La variante más optimista estima que para lograr un crecimiento del PIB en el umbral del 2-4 por ciento el crudo debe estar al nivel de los 50 dólares el barril.
El vicerimer ministro primero de Rusia Ígor Shuválov advirtió hoy de que la crisis económica durará tres años y que 2009 será para el país el más duro, aunque aseguró que el Gobierno mantendrá el control de la situación.Al referirse a la depreciación de rublo, que desde el 1 de agosto pasado ha perdido el 48 ciento de su valor respecto del dólar, aseguró que «la situación está bajo control».La fuga de capitales del país sumó unos 130.000 millones de dólares y añadió que esta tendencia se mantendrá en 2009, año en el Gobierno prevé que entre 100.000 y 110.000 millones de dólares saldrán de RusiaContrario incluso a los moderados pronósticos del gobierno (6,7-6,8), Rusia cerró el turbulento 2008 con 6,0 por ciento de crecimiento, con pésimas proyecciones para 2009.El precio del petróleo en 2009 se comportará por debajo de los pronósticos de la Agencia Internacional de Energía, al cotizarse en menos de 40 dólares el barril.Pese a los esfuerzos acometidos por la administración en los últimos años para diversificar los ingresos, la economía rusa mantiene todavía una fuerte dependencia de la venta de materias primas, sobre todo los hidrocarburos.El precio del petróleo ruso marca Ural en los mercados internacionales es la clave para proyectar el presupuesto fiscal y por ende también los cálculos del Producto Interno Bruto (PIB).La drástica contracción de los ingresos en las arcas regionales y de otros contribuyentes amenaza con provocar un profundo agujero en el presupuesto federal.Al admitir que en años no ocurría una situación tan dramática para la economía rusa, Arkadi Dvorkovich, ayudante del presidente Dimitri Medvedev, dijo hoy que el déficit rondará en 2009 el cinco por ciento del PIB.La variante más optimista estima que para lograr un crecimiento del PIB en el umbral del 2-4 por ciento el crudo debe estar al nivel de los 50 dólares el barril.Otro peligro mayúsculo es el aumento del desempleo, pronosticado por el gobierno y organizaciones sindicales.La crisis económica y financiera en Rusia podría derivar en una «renacionalización sigilosa» de la empresa privada y en su redistribución entre la actual élite gobernante, en su mayoría agentes y ex agentes de los servicios de seguridad, según un informe publicado de la revista «The Economist».En este sentido, el Gobierno ruso ha destinado ya 50.000 millones a apoyar a tres bancos –dos de ellos ligados al Estado– y ha reservado otros 50.000 millones para rescatar empresas estratégicas, empezando por las petroleras y gasistas, y en concreto Gazprom y Rosneft, ambas convocadas por el Estado. Esta situación puede dar lugar a la aparición de empresas que no sean ni públicas ni privadas, compañías opacas y casi estatales, dirigidas por personas cercanas al Kremlin, en forma de filiales privadas de empresas estatales o de «corporaciones estatales».