SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La encuesta del CIS avisa del riesgo de italianización

Ayer conocimos el primer barómetro-sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) del año 2013 con intención de voto. Nos envía un enésimo aviso sobre el peligro de italianización que nos acecha. El síntoma es el imparable adelgazamiento de los dos grandes partidos sobre los que se asienta el sistema (pilar derecho y pilar izquierdo), provocado por la creciente falta de confianza en la clase política. El único partido que realmente no para de subir en la intención de los votantes es el del desaliento, medido en el creciente número de españoles convencidos de que en las urnas no se les ha perdido nada.

Tan lúcido como siempre, el exministro Josep Piqué (presidente del Cercle d’Economia y de la compañía Vueling), invitado en los almuerzos de la Asociación por la Defensa de la Transición, se refería ayer a la necesidad apremiante de ir hacia un nuevo pacto de convivencia similar al de 1978 antes de que la triple crisis actual (económica, política e institucional) haga irreversible el colapso del sistema. O de que, en el mejor de los casos, la presión social obligue a los políticos actuales a hacerse el harakiri y dar paso a una nueva forma de hacer las cosas.

Según Piqué “el tiempo para resolver estos problemas, incluido el de Cataluña, se nos va a acabando”, y los indicadores del CIS le dan la razón. Nueve de cada diez ciudadanos califica la situación económica de mala o muy mala. Respecto a la situación política sigue creciendo el malestar: la consideran mala o muy mala casi ocho de cada diez (7,4 exactamente). El paro, los partidos políticos, la corrupción y el fraude son los grandes quebraderos de cabeza de los españoles. Y eso que el sondeo se llevó a cabo antes de estallar el escándalo Bárcenas.

En resumen, que el pesimismo sigue al alza y la confianza en los gobernantes a la baja. Veamos: el partido en el poder (PP) baja diez puntos en un año, pero la alternativa (PSOE) apenas si sube dos respecto a su hundimiento en las últimas elecciones generales (noviembre de 2011), mientras sus respectivos líderes, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, siguen cayendo en el ranking de la valoración ciudadana. Y, en paralelo, siguen creciendo los partidos pequeños de escala nacional (IU y UPyD) anticipando la fragmentación de un espectro hasta ahora bipartidista.

En esas condiciones no hay razón para que el PSOE se frote las manos porque haya recortado la distancia con el PP en más de 11 puntos en un año y su líder esté mejor valorado que el presidente del Gobierno. En un apagón da lo mismo ser ciego que ser tuerto. Sin embargo, deberían los socialistas aprender la lección que se desprende del epígrafe dedicado por este último barómetro del CIS a los valores identificables con la derecha o con la izquierda. Los españoles identifican mucho más con la derecha conceptos como tradición, orden o eficacia. Y más con la izquierda conceptos como solidaridad, tolerancia y honradez.

Deja una respuesta