Un estudio del Banco de España reconoce que la subida de los tipos de interés durante el año pasado solo influyó dos décimas, un 0,2%, en la bajada de la inflación. Mientras que el golpe al crecimiento económico fue de 6 décimas, es decir tres veces más, en 2022.
El Banco de España calcula que este año la subida de tipos apenas logrará moderar la subida de los precios unas 5 décimas, pero sin embargo podrían llegar a restar 11 puntos al crecimiento, un 1.1% del PIB en 2024.
Los cálculos del Banco de España dejan en evidencia la agresiva receta del BCE de subir los tipos de interés para bajar la inflación.
A pesar de lo que reflejan esos datos el Banco Central Europeo ha vuelto a subir en mayo los tipos de interés un 0,25%, hasta el 3,75%, dicen que para seguir conteniendo la inflación en la eurozona que alcanza el 7%. Y avisan de nuevas subidas en próximas semanas camino ya de superar el 4%.
Según la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde “aún queda terreno por recorrer”. Esta es la séptima subida de tipos desde julio de 2022, pasando del 0% al 3,75% en menos de un año. Es el ciclo más agresivo de toda la historia del BCE. Un ciclo con tipos altos de interés que pretenden mantener un tiempo prolongado hasta que “la inflación no baje del 2% de manera prolongada”. Muy lejos del 5% de inflación con el que podemos acabar este año. Y con un euríbor (el principal índice de referencia de la mayoría de las hipotecas) que no para de subir con la escalada de los tipos de interés y que roza ya el 4%.
Lagarde y los dirigentes del BCE, entre ellos el español Luis de Guindos, exministro de Economía de Rajoy, dicen asumir que la subida de tipos implica menos actividad económica, menos crecimiento y más paro, deteriora la capacidad de consumo y ahorro de las familias, sube las hipotecas y los intereses de los préstamos, un hachazo también para las pymes.
No estamos sufriendo “los efectos de la inflación y de la subida de los tipos de interés” como si fueran “cosas que pasan” sino un auténtico atraco monopolista y un expolio financiero a manos de la banca.
Los efectos de la inflación y de la subida de los tipos de interés no son “cosas que pasan” sino un atraco monopolista y un expolio financiero a manos de la banca
Un expolio financiero
Con la nueva subida de los tipos las cuotas de las hipotecas a tipo variable que se revisan a partir del mes de mayo van a sufrir otra subida considerable, entre 1.100 y 2.000 euros de media anual, dependiendo de las condiciones de revisión firmadas con el banco. Una cantidad que volverá a subir en la segunda parte de este 2023, cuando el BCE aumente los tipos al 4% y el euríbor siga escalando hasta el 4,5%.
Según un informe elaborado por el centro de estudios Funcas, vinculado a la banca, sobre los efectos de la subida de los tipos de interés, la escalada de los tipos decretada por el Banco Central Europeo costará a las familias 16.000 millones de euros y otros 24.000 millones a las empresas, sobre todo pequeñas y medianas. La subida de los tipos repercute también aumentando los intereses a pagar por la deuda pública, y que Funcas estima en unos 6.000 millones más hasta 2024, intereses que acabamos pagando entre todos. Un total de 46.000 millones de euros sustraídos de las familias, de las pymes y de las cuentas públicas que pasan a engrosar las cuentas de la banca.
Y es que, como se refleja en otro informe del Banco de España, “las fuertes subidas de tipos acometidas por el Banco Central Europeo, están permitiendo que las entidades disparen las ganancias que obtienen por el interés de los préstamos que conceden a sus clientes”. Es decir, los bancos están endureciendo las condiciones para dar una hipoteca o un crédito, suben los intereses y exigen más garantías, pero son capaces de ganar más concediendo menos hipotecas y préstamos gracias a aumentar el expolio sobre los clientes con la subida de los intereses.
Un expolio que está permitiendo a los bancos ganar casi un 30% más.
Un trasvase de 290 millones cada día
La inflación es la otra pata de la pinza que se une al expolio financiero para saquearnos.
El estallido de la inflación a mediados de 2021 supuso para las familias un coste de 8.100 millones de euros y otros 11.300 millones para las empresas. Y en el periodo 2022-2024 los costes sumarían otros 42.000 millones más. Es decir, un coste de 61.400 millones en solo tres años de inflación disparada que está empobreciendo a las clases populares y enriqueciendo a los monopolios de la energía y las grandes cadenas de distribución nacionales y sobre todo extranjeras.
Estamos ante un auténtico atraco monopolista: mientras trabajadores, pensionistas o autónomos veían recortadas sus rentas por la subida de los precios los monopolios energéticos aumentaban sus beneficios por encima del 31%
Hay un gigantesco trasvase de riqueza, 295 millones diarios, de las rentas de las clases populares a la banca y los monopolios
Esta doble pinza, el atraco monopolista y el expolio financiero, que suman 107.400 millones de euros, está suponiendo un gigantesco trasvase de riqueza -¡de 295 millones diarios!- de las rentas de las clases populares, trabajadores, autónomos, pymes…, a la banca y los monopolios de la energía, las grandes superficies y cadenas de distribución. Más de la mitad de la riqueza de ese trasvase acaba fuera del país, en las cuentas del gran capital extranjero, principal accionista del Ibex-35.
Esa es la base de que bancos y monopolios repartan 26.000 millones de euros entre sus principales accionistas; y sigan anunciando para este año otro récord de beneficios. Sólo en el primer trimestre de este 2023, bancos como el BBVA y eléctricas como Iberdrola han aumentado sus beneficios un 40%. Y de que, como dice otro informe, 2,5 millones -uno de cada ocho- de trabajadores sean pobres gracias a sus bajos salarios a pesar de trabajar.
Hay otro camino: redistribuir la riqueza
¿Qué hacer frente a esta situación? Lo que sí está claro es que la salida a esta situación no puede ser un programa basado únicamente en ayudas sociales financiadas con más deuda pública. La deuda pública es una hipoteca que tarde o temprano exigirán que paguemos con más recortes y ajustes presupuestarios.
Necesitamos un camino diferente; por supuesto frente a la derecha alineada con los sectores que desde la UE trabajan por volver a las reglas de la austeridad. Pero también frente a una izquierda que lo fía todo al endeudamiento. Los hechos demuestran cada vez más que no hay “escudo social” financiado con deuda pública que pueda detener este atraco. El “escudo” supone un alivio, pero no detiene el saqueo que continúa por otros medios.
Necesitamos ir por un camino diferente, el de Redistribuir la Riqueza. Una alternativa estructural que no supone aumentar la deuda pública hipotecando el país y el futuro de las nuevas generaciones.
Redistribuir la Riqueza significa disponer de una parte de las enormes ganancias de bancos, monopolios y capital extranjero, que son fruto del esfuerzo colectivo de toda la sociedad, para poder destinarlo en interés de la mayoría y de la comunidad, creado nuevas fuentes riqueza y empleo productivo.