias haya aceptado sentarse en la mesa de negociación con PSOE y Ciudadanos, aunque sea para pedirle abiertamente a Albert Rivera su abstención, Podemos tanteó ayer la posibilidad de volver a propiciar –con carácter previo– una reunión bilateral con los socialistas para ir allanando el terreno del acercamiento con C’s. Ésta es la pretensión con la que trabaja el equipo negociador de Podemos, mientras que fuentes socialistas consultadas por LA RAZÓN reconocen que el PSOE está inmerso en los preparativos de la mesa a tres y no baraja una nueva reunión bilateral previa. Iglesias trasladará las «cesiones» que está dispuesto a realizar, tales como una reducción del déficit a un ritmo mayor o elevar el gasto público a 60.000 millones.

El calendario

– 23 de abril. Antes de esta fecha, el líder del PSOE cuenta con tener cerrado un pacto de investidura y volver a recibir el encargo del Rey de formar Gobierno.

– 25-29 de abril. En caso de conseguirlo, Patxi López tendría que convocar durante esta semana el Pleno y Sánchez sería investido en segunda votación.

– 2 de mayo. Si el líder socialista no consigue una mayoría suficiente, se disolverán las Cortes y se conocarán automáticamente elecciones.

– 26 de junio. Los españoles volverán a ser llamados a las urnas con la incertidumbre de una creciente abstención y de que la ingobernabilidad vuelva a reproducirse.

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