El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que por las cuentas de esos espacios sin impuestos y cerrados a cal y canto para el control fiscal pasan aproximadamente la mitad de los flujos financieros internacionales.
El diccionario de la Real Academia Esañola habla de blanquear como la acción de «ajustar a la legalidad fiscal el dinero procedente de negocios delictivos o injustificables».La definición legal lo califica como la «adquisición, utilización, conversión o transmisión de bienes procedentes de actividades delictivas». Blanquear dinero procedente de actividades ilegales es la actividad más destacada de unos 48 países en todo el mundo, los denominados paraísos fiscales.Los paraísos fiscales constituyen un sector de los mercados financieros globales, con la ventaja competitiva de la opacidad, y forman parte de la banca en la sombra que los gobiernos han respetado al concederles ayudas y avales a los bancos en dificultades.En la larga etapa de crecimiento económico y finanzas globalizadas, esta operativa paralela permitía, en primer lugar, desvincular del banco matriz la propiedad de los activos financieros negociados mediante vehículos en los paraísos fiscales offshore. Así se gestionaba toda clase de operaciones opacas fuera de la contabilidad oficial de la banca con el fin de sortear la supervisión de los bancos centrales, con el catastrófico resultado final.La banca en la sombra, responsable de la especulación y de las burbujas financieras e inmobiliarias en los años anteriores a la crisis, según los analistas críticos, habría producido la mitad del nuevo crédito generado en los EEUU; y la financiación de esos instrumentos innovadores ligados a centros offshore, que obtenían efectivo barato a corto plazo, alcanzaba el pico de los 1,2 billones de dólares en el verano de 2007, mientras que en años anteriores había oscilado entre los 600 y los 700.000 millones (Financial Times, 16-12-2007).El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que por las cuentas de esos espacios sin impuestos y cerrados a cal y canto para el control fiscal pasan aproximadamente la mitad de los flujos financieros internacionales. Acumulan entre 11 y 13 billones de euros en conjunto, aunque estas estimaciones se hacen siempre a la baja por la dificultad de conocer al detalle su cuantía. Pero aún con estimaciones a la baja suponen la cuarta parte del PIB mundial.El argumento es claro. Nunca antes se había echado tanto de menos la pérdida de ingresos fiscales como ahora. Cuando, desde la banca hasta la industria de la automoción, el dinero público se ha convertido en un salvavidas frente a la crisis. La cumbre del G-20 que se celebrará en Londres en abril va a incluir en su agenda con el problema de los paraísos fiscales. El español Rodríguez Zapatero, el francés Nicolas Sarkozy, la alemana Angela Merkel o el británico Gordon Brown, son algunos de los principales líderes políticos en la cruzada contra el offshore.La banca mundial cuenta con una legión de sociedades opacas. El diario británico asegura que Royal Bank of Scotland dispone de 238 o que Lloyds Bank tiene 125. En Estados Unidos, Citigroup, que ha sobrevivido gracias a dinero público, cuenta con 400 compañías. La banca española también las tiene, aunque en menor medida.Cinco de los seis principales bancos españoles, Santander, BBVA, Popular, Banco Sabadell y Banesto contaban al cierre de 2007 con participaciones en sociedades que tienen su domicilio en paraísos fiscales, según Europa Press.Santander participa en el capital de 19 filiales, excluidas las de Abbey. BBVA tiene tres sucursales en Caimán y una en las Antillas Holandesas, además del BBVA Panamá.