Estamos ante el inicio de una crisis política superlativa que puede acabar derribando el gobierno de coalición, acortando la legislatura y preparando el terreno de otro gobierno del PP con o sin Vox.
El demoledor informe de la UCO que desvela una trama de corrupción de supuestas mordidas en la adjudicación de contratos amañados de obras públicas en la que estaría implicado también de forma directa el hasta ahora secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, segundo cargo de confianza y secretario de Organización designado por Pedro Sánchez, supone un antes y un después en la trama de corrupción acotada hasta ahora y conocida como el ‘caso Koldo’ o ‘caso Ábalos’.
Como dice Enric Juliana, “el PSOE entra en un cráter radiactivo del cual desconoce la profundidad”. El informe de la UCO y los audios con los hechos que se van conociendo son una auténtica ‘bomba atómica’ en la política española y pone en cuestión la legislatura y la continuidad del gobierno.
Dos líneas o vectores confluyen en torno a este “cráter radiactivo” y los hechos que revela el informe de la UCO y que vamos conociendo. Dos lineas independientes, no excluyentes y que una no justifica la otra.
Por un lado, la trama de corrupción en las altas esferas del PSOE. Una trama que por su duración, actuando desde hace una década, y por la relevancia de los personajes implicados, cuadros y ministros, personas de confianza de Sánchez, no puede limitarse a la ‘banda de los cuatro’, Ábalos, Cerdán, Koldo García y el empresario Aldama.
Y por otro, la existencia de una cacería al gobierno. Una estrategia cuyo objetivo central es el gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez. Una ofensiva política, mediática y judicial, que busca derribar o debilitar todo lo posible al gobierno de coalición y reducir a su mínima expresión la influencia del viento popular y patriótico.
Un PSOE que como gestor mantiene los intereses del hegemonismo y la oligarquía, aumenta sus beneficios y favorece sus intereses, incluso la vía del rearme, pero que al mismo tiempo entra en contradicción con ellos bajo la influencia y demandas del viento popular y patriótico.
Detrás de esta ofensiva no solo está el PP, Vox y sus terminales, sino principal y fundamentalmente centros de poder del hegemonismo y la oligarquía y el choque de sus intereses y contradicciones con el gobierno de coalición con las políticas de la dictadura mundial de Trump (Palestina y Oriente Medio ahora con Irán en la diana, multilateralismo y acercamiento a China, resistencias a llevar el rearme hasta el 5% del PIB… o las cesiones a las demandas del viento popular en temas como las pensiones o derechos laborales…
Los ataques al gobierno vienen de antes pero es imposible no ver que la cacería se ha disparado desde el cambio en la Administración norteamericana con la llegada de Trump y la dictadura mundial trumpista y una oligarquía financiera, con Botín al frente, que busca mantenerse a la sombra del hegemonismo.
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Una trama de corrupción estructural en el seno del PSOE.
La corrupción en el PSOE desvelada no son casos de corrupción aislados en ayuntamientos o sectores marginales del PSOE. Tampoco son casos que se puedan reducir a una coyuntura específica como pudieron ser las mascarillas de la pandemia. Ni se pueden reducir a cuatro personajes, la ‘banda de los cuatro’: Ábalos, Cerdán, Koldo y Aldama. Estamos ante una trama de corrupción estructural en el seno del PSOE.

Con implicación de altas instancias del Partido Socialista, ministros y altos cargos, y cuyo centro ha sido la secretaría de Organización del PSOE, con sede en la Calle Ferraz y eventualmente en el Ministerio de Transportes. De larga duración, actuando desde hace al menos 10 años, cobrando comisiones por la adjudicación de obras públicas y otras operaciones como las mascarillas. En estrecha relación con sectores oligárquicos, como Acciona, empresa del Ibex-35 que acaba de destituir al jefe de construcción en España tras las revelaciones de la UCO en un intento por situar un cortafuegos, un monopolio que también estuvo implicado en la Gürtel del PP. Y, por lo tanto una trama en la que hay corruptos y corruptores.
Con un PSOE en shock la respuesta de Pedro Sánchez lanzando una especie de ofensiva para diferenciar la posición del PSOE ante la corrupción del PP y Vox, y que resistirá hasta 2027 porque “entregar el país a PP y Vox sería una irresponsabilidad” tiene una credibilidad y un recorrido muy incierto.
Sánchez dice que el PSOE: «No vamos a ser como PP y Vox, no vamos a tapar la corrupción en nuestra filas por muy dolorosa que sea, no vamos a perseguir al denunciante, no vamos a crear policías patrióticas…”
Pero la sensación general es que las medidas propuestas, auditoria de las cuentas del PSOE y una comisión gestora para dirigir provisionalmente la organización no van al corazón del problema y sobre todo cuando se mantiene en la gestora de organización a la gerente del PSOE, Ana María Fuentes, puesta por Cerdán y mencionada por supuesta financiación irregular en el informe de la UCO que ha provocado la caída de Santos Cerdán o se sigue actuando tratando de poner cortafuegos y silencios como por ejemplo con la variante del ‘caso fontanera’ de Leire Díez…
El PSOE y Pedro Sánchez tienen a sus bases socialistas en shock y han perdido la confianza en ellos de esa mayoria social progresista que les apoyó y confió en su influencia en el gobierno para llevar adelante políticas sociales de paz y progreso.
Además ni Sánchez ni el PSOE han podido garantizar que no sigan saliendo mas informaciones de las investigaciones judiciales y de la UCO en marcha que impliquen a más personas de las altas esferas del PSOE o del gobierno o que avalen la financiación corrupta del PSOE.
Y que las revelaciones vengan de un personaje como Koldo, en tiempos confidente de la Guardia Civil, vuelve a poner de manifiesto la existencia de una “cloacas” que guardan material sensible, sacándolo cuando es conveniente para los dueños del Estado.
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El vector principal está al otro lado del Atlántico
Sin embargo, el vector principal y más determinante son las contradicciones que el hegemonismo y la oligarquía mantienen con un gobierno de coalición que aunque sea su gestor, tiene un grado de influencia del viento popular.

A lo largo de los seis últimos años, los gobiernos del PSOE junto a Podemos y Sumar han rendido grandes servicios al hegemonismo y la oligarquía, con beneficios récord para el Ibex35 y el capital extranjero. Acatando sus principales lineas rojas y la subordinación de España a los mandatos norteamericanos.
Pero el avance del ocaso imperial y las necesidades crecientes para la burguesía norteamericana de dar un salto en el saqueo al 90%, imponiendo más draconianos tributos, y exigiendo un mayor encuadramiento en los imperativos geoestratégicos de EEUU, generan contradicciones cada vez más agudas con un gobierno de coalición que tiene un grado de influencia del viento popular, y que es el único de Europa que alberga a fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia.
Un ejemplo palmario lo tenemos en la exigencia de rearme. Si bien el PSOE ha acatado las órdenes de Washington y ha aceptado que este mismo año se llegará al 2% del PIB en gasto militar -más de 10.000 millones que saldrán de recortes sociales- ahora la exigencia de la Casa Blanca es de elevar ese umbral al 5%, algo que este gobierno y la mayoría parlamentaria que lo sostiene difícilmente puede llevar a cabo.
Hay muchas más contradicciones. En plena guerra arancelaria, tenemos un Sánchez que hace un viaje a China para abrir nuevos mercados para España y la UE. Un gobierno que acaba de presentar junto a Palestina en la Asamblea General de la ONU, una moción condenando los crímenes de Israel e instándole a cesar el asedio genocida sobre Gaza, o que apoya la causa de Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional. Todo ello en medio de una situación explosiva en Oriente Medio, con Israel bombardeando Irán.
Además de su posición contra el genocidio, España encabeza iniciativas en la UE que chocan con la orientación dictada en la Casa Blanca: sobre Ucrania, en la guerra comercial, sobre el multilateralismo…
En el plano económico, los fondos de inversión norteamericanos con acciones en el BBVA, lo mismo que el Santander o CaixaBank, han cargado contra un gobierno que se resiste a autorizar su opa sobre el Sabadell. También por los impuestos a la banca o el tope a los alquileres. Tras el apagón del 28 de abril, también han estallado las contradicciones del gobierno con el oligopolio eléctrico, cuando el primero les exige responsabilidades.
Asuntos como la reducción de la jornada laboral, el aumento del SMI o la regularización de migrantes también van en contra de los vientos de hiperexplotación que soplan desde el otro lado del Atlántico.
El proyecto de dictadura mundial de Trump y su agresiva y reaccionaria agenda militar, política, económica y social tiene contradicciones con este gobierno. También una oligarquía que busca aprovecharse de ese proyecto de saqueo made in USA para aumentar sus ganancias.
Esta es la razón principal del recrudecimiento de la ofensiva política, mediática y judicial contra el gobierno de coalición.
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¿Qué posición mantienen ahora mismo las diferentes fuerzas políticas y sociales?
El PP y Vox se han lanzado a la ofensiva total, redoblando su presión para derribar al gobierno y convocar elecciones anticipadas. Pero con diferencias: mientras la ultraderecha exige una moción de censura, desde Génova saben que no les dan los números y no quieren que «una nueva moción fallida de oxígeno a Sánchez».
El PSOE, tras la conmoción de las primeras horas, ha lanzado un órdago. «O nosotros o la derecha». Sánchez ha prometido una auditoría del PSOE y medidas contra la corrupción, pero en los hechos plantea un trágala a la ciudadanía: «o yo en la Moncloa, o un gobierno de la derecha con la ultraderecha»
Sumar, los socios de gobierno, dicen que las disculpas de Sánchez no son suficientes y le exigen más explicaciones y medidas, pero no parece que vayan a apoyar algo que signifique el fin del gobierno. Los socios de investidura -ERC, PNV, Junts, etc…- toman una posición similar, pero a cambio de «pasar por caja», anunciando que ahora su apoyo será más caro en términos políticos.
Podemos, que ha rehusado siquiera reunirse con el PSOE, se inclina ahora por mostrar que quizá podría dejar caer al gobierno y propiciar unas nuevas elecciones en un momento donde pueden volver a «sorpasar» a Sumar como referente a la izquierda de la socialdemocracia.
También es significativa la posición de la CEOE y otras organizaciones empresariales, que advierten de del impacto negativo para la inversión externa y el crecimiento económico si la inestabilidad política y la erosión de las instituciones por los casos de corrupción, junto al frenazo legislativo, se perpetúan. Pero aprovechan para cargar contra políticas sociales -como impuestos a la banca, eléctricas, topes al alquiler…- que «generan inseguridad jurídica».
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¿Qué hacer ante esta situación?
Enfrentar esta grave crisis desde los intereses de las clases populares exige atenerse a dos ejes
El primero es prevenirnos y combatir contra la ofensiva de los centros de poder del hegemonismo y la oligarquía, que buscan aprovechar este escándalo de corrupción para debilitar al máximo este gobierno, jibarizando al máximo la influencia del viento popular… o incluso -si se revela la financiación ilegal del PSOE o el conocimiento, anuencia o complicidad de Sánchez en la trama- su derribo y la imposición de un gobierno mucho más alineado con los vientos de dictadura mundial que soplan desde EEUU
El segundo es enfrentar esta crisis política de corrupción desde los intereses del pueblo
a) Exigiendo luz y taquígrafos y tolerancia cero con la corrupción. Sánchez y el PSOE deben asumir de forma humilde y de verdad, con total transparencia la gravedad de la corrupción que les afecta. Abandonar la línea del “y tú más” como línea de defensa ante la corrupción de PP y Vox por los casos aún pendientes de juicio en los próximos meses. Y poner todos los medios, ordenadores, teléfonos, indicios y especialmente los centros donde ha anidado la trama (sede central, ministerio de Transportes…) al servicio de la justicia en manos de los jueces y fiscales anticorrupción.
b) Perseguir a corruptos y corruptores como la misma trama de crimen organizado. De entre toda la trama de monopolios del Ibex35 que se benefició, destaca una empresa, Acciona, que pagó el 75% de las mordidas y firmó el 75% de los contratos que se están investigando. ¿Por qué no hay manifestaciones en la puerta de Acciona? ¿Por qué no se encausa ya a sus ejecutivos, o a todo su consejo de administración?
c) No basta con combatir la corrupción. La contradicción principal está entre una macroeconomía que va bien… al mismo tiempo que crece el empobrecimiento y la precariedad de la mayoría. Sin resolver esto, tendremos un gobierno de Feijóo en 2025, en 2026 o en 2027.
Es urgente e imprescindible exigir al gobierno que refuerce su compromiso con la mayoría social progresista, presentando una r una agenda social de paz y progreso para esta segunda parte de legislatura. Que sea un compromiso del gobierno asumido y respaldado en el parlamento con compromiso concretos en torno a:
– La política de paz frente a la dictadura y el rearme de Trump. Defensa de la Paz y del multilateralismo.
– La política social, tanto para aplicar las medidas pendientes ya comprometidas (como la reducción de jornada…), como para implementar medidas orientadas a la redistribución de la riqueza. Reversión de los recortes e inversión en sanidad, educación, pensiones, dependencia y atención a los sectores vulnerables, ciencia, cultura. Ampliación de derechos y libertades, y especialmente de la clase obrera migrante
– Y una política de vivienda que ponga coto al atraco inmobiliario de bancos y fondos buitre, y que construya 1,8 millones de vivienda social y de calidad a través de una Empresa Pública de Vivienda.

