SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La crisis, el sirviente y la cinta blanca

En segundo lugar, al cambio de ciclo estratégico en las relaciones de poder entre los Estados europeos, que desde junio del año pasado han dejado de estar presididas por el principio soberano de no injerencia, consagrado por la paz de Westfalia hace 363 años, para pasar a regirse por el derecho de intervención que se arroga la potencia financiera hegemónica, que hoy es la Alemania de Merkel: la nueva canciller de hierro capaz de imponer a todos una contraproducente política de austeridad fiscal, que ha estrangulado el potencial de crecimiento de los demás países para condenarles a la insolvencia, al desempleo y al empobrecimiento. Esto determina que ya no estemos gobernados por nuestros representantes electos, tampoco por los mercados financieros como se nos deja creer, y ni siquiera por el eje París-Berlín como finge aparentar Sarkozy, sino por la camarilla de Fráncfort que domina el Banco Central Europeo desde el Banco Central alemán.

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