El Tribunal del PNV desestima una denuncia contra Arzallus por los ataques a Imaz

La difí­cil ruptura entre dos almas

Hoy toda la prensa vasca y del resto de España se hace eco de que el tribunal del PNV ha desestimado la demanda interpuesta contra el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz por las crí­ticas realizadas en julio pasado al que fuera su sucesor en el PNV Josu Jon Imaz. ¿Qué ha decidido este tribunal existente en el seno del PNV? Que las afirmaciones públicas de Arzalluz, en forma de insinuaciones, sobre la falta de honradez de Imaz al aceptar la presidencia de Petronor, al ser un pago por sus favores a Iberdrola, no eran dañinas para la imagen del PNV ante la opinión pública, según denuncia de un militante del partido.

La lucha entre las dos almas del PNV vuelve a salir a la suerficie. El alma profundamente reaccionaria encarnada en Arzalluz e Ibarretxe vence una vez más a los sectores democráticos. ¿Se atreverán estos sectores del PNV a enfrentarse consecuentemente y a romper con el “alma” reaccionaria; se atreverán a abandonar su tradicional “pragmatismo” y su “mirar hacia otro lado”, para acabar con el fascismo cotidiano que padecen buena parte de los vascos? O sus intereses en el poder burocrático autonómico, que comparte con el otro “alma”, pesan más, y prefieren seguir viviendo bajo su negra sombra. Cuando el pasado mes de julio se supo que Imaz había sido nombrado presidente de Petronor, Xabier Arzalluz se preguntó “cuánto le costaría a un vasco, aunque sea empresario, llegar a la cúpula sin ninguna experiencia empresarial, simplemente porque viene de la política o porque ha hecho unos favores a Iberdrola”. "Algo estaban preparando con todo lo de Harvard y los artículos de tipo energético que iba escribiendo", añadió refiriéndose a la estancia de Imaz en EE.UU. Y concluyó que tanto él como “otra mucha gente del PNV” pensaban que este nombramiento era “un premio a algo”. Arzalluz dijo que era “un mal ejemplo para la juventud de Euskadi”. Seguro que se refería a la juventud compuesta por esos “chicos de la gasolina”. Juventud fabricada en las ikastolas, adoctrinada a través de ETB, a la que Arzalluz e Ibarretxe concedieron impunidad –prohibiendo a la ertzaintza actuar contra sus actos vandálicos-, y que se enseñoreó de las calles de Euskadi. Detrás de la ignominia asesina que representa ETA se encuentra la responsabilidad, no menos criminal, de Arzalluz y régimen nazifascista. Y él quiere ser el ejemplo para sus hijos. Porque él ha sido, y es, el gran patriarca del terror. La cabeza del “alma” negra.

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