Aunque lentamente y todavía con cuentagotas, empieza a abrirse paso en los medios de comunicación nacionales la idea de que la crisis no ha hecho más que empezar, y que lo peor está aún por venir. En La Razón, su redactor jefe en Valencia, Iñaki Zaragüeta, cuenta su conversaci´n a este respecto con una «personalidad financiera». Según esta «personalidad», lo que llevamos visto hasta ahora (3,2 millones de parados, hundimiento de la producción industrial, paralización del crédito, multiplicación por 5 de la morosidad, quiebras y suspensiones de pagos,…) «no es comparable con lo que llega».
Y ara sostener su afirmación recurre a una argumentación tan sencilla como verídica: el abrupto descenso del consumo de electricidad en las comunidades más industriales y dinámicas del país. Descenso que relaciona directamente con la brusca paralización de las actividades productivas y que auguran, a lo largo de todo este año, una multiplicación aún mayor del cierre de empresas y del número de desempleados. ¿Qué puede ocurrir ante tal degradación de la situación? La respuesta de la “personalidad financiera” no puede ser más significativa de sus preocupaciones y temores: “no descartes la revuelta social”. Desde otro enfoque, pero tratando la misma cuestión, La Vanguardia ofrece un reportaje sobre la movilización que la Unió Patronal Metallúrgica de Cataluña prepara para este martes. En el centro de sus demandas lo que es ya un clamor nacional “¿cómo es posible que no esté llegando financiación a las pymes después de las dotaciones que se han aprobado para la banca?” Cataluña, con casi el doble de empresas que han suspendido pagos que Valencia o Madrid –las dos que le siguen– es la comunidad más afectada por la auténtica sangría que está provocando la negativa de los bancos a conceder créditos. Hasta el punto, como explica en el reportaje una pequeña empresaria, se niegan a concederlo a empresas con “pedidos, clientes y una buena cartera de exportación”. Y, cuando llegan a ofrecer financiación, “nos han llegado a pedir un tipo de interés del 9%”. Es decir, cuatro veces y media el precio al que cobra el dinero el Banco Central Europeo. El País, por su parte, retoma el problema de las medidas proteccionistas impulsadas por distintos gobiernos, un tema que ya trataba hace unos días su corresponsal en Bruselas. Medidas que tienen su lógica en las mismas leyes del capitalismo y en los medios de los que disponen las burguesías monopolistas para salir de ellas, tratando de hacer que los costes más gravosos de la factura los paguen sus rivales. Pero que, como advierte el editorialista de El País, no hacen sino empujar al mundo por una pendiente peligrosa, “en la que las dificultades económicas acaban transformándose en crisis políticas internas y en tensiones entre potencias”. Opinión. La Razón LA CRISIS EMPIEZA AHORA Iñaki Zaragüeta La crisis de verdad comienza ahora. Los efectos más graves vamos a percibirlos a partir de estos tiempos. Hasta ahora ha sido un amago. Así me lo aseguraba una personalidad financiera quien, para distender la conversación, señalaba que en ese sentido «Zapatero tenía razón al negar su existencia porque no es comparable con lo que llega». Mi interlocutor, como argumentario, precisaba que los indicadores más importantes del desarrollo económico estaban cayendo en picado. Uno de ellos, de especial trascendencia, es el consumo de electricidad. A partir de marzo de 2008, fue el sector de la construcción el pionero en notar los efectos. De ahí que la Comunitat Valenciana, donde el «ladrillo» sentó más intensamente sus reales por su estrecha relación con el turismo, fuera una de las regiones que antes afrontó un cambio radical en su auge económico. En septiembre, Madrid contempló con desaliento cómo se despeñaban sus megawatios en el sector servicios. Había sido una cuestión de tiempo. Pero las consecuencias de la recesión llegaron al sector industrial en territorios como el País Vasco, donde hasta hace bien poco disfrutaban privilegiados de una excelente evolución. Allí, en noviembre, el consumo de electricidad descendió un 16 por ciento y, un mes después, en diciembre, un 25 por ciento. El futuro inmediato se vislumbra desalentador. Todo ello evidencia un golpe casi letal al consumo y a la productividad. Como es lógico, la derivada afecta ya al transporte, a todo tipo de transporte. Para comprobarlo, basta analizar el descenso de ingresos en los peajes de las autopistas y el despeñe del tráfico portuario a nivel mundial. Los países exportadores, aquellos que crecían espectacularmente, ven cómo se resienten implacablemente sus ventas. No trato de sembrar el pesimismo y el desánimo. Es la realidad. Ante ella preguntaba a mi interlocutor ¿qué va a pasar? «No lo sé y nadie se atreve a concretarlo, pero no descartes la revuelta social». Es lo que hay. Con este escenario, el Gobierno no se muestra rico en ideas. Al contrario, da la impresión de escasear de ellas. LA RAZÓN. 9-2-2008 Barcelona. La Vanguardia LAS PYMES SE MOVILIZAN AGOBIADAS POR LAS DEUDAS Dolors Álvarez Empezó como una expresión más del malestar empresarial, pero la Crida del Metall Català y su convocatoria de un acto reivindicativo para mañana, martes, está consiguiendo un amplio respaldo hasta el punto de convertirse en símbolo de la rebelión de las pymes (…) "La Administración nos tiene que escuchar. Tiene que entender que, en la actual situación de crisis, es prioritario salvar empresas. Porque la que cierra ya no vuelve abrir: se pierde el empleo, la inversión y el talento (…) Está claro que algo está fallando en el sistema. ¿Cómo es posible que no esté llegando financiación a las pymes después de las dotaciones que se han aprobado para la banca?". "El Gobierno ha aprobado ya varios planes y un sinfín de medidas en principio destinadas a reanimar la economía. Pero los problemas de las empresas siguen siendo los mismos. Por ejemplo, se ha aprobado una ley para adelantar las devoluciones del IVA. La realidad es que las devoluciones no están llegando" (…) Hoy por hoy, los dos problemas más acuciantes son las dificultades de financiación y la morosidad. "Estamos en un círculo vicioso: la falta de crédito provoca situaciones de insolvencia", afirma Joan Pujol, secretario general de Foment. "En estos momentos no disponemos ni del 40% de las facilidades de crédito que había en septiembre", añade. Numerosos indicadores muestran cómo la crisis está haciendo mella en el tejido empresarial, que en Catalunya está formado en su mayoría por pequeñas y medianas empresas. Nadie en el sector financiero admite haber cerrado el grifo del crédito, con el argumento de que lo único que se ha hecho es aumentar la cautela para asegurar la solvencia de las operaciones (….) "El sector financiero amenaza con dejar fuera de juego a la mitad de la industria", señala Joan Pujol. (…) por su tejido de pymes Catalunya es la comunidad en la que más concursos de acreedores se presentaron en el 2008: 681, frente a los 390 de Valencia, que es la comunidad que aparece en segundo lugar, o los 337 de Madrid. Y, por si hubiera duda, los datos del Banco de España muestran un claro descenso en la concesión de nuevos créditos por importe de hasta un millón de euros, los que van destinados sobre todo a pymes (…) Tenemos pedidos, clientes y una buena cartera de exportación, pero ningún banco nos quiere financiar. Nos han llegado a pedir un tipo de interés del 9%". Así describe la situación Yolanda Pomare, directiva de Componentes Eléctricos Inco, una pequeña empresa de Sabadell dedicada a la fabricación de material eléctrico (…) “las prometidas líneas de financiación ayudadas por el Gobierno no han llegado" ¿Cuánto tiempo podremos aguantar así? Ya he visto cerrar empresas a las que ciertamente les había bajado la actividad, pero que podrían haber aguantado de haber dispuesto de facilidades financieras". LA VANGUARDIA. 9-2-2009 Editorial. El País ESPIRAL PROTECCIONISTA Los temores de que la crisis estimulase la adopción de medidas proteccionistas se han convertido en una preocupante realidad. Las principales economías del mundo, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, están recurriendo de nuevo al rearme arancelario como instrumento para estimular el propio crecimiento y combatir el paro. Y otro tanto están haciendo las economías emergentes de América Latina y otras latitudes. La experiencia demuestra que el proteccionismo desencadena una espiral en la que la decisión de unos Gobiernos provoca la respuesta equivalente de los demás, hasta anular el espejismo de las soluciones exclusivamente nacionales. Las respuestas económicas defensivas que se están poniendo encima de la mesa desmienten los buenos propósitos alcanzados en la cumbre de Washington del pasado diciembre. Las cifras de comercio internacional están cayendo por primera vez desde 1982 y los flujos de capital privado han sufrido un severo recorte. Los signos de este renacer proteccionista han motivado la convocatoria de una reunión extraordinaria de la Organización Mundial del Comercio, a instancias de su director general, Pascal Lamy. Pero las posibilidades de alcanzar un acuerdo son limitadas (…) Los intentos de salvarse en solitario se realizan siempre a costa de otros, que no tardarán en reaccionar de igual manera. Promocionar el consumo de productos nacionales o privar del derecho al trabajo a los extranjeros son respuestas de corto recorrido que quedan anuladas tan pronto otros países las adoptan. Pero son, además, respuestas que empujan hacia una pendiente peligrosa, en la que las dificultades económicas acaban transformándose en crisis políticas internas y en tensiones entre potencias. La comunidad internacional dispone de mecanismos institucionales para frenar esta deriva proteccionista, y corresponde a las economías más desarrolladas desactivar la bomba de relojería que estaría comenzando a cebarse (…) EL PAÍS. 9-2-2009 Barcelona. El Periódico EL DESPLOME, UNA CRÓNICA ANUNCIADA Antoni Serra Ramoneda Una espada de Damocles pende sobre muchos californianos. Se trata de la falla de San Andrés, un fenómeno geológico bien conocido que, además de provocar continuos terremotos, ha de acabar separando una parte del territorio del continente americano. Todos los especialistas están de acuerdo en el diagnóstico. Lo que no pueden hacer, dado el actual desarrollo de la sismología, es precisar las fechas en que estos peligros latentes se irán produciendo. Pero las primas que las compañías aseguradoras piden a los propietarios por asegurar sus inmuebles son más elevadas cuanto más cercanos están de la falla en cuestión. Viene esto a cuento de una afirmación frecuentemente repetida, la última vez por el presidente del Gobierno, de que nadie podía prever el desplome de la actividad inmobiliaria española. Son muchas las voces que se habían elevado avisando de que nuestro modelo económico era insostenible, sin que fueran escuchadas por nuestras autoridades económicas (…) Se tildaba de pájaros de mal agüero a quienes anunciaban malos tiempos si no se frenaba el frenesí constructor. Y, naturalmente, se les ridiculizaba por predecir males sin ponerles fechas, mientras los espabilados seguían llenándose los bolsillos y nuestros representantes políticos se ufanaban de ir ganando posiciones en el campeonato mundial de la riqueza per cápita. Ciertamente, la economía está aún más atrasada que la sismología, y sus predicciones gozan de aún mayor imprecisión cronológica. Pero lo curioso es que bastaba con tener dos dedos de frente, condición que supongo reúnen también nuestros políticos, para concluir que todos aquellos bosques de grúas que poblaban nuestra geografía no presagiaban nada bueno. No eran síntomas de buena salud, sino de una enfermedad a la que había que atacar con los instrumentos de la política económica en sus manos, en lugar de cacarear que pronto íbamos a alcanzar un pleno empleo, que, de lograrlo, sería efímero. Fueron muchos los que avisaron del erróneo camino emprendido. Otra cosa es que no se les quisiera hacer caso. EL PERIÓDICO. 9-2-2009