La era post Zapatero ha comenzado

«20 millones de españoles acudieron a las urnas el 22 de mayo, infligiendo una aplastante derrota al PSOE, el Partido Socialista Obrero Español. Estos resultados representan un doble golpe a Zapatero, en su calidad de Presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, y marcan un importante punto de inflexión en la vida polí­tica española, donde las elecciones locales han sido tradicionalmente de gran importancia»

Más que una victoria ara el PP, que ha ganado sólo 500.000 votos, es una derrota del PSOE, que pierde más de 1,5 millones de votos. En un país donde pocos votantes se mueven de un partido importante a otro partido importante, del PSOE al PP o viceversa, estos votos han sido capturados por partidos nacionales, como UPyD e IU (Izquierda Unida, una coalición, o regionales como el PNV o CiU. España está entrando en la era post-Zapatero. Los distintos movimientos durante las elecciones no hacen más que confirmar esta realidad. Expresan, de forma diferente, pero de manera inequívoca, la gran irritación de la sociedad española causada por la grave situación que enfrentan, y la falta de confianza frente a la clase política o frente el gobierno. Los "indignados" están lejos de tener el monopolio de la indignación. (LE MONDE) THE WALL STREET JOURNAL.- El debate de impago ha alcanzado una dimensión global. Tanto en EEUU como en Europa, los mercados se enfrentan a cuestiones sobre la inviolabilidad de la deuda pública. Si no se gestiona de forma adecuada, podría desencadenarse una nueva crisis financiera. Los políticos europeos y los banqueros centrales mantienen una seria disputa sobre si los acreedores privados de Grecia pueden aceptar cambios en sus condiciones sin provocar una suspensión de pagos. En EEUU, se habla de un impago técnico de la deuda, si Washington no consigue cerrar un acuerdo para elevar el techo de la deuda. El riesgo está en que cualquier clase de suspensión de pagos por parte de Grecia aumentará la presión sobre Irlanda y Portugal. Francia. Le Monde La era post Zapatero ha comenzado Silvia Desazars de Montgailhard Durante casi un mes, la prensa internacional cubre los acontecimientos relacionados con "los indignados". Este movimiento, nacido de forma espontánea en una asamblea de jóvenes en la Puerta del Sol de Madrid, el 15 de mayo, se ha extendido por todas partes, en España, en Europa y más recientemente en Turquía. ¿De qué se quejan "los indignados? De un desempleo que afecta al conjunto de España y a la gente de su edad más duramente, de la corrupción de los políticos, a derecha e izquierda, de que la democracia, tal y como fue restaurada hace treinta y cinco años como monarquía parlamentaria cuasi federal, no responde a sus expectativas. ¿Qué reclaman? Un cambio de la ley electoral que permita a los partidos más pequeños poder hacer oír su voz, y trabajo para lograr su independencia financiera en vez de permanecer con sus padres hasta pasados los treinta años, a pesar de que, debido a la estallido de la burbuja inmobiliaria, más de un millón de hogares se encuentran vacías. ¿Son todos republicanos? ¿Son todos de izquierdas? ¿Son todos jóvenes? Debe responderse con cautela: sí y no. No son, en todo caso, en su gran mayoría, ni partisanos ni anti-sistema, y los diversos intentos para rentabilizar su movimiento por el gobierno o la oposición comunista han fracasado. ¿El movimiento permanecerá? Auto gestionado de manera eficaz, con sus tiendas, sus generadores, su comedor, guarderías, bibliotecas, sin embargo, crea problemas de salud pública y causa la irritación de los comerciantes. A pesar de los mandatos de la Junta Electoral prohibiendo cualquier concentración durante la jornada de reflexión antes de las elecciones locales y regionales del 22 de mayo, los responsables del orden público tomaron la prudente decisión de no tratar de desalojar a los indignados. Ante la disminución progresiva de su movilización, decidieron el miércoles 8 de junio levantar el campamento el siguiente domingo, 12 de junio Sólo un grupo anunció que se quedaría. Algunos comenzaron a manifestarse, por la tarde, ante el Congreso de los Diputados en Madrid. Lo que la mayoría "indignados" no han hecho ha sido votar. 20 millones de españoles acudieron a las urnas el 22 de mayo, infligiendo una aplastante derrota al PSOE, el Partido Socialista Obrero Español. Estos resultados de las elecciones, que representan un doble golpe a José Luis Rodríguez Zapatero, en su calidad de Presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, apenas si han ocupado pequeños espacios en los medios de comunicación fuera de España. Pero estas elecciones marcan un importante punto de inflexión en la vida política española, donde las elecciones locales han sido tradicionalmente de gran importancia: las municipales, por razones históricas, y las regionales debido a los amplios poderes otorgados a las comunidades autónomas por la Constitución de 1978 y los diferentes estatutos de autonomía. Así, en las municipales del 12 de abril de 1931, los republicanos ganaron en un buen número de capitales de provincia, y el rey Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos, decidió abandonar su país. Este vacío de poder llevó a la instauración de la IIª República, proclamada el 14 de abril que terminó en los horrores de la guerra civil (1936-1939) y la victoria del general Franco, en el poder hasta 1975. Baste decir que los resultados de las elecciones municipales siempre se observan con gran atención por toda la nación. El 22 de mayo se celebraron elecciones municipales en todo el territorio, en cambio, las regionales se llevaron a cabo sólo en trece de las diecisiete comunidades autónomas, las cuatro regiones llamadas "históricas", a saber, Andalucía, Cataluña, Galicia y el País Vasco, tienen su propio calendario electoral. Así, por ejemplo, si un elector decidió votar en Barcelona o Málaga, lo hizo en las municipales. Sin embargo, un votante en Madrid o Valencia pudo votar tanto para su ayuntamiento como para su parlamento regional. Los resultados son sin apelativos para el PSOE, a sólo diez meses de las legislativas previstas para antes de marzo de 2012: una diferencia de 10 puntos porcentuales y más de 2 millones de votos en favor de su principal rival, el Partido Popular (PP ), la pérdida de bastiones socialistas como Barcelona (en pro de los nacionalistas catalanes de CiU) y Sevilla (al PP), el paso a la derecha de varias regiones, entre las cuales Castilla-La Mancha se la ha llevado tras dura lucha la Secretaria General "popular", María Dolores Cospedal, el tsunami "popular" en Andalucía, el hogar de Felipe González, que tradicionalmente se sitúa a la izquierda, la confirmación de la mayoría absoluta "popular" en Madrid, con Esperanza Aguirre, presidenta de la Región, y Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde, el avance de la coalición de izquierda revolucionaria y nacionalista abertzale Bildu, considerada el brazo político de ETA, en el País Vasco. Más que una victoria para el PP, que ha ganado sólo 500.000 votos, es una derrota del PSOE, que pierde más de 1,5 millones de euros. En un país donde pocos votantes se mueven de un partido importante a otro partido importante, del PSOE al PP o viceversa, estos votos han sido capturados por partidos nacionales, como UPyD (Unión Progreso y Democracia, un partido jacobina de centro-izquierda liderada por Rosa Díez, disidente socialista), e IU (Izquierda Unida, una coalición marxista), o regionales como el PNV (Partido Nacionalista Vasco, nacionalistas vascos de centro-derecha) o CiU (Convergencia i Unió, una coalición catalanista de centro-derecha). España está entrando en la era post-Zapatero. Los distintos movimientos durante las elecciones no hacen más que confirmar esta realidad. Expresan, de forma diferente, pero de manera inequívoca, la gran irritación de la sociedad española causada por la grave situación que enfrentan, y la falta de confianza frente a la clase política o frente el gobierno. Los "indignados" están lejos de tener el monopolio de la indignación. Unas semanas antes de las elecciones, los barones socialistas habían pedido, y obtenido, que Zapatero anunciara públicamente que no buscaría un tercer mandato. Esperaban así evitar la sangría de votos anunciada por todas las encuestas, y preferían aparecer sin un candidato para suceder a Zapatero, antes que con él. En vano… Inmediatamente después de las elecciones, pesos pesados ​​socialistas, como Patxi López, lehendakari, presidente del gobierno vasco de una atípica coalición regional entre PSOE y PP, han acelerado el proceso de nombramiento de un candidato socialista para las elecciones. La elección ha recaído sobre el vicepresidente del gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a expensas de la joven ministra de Defensa, Carme Chacón, que ocupó la primera plana de toda la prensa internacional cuando pasó revista a las tropas embarazada de siete meses, cuando entró en el gobierno. Ambos aparecían los últimos meses como posibles herederos. Es probable que la vasta experiencia de un hombre experto en terrorismo haya pesado en la balanza, cuando Bildu ha logrado un avance espectacular para convertirse en la segunda fuerza política del País Vasco, detrás del PNV, con el 25% de los votos. Las filtraciones de Wikileaks, ampliamente reprducidas por el diario El País, muestran cómo los estadounidenses se refieren a Pérez Rubalcaba como un formidable animal político. Un simulacro de primarias comenzó el 1 de junio y se cerrará el 15 de junio Salvo sorpresas poco probable, Rubalcaba será el candidato socialista en las próximas elecciones parlamentarias. La pregunta que surge es si Zapatero, que sigue siendo el Primer Ministro y el Secretario General del PSOE, se mantendrá a la cabeza de su gobierno y su partido, o si se debe convocar un congreso extraordinario del PSOE y/o elecciones parlamentarias. España, económicamente noqueada, está dirigida por un político noqueado. ¿Puede permitírselo? Si la probabilidad de evitar una victoria del PP en las elecciones generales ahora parece débil, el PSOE tratará de reducir la distancia que separó a los dos grandes partidos en los comicios últimos, y que ha ido en aumento según las últimas encuestas, de 13 a 15 puntos porcentuales. La cuestión no es tanto si el PP ganará las elecciones, sino si obtendrá la mayoría absoluta. Pero los "populares" se caracterizan por la falta de programa. Su campaña, y en general su estrategia política, está basada en la crítica de las acciones del gobierno. Siempre se está a la espera de sus propuestas concretas. Se duda de que vayan a imponer medidas de austeridad a lo James Cameron, pero no hay más detalles. Este silencio, que les ha servido hasta ahora, podría volverse contra ellos. Hay voces dentro del partido contra el silencio de Mariano Rajoy, el presidente. Los más pragmáticos señalan más que el margen de una España contra la pared es tan estrecho que el gobierno, cualquiera que sea su color político, sólo puede aplicar las medidas que le serán dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE). Otra noticia que ha pasado desapercibida en la prensa internacional: el rey Juan Carlos no navegará este verano, como solía hacer, durante sus vacaciones de verano en Palma de Mallorca. Ya no estará al timón de su barco. A las preguntas que le formuló la prensa sobre su salud, respondió con enojo: "Estoy muy mal Queréis verme muerto y me claváis un pino en el estómago todos los días en la prensa…" ¿España está en trance de perder a su timonel, al monarca que fue capaz de restaurar la democracia en su país y es el jefe de Estado impugnado por muy pocos desde el 22 de noviembre de 1975? ¿Debe prepararse España para el período post-Juan Carlos? LE MONDE. 13-6-2011 EEUU. The Wall Street Journal Los peligros de una posición de impago Richard Barley El debate de impago ha alcanzado una dimensión global. Tanto en EEUU como en Europa, los mercados se enfrentan a cuestiones sobre la inviolabilidad de la deuda pública. Si no se gestiona de forma adecuada, podría desencadenarse una nueva crisis financiera. Los políticos europeos y los banqueros centrales mantienen una seria disputa sobre si los acreedores privados de Grecia pueden aceptar cambios en sus condiciones sin provocar una suspensión de pagos. En EEUU, se habla de un impago técnico de la deuda, si Washington no consigue cerrar un acuerdo para elevar el techo de la deuda. El riesgo está en que cualquier clase de suspensión de pagos por parte de Grecia aumentará la presión sobre Irlanda y Portugal. Utilizar el término “técnico” no cambia la realidad, que podría ser un incumplimiento de los plazos de pago de los bonos del Tesoro. Lo mismo ocurre con Europa. Incluso si los bancos deciden refinanciar su deuda de forma voluntaria, cuesta trabajo pensar que lo hacen por propia voluntad. La rebaja de Standard & Poor’s de la calificación de Grecia a CCC considera la última propuesta alemana de canje de deuda como un adelanto a la cesación de pagos. Es probable que los políticos europeos acaben prestando más dinero a Grecia, dado que el BCE se opone a cualquier iniciativa que contemple el impago. Los políticos de EEUU podrían acordar elevar el techo de deuda antes de la fecha límite, el 2 de agosto. Incluso después de esa fecha, el secretario de Tesoro, Timothy Geithner, podría priorizar los gastos para favorecer el pago de la deuda. Pero, con un déficit presupuestario mensual de 124.000 millones de dólares, según Fitch, el riesgo de no cubrir el servicio de la deuda no tardará en dispararse. ¿Qué ocurrirá si las medidas políticas contemplan un cese del pago de la deuda? Cualquier impago por parte de Grecia aumentaría la presión para que Irlanda y Portugal, donde la situación de la deuda no es tan grave, siguieran su ejemplo. El mayor riesgo es que el contagio llegue a España, cuya economía es demasiado grande para caer. En EEUU, hay tres canales a través de los cuales se puede extender la crisis financiera. En primer lugar, la interrupción de la financiación a corto plazo. Segundo, según J.P. Morgan Chase, se han utilizado más de 4 billones de dólares de bonos del Tesoro como colateral para acuerdos de recompra, futuros y derivados. Un aumento del descuento de estas garantías debido a un incremento del riesgo crediticio podría provocar problemas. Tercero, aunque los inversores de EEUU se aferraran a los bonos del Tesoro, los prestamistas extranjeros pueden verlo como otro motivo, sumado a la caída del dólar, para reducir su exposición. Hay una diferencia fundamental entre las dos situaciones. El riesgo crediticio griego es real, dada la carga de deuda, la falta de acceso a los mercados, el deterioro de la economía helena y la incapacidad del país de imprimir euros. El debate sobre el impago es necesario, aunque no se ha gestionado de forma adecuada. En cambio, la amenaza de impago de EEUU es innecesaria y podría introducir riesgo crediticio en lo que ha sido el activo más seguro del mundo. Dado que el sistema financiero global sigue estando en una situación de fragilidad, éste no es el momento adecuado para que los políticos eleven sus apuestas. THE WALL STREET JOURNAL. 14-6-2011

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